Muere Paca Aguirre, la poeta discreta de Chamberí
Hace año y medio, el Ayuntamiento de Madrid homenajeaba con un emotivo acto en el centro cultural Galileo a una de sus poetas insignes, Francisca Aguirre. El reconocimiento llegaba tarde, como casi todo en la carrera profesional de esta mujer que, desde su casa de la calle Alenza, escribió algunos de los versos más estimulantes de la poesía española de las últimas décadas.
Francisca Aguirre -Paca, como la conocían sus amigos- murió este sábado 13 de abril a los 88 años. Nacida en Alicante en 1930, vivió casi toda su vida en el barrio de Chamberí. Una vida marcada por ser mujer de un poeta (Félix Grande) e hija de un pintor republicano (Lorenzo Aguirre), que fue ajusticiado por la dictadura con el garrote vil en 1942 por su condición de policía republicano.
La carrera literaria de Francisca Aguirre comenzó a los 41 años con la publicación de su primer libro de poemas, Ítaca, y desde entonces se convirtió en una de las voces imprescindibles de la poesía española contemporánea. “Testimonio de dignidad, coraje y esperanza”, decía el consistorio de su figura al tiempo de su homenaje.
Aunque no le faltaron premios como el Ciudad de Irún, el Esquio o el Alfons el Magnanim de Valencia, hasta 2011 no le llegó un reconocimiento mayor como el Premio Nacional de Poesía. Hace unos meses también recibía el Premio Nacional de las Letras, su mayor distinción. Entonces, el jurado situó su poesía “entre la desolación y la clarividencia, la lucidez y el dolor, susurrando (más que diciendo) palabras situadas entre la conciencia y la memoria”. Una forma discreta de hacer poesía discreta, la misma con la que se marchó este sábado.
0