El pasado viernes, el Estadio de Vallehermoso recibió una curiosa visita. La alcaldesa en funciones de Madrid, Manuela Carmena, caminaba por su futura pista de atletismo (todavía sin las líneas pintadas) acompañada de periodistas y del director general de Deportes del Ayuntamiento, Javier Odriozola. Este último era el mismo que anunció que el estadio estaría construido el pasado 20 de marzo, que luego retrasó la fecha de la primera competición hasta mayo, después hasta el mes de julio (en plena campaña electoral) y hace unos días confirmó que no habrá atletas allí hasta el próximo 25 de agosto.
Carmena visitó las obras porque -previsiblemente- no podrá inaugurarlo para entonces. El corte de cinta lo protagonizará la próxima persona que ocupe el sillón de alcaldía e, intuyendo que no sería ella, aprovechó la preinauguración para recordar que el Estadio de Vallehermoso será una realidad este verano gracias a la gestión de Ahora Madrid. “Era un proyecto”, ideado por el equipo de Gobierno del PP, “con un presupuesto de 110 millones y nosotros hemos sido capaces de hacerlo con un coste de 14,5 millones. No se podían tolerar tantos años de abandono y ahora, en lugar del abandono, está el estadio que da respuesta a lo que necesitaba el atletismo en Madrid”, explicó la primera edil en funciones.
El Ayuntamiento achacó el retraso en su momento al hallazgo de escombros inesperados en la pista del estadio, pero no ha sido capaz llevar a cabo el proyecto antes del final de la legislatura, como ha sucedido con muchas otras iniciativas en Chamberí, como el polideportivo del Parque Móvil o las reformas de algunas plazas y proyectos aprobados en los Presupuestos Participativos de los años 2017 y 2018.
El Estadio de Vallehermoso ha vivido más momentos surrealistas a lo largo de estas obras. Como el protagonizado por el PP y su candidato a la alcaldía, Martínez-Almeida, que incluyó entre sus seis promesas para Chamberí algo que sucederá de forma automática: “La finalización de las obras y puesta en marcha”, rezaba el folleto que repartió entre los vecinos del distrito. En él se obviaba que esta infraestructura deportiva fue desmantelado por su compañero de partido Ruiz-Gallardón en 2008 y quedó convertido en un erial durante dos legislaturas con ediles populares en el mando del Ayuntamiento.
Una de las claves del equipo que asuma la alcaldía será cómo se decide gestionar el nuevo Estadio de Vallehermoso (de forma directa o privatizada) y si será posible, como reclaman instituciones y colegios de la zona, que sea utilizado para el deporte base, más allá de las competiciones atléticas de élite.