La vidente-pitonisa Madame Aixa fue una celebridad en la zona. Procedente del lejano Oriente, Aixa, a inicios del siglo XX, veía el porvenir y decía “la suerte” por tres pesetas.
Después de recorrer las calles de Madrid y del barrio, empezó a recibir en sus habitaciones de la calle Hortaleza Nº 12.
En sus tiempos más celebres, había que avisar de la visita al menos con tres días de antelación.