Los plenos municipales durante esta legislatura son muy largos. En el mandato de Manuela Carmena, solían dividirse en dos días para evitar sesiones maratonianas. Pero con Almeida comienzan a las nueve de la mañana y terminan cuando sea necesario. El de este martes en Cibeles no fue una excepción y llevaba más de nueve horas cuando tuvo que ser suspendido por causas de fuerza mayor: el desmayo de una de las componentes del Gobierno municipal.
“Señora Maestre, vamos a interrumpir un momento”, le pidió la presidencia del Pleno a la representante de Más Madrid, que intervenía en el estrado en el momento en el que la portavoz municipal, Inmaculada Sanz, sufría un leve desmayo. “Hacemos un receso de cinco minutos”, anunció Borja Fanjul mientras la delegada de Hacienda abanicaba con unas hojas a su compañera.
En ese momento, alguien gritó desde el público: “¡Soy enfermera!” y un funcionario le acompañó hasta los asientos de los concejales. Era María García Viana, que había acudido invitada por los grupos políticos y que no dudó en ayudar a Sanz: le tomó el pulso, le hizo un reconocimiento previo y le acompañó hasta la llegada del Samur, unos minutos después.
Además de enfermera, María es la presidenta del Ampa del colegio público San Cristóbal y había acudido a Cibeles como representante de las familias de este centro escolar. Poco antes del desmayo, se había votado la proposición que había venido a apoyar: mantener una pista polideportiva en el Parque Móvil en lugar de trocearla para convertirla en un gimnasio y privatizar este nuevo centro deportivo municipal.
Inmaculada Sanz, como el resto de su grupo político, votó en contra de la propuesta, que salió adelante gracias a los apoyos de PSOE, Más Madrid, Grupo Mixto y Ciudadanos, partido que se desmarcó de sus socios de gobierno. El Ampa del San Cristóbal esperaba que el alcalde y su equipo hubieran cambiado de posición porque la desaparición de la cancha perjudica claramente a los alumnos del colegio y los niños de esta zona de Chamberí.
Unos minutos después, María dejó a un lado su decepción por la falta de apoyo del PP a la propuesta y bajó rápidamente a asistir a Sanz. “No lo dudé en ningún momento, yo soy enfermera por vocación y tengo que ayudar al que lo necesita”, rememoraba luego en conversación telefónica con Somos Chamberí.
La enfermera restaba importancia a su actuación este miércoles: “En el primer examen parecía que estaba bien y, al no tener tensiómetros y otros aparatos a mano, no pude hacerle más pruebas” -recuerda- “me limité a estar con ella, acompañándola, hasta que llegaron las asistencias”. Las pruebas posteriores indicaron que la portavoz municipal se encontraba bien y pudo descansar anoche en su casa, informan fuentes del área de Seguridad.
Cuando la ambulancia llegó al Ayuntamiento, el Pleno fue desalojado y María se dio cuenta de que con el ajetreo se había dejado el móvil en la mesa del alcalde. Así que tuvo que esperar a que volvieran a abrir la sala para recuperarlo. El propio Almeida le agradeció después en persona su ayuda desinteresada. María aprovechó ese momento para pedirle que valorara de nuevo mantener la pista, abandonando el proyecto del gimnasio. Y le informó de que el Ampa le había enviado un balón de baloncesto para poder jugar con él un partido cuando se inaugure la esperada cancha del Parque Móvil. El primer edil le devolvió una sonrisa.