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Chamberí: el balneario del PP y Ciudadanos

En julio de 2019 el alcalde, José Luis Martínez Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, visitaban Chamberí en uno de sus primeros actos como equipo de gobierno de la ciudad. Lo hacían como toda una declaración de intenciones: revertir el proyecto “Despacio Galileo”, acompañados por el entonces germen de la ultraderecha en el distrito. Aquella foto fue la primera piedra de un gobierno que desde entonces ha tenido como único objetivo destruir cualquier rastro de iniciativa desarrollada por Carmena, sea o no bueno para nuestra ciudad mientras mantienen, eso sí, las inauguraciones de proyectos anteriores (como el Estadio Vallehermoso). Así, en un homenaje a lo absurdo, la vicealcaldesa de Madrid sacaba su teléfono móvil entre aplausos para inmortalizar la retirada de bancos y maceteros para que en la calle Galileo los coches volviesen a ser los protagonistas.

Desde entonces, poco o nada más ha pasado en Chamberí, no ha vuelto el alcalde, ni la vicealcaldesa, ni los flashes ni aquel “grupo vecinal” que durante 4 años defendió Chamberí contra viento y marea boicoteando cada pleno. Ahora Chamberí es el balneario particular de un equipo de gobierno que quiere descansar estos cuatro años, un equipo en el que Ciudadanos tiene poco o nada que decir y en el que pareciera que Javier Ramírez -actual concejal- ha encontrado el descanso perfecto tras años dedicado a su carrera política como director gerente de la EMVS en Boadilla, director del Centro Cultural Casa de Vacas o asesor de Retiro. Sin embargo, Chamberí sí necesita un gobierno al frente que no se dedique sólo a colocar banderas y a retirar placas; necesita un gobierno que trabaje y no esconda su incompetencia en un debate jurídico y normativo sobre competencias administrativas porque, como ya ha explicado tantas veces Manuela Carmena, más allá de las competencias están las incumbencias y todo lo que pasa en Chamberí incumbe, o debería, al equipo de gobierno.

Desde Más Madrid Chamberí vemos con preocupación cómo la Junta se desentiende de los vecinos de Ponzano, como se olvida de la hostelería y el pequeño comercio, cómo es incapaz de impulsar medidas valientes en nuestro espacio público, que tanto necesitan las familias chamberileras en este momento de pandemia o cómo vuelve décadas atrás y cómo lejos de peatonalizar temporalmente alguna de las calles que más lo necesitan en Chamberí o trabajar para abrir los parques del Canal de Isabel II, se toman decisiones sin sentido como reabrir al tráfico los fines de semana la calle Fuencarral. A esta inacción institucional, este retiro de la política municipal que parece estar de vacaciones, se suma además una actitud permanente de eliminar cualquier rastro de participación en la vida política ya no únicamente de asociaciones o colectivos de Chamberí sino de los propios partidos de la oposición, aunque no de todos claro. Hay favores que hay que pagar: nuestro distrito no puede seguir siendo la moneda de cambio entre PP y VOX para mantener la fidelidad de la ultraderecha. Chamberí viene experimentando en los últimos meses un progresivo y preocupante deterioro democrático que está impidiendo que los plenos sean espacios útiles de debate y decisión.

La derecha tendría que dejar de hacer de Chamberí su balneario de vacaciones y demostrar voluntad política poniéndose a trabajar dejando atrás las excusas. La inadmisión permanente de propuestas es la tónica general bajo la excusa de “no ser competencia de la Junta de Distrito” que es lo mismo que afirmar que no es competencia de este equipo de gobierno trabajar para que se amplíen aceras en las entradas de los coles y evitar aglomeraciones, buscar la manera de atajar la soledad no deseada en las personas mayores o la proliferación descontrolada de terrazas. ¿Quién, si no es el equipo de gobierno, es competente para gobernar?

Conocemos de primera mano la exigencia de gobernar nuestra ciudad y justamente por esto, sabemos que hay muchas cosas que sí pueden hacerse y que la tarea principal de una Junta de Distrito es ponerse manos a la obra para solucionar, por ejemplo, los problemas de convivencia en Ponzano o la apertura de los espacios del Canal de Isabel II para tener más zonas verdes en las que pasear y equipamientos en Chamberí. Además, son muchas las familias que siguen necesitando obras en las entradas de los coles para garantizar un espacio seguro al que llevar a sus hijos/as (cada mañana se repiten las aglomeraciones en las puertas de colegios como los de la calle Jesús Maestro ante la falta de espacio), necesitamos un distrito en el que nuestro espacio público no esté en permanente disputa con los coches y donde las terrazas no proliferen de manera descontrolada. Chamberí necesita el trabajo, la constancia y el compromiso de su Junta Municipal y no constatar permanentemente la decepción y el desasosiego ante una clase política incapaz, que ni siquiera hace por querer.

Firma: Mar García, portavoz Más Madrid Chamberí