Un horno en verano y helada en invierno: obras para arreglar una sala de estudios abierta hace dos años en Chamberí
“Tenemos una sala de estudios sin calefacción y en verano sin aire acondicionado. Y desde este verano también sin termometro que mide la temperatura en la sala, para que la gente no se queje”. Con este mensaje una usuaria de la sala de estudio Vizcaíno Casas se lamentaba en redes sociales de las incómodas temperaturas que registra una de las últimas dotaciones que el Ayuntamiento de Madrid ha abierto en Chamberí.
El espacio, situado en la calle Blasco de Garay y que cuenta con 170 puestos de lectura, fue inaugurado hace solo dos años. Pese a la juventud de sus instalaciones, parece que el sistema de climatización funciona de forma deficiente y este verano llegó a cotas preocupantes al alcanzarse más de 36ºC en el interior, lo que fue denunciado en redes sociales por algunos de sus usuarios.
“Llevamos sin aire acondicionado más de un mes”, se quejaba Teresa junto a una foto del termómetro que marcaba el enorme calor que soportaban los estudiantes.
El Ayuntamiento de Madrid intentó combatir el calor poniendo refrigeradores portátiles (conocidos como pingüinos) y unos plásticos ligeros para acotar el espacio climatizado, pero unos días después de estas denuncias cerró las instalaciones. Las reabrió, denuncian sus usuarios, sin un termómetro que indicara la temperatura en la sala.
Ahora, con el otoño, la llegada de temperaturas más frescas ha hecho que el frío haga acto de presencia entre los estudiantes. Muchos han dejado de acudir a las instalaciones o se han trasladado a nuevas salas abiertas en el cercano Centro Cultural Galileo, ante la aparición de los problemas.
“Con todos los pingüinos estábamos a 35ºC dentro”, recuerda Javier, otro de los usurios de este espacio, que denuncia la “chapuza” de la climatización portátil durante el verano y la pérdida de numerosos puestos durante el verano por el apaño de los pingüinos y los plásticos. “Muchos días se llenaba a las seis de la tarde y los fines de semana estaba completo desde las diez de la mañana”.
Para intentar paliar estos problemas, el consistorio ha aprobado unas obras en las que invertirá 81.878,09 euros (impuestos incluidos), para unos trabajos que ejecuta la empresa Coarsa.
La intervención está estimada en unas tres semanas según información de la contratación a la que ha tenido acceso Somos Chamberí y ha obligado al cierre de la sala de estudios. Durante esos días sus usuarios habituales podrán acudir a la otra dotación del mismo tipo en el Centro Cultural Galileo, situado al lado.
Fuentes municipales confirman la instalación de la nueva maquinaria, que ya está colocada en la sala de estudios y ahora se ejecutan las conexiones en el tejado. “Por motivos de seguridad y ante el ruido que estos trabajos puedan provocar, la sala va a estar cerrada durante diez días”, añaden antes de recalcar que el termómetro desaparecido también se repondrá, una vez termine la instalación.
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