En la calle del Espíritu Santo. Pedro de Répide, cronista de Madrid, nos cuenta, de manera literaria, su historia:
“En tiempos de Felipe III, cuando había allí unas casa habitadas por gente de mal vivir, cayó un rayo el tercer día de Pascua de Pentecostés y produjo un incendio que destruyó unas tiendecillas de moriscos que ellas había. En memoria de ese suceso, que piadosamente se tuvo por inspiración divina, se levantó en tal paraje una cruz de piedra con una paloma en medio, llamándose la cruz del Espíritu Santo, de donde le vino el nombre a la calle. La cruz fue quitada en 1820 por orden del corregidor Marquina, quien quitó todas las cruces que había en Madrid en las calles y plazas de la Corte, excepto la de Puerta Cerrada”
Pedro de Répide, Las calles de Madrid