La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El edificio que guardaba la memoria del arrabal de Chamberí, su reciente derribo y el hilo que lo recuerda

Más de un siglo llevaba en pie una pequeña vivienda cercana a la plaza de Olavide, en el número 5 de la calle Sagunto. Su escasa elevación -solo tenía una planta baja- junto a edificios de hasta seis alturas llamaba la atención a cualquier persona que se fijara en el urbanismo de esta zona del barrio de Arapiles.

La vivienda ya no está. Sus diez metros de fachada fueron demolidos hace unos meses con permiso municipal para actuar sobre la construcción y su jardín trasero, 149 metros cuadrados. La desaparición fue aprovechada por una arquitecta chamberilera, Berta Gámez, para hablar de la historia del barrio y del valor de esta construcción para entender cómo se trazaron sus calles.

Convertido hoy en una de las zonas con la vivienda más cara en Madrid, Chamberí era a mediados del siglo XIX un lugar poco boyante, repleto de las casas humildes que caracterizan a los arrabales, esos núcleos de población que surgen alrededor de las ciudades, con muchos recién llegados y pocos servicios.

“Chamberí era un arrabal...” empieza contando Gámez en un hilo de X:

¿Por qué era importante este edificio? Su arquitectura humilde y su escasa ornamentación lo hacían pasar desapercibido, pero su ubicación contravenía los planes de Madrid, la capital que iba a engullir su arrabal.

En 1858 el Ayuntamiento reconocía esta zona de viviendas como uno de sus barrios, pero a la vez preparaba un ensanche de la ciudad hacia el norte cuyos planos no casaban con las calles ya trazadas por sus primeros pobladores. El barrio de Arapiles debería haber desaparecido tal y como lo conocemos ahora.

Pero el barrio y sus vecinos resistieron. “Que el humilde arrabal se mantuviese en pie fue la primera gran victoria de los vecinos de Chamberí”, sigue explicando la arquitecta. El ensanche se construyó a su alrededor, perviviendo con otros trazados previos más irregulares. Hasta hoy.

Este 2023 desapareció la última construcción del arrabal de Chamberí, con permiso de la Comisión de Patrimonio. “No era un edificio de gran valor arquitectónico, y desde luego merecía una buena rehabilitación, pero su permanencia como vestigio de las primeras construcciones del barrio hubiera merecido la pena”, lamenta Gámez.

En su lugar, según ha podido averiguar Somos Chamberí, se levantará un edificio de nueva planta con diez viviendas y trasteros. Habrá que esperar para ver su aspecto final y si recordará de alguna manera el pasado del barrio sobre el que se asienta, que sería muy distinto si sus primeros vecinos no se hubieran plantado en su momento ante los planes de demolición.