Desde el mes de diciembre, el parque infantil de la calle Andrés Mellado con Joaquín María López permanece cerrado por encontrarse dentro de un área de salud con elevado número de contagios de coronavirus, según ordena la Comunidad de Madrid. Sin embargo, el precinto colocado por la Policía Municipal desaparece constantemente y la zona es utilizada por niños del barrio.
“El recinto lo están precintando constantemente y, casi de forma inmediata, te lo encuentras de nuevo ”liberado“ con las cintas rotas y completamente lleno de familias con niños haciendo uso de los columpios”, relata a Somos Chamberí una de las vecinas del barrio, que sí que cumple las normas pese a que, como madre, admite que “ganas no me faltan de entrar de lleno a la zona de juego”.
“No cabe duda de que son padres despistados que, de forma masiva y ante la necesidad de tener a sus hijos entretenidos, entran a jugar haciendo caso omiso de las restricciones del barrio”. Tampoco ayuda la falta de transparencia de la Comunidad de Madrid a la hora de decidir los cierres perimetrales, pues en Chamberí mantiene el de Andrés Mellado a la vez que en la cercana zona de Guzmán el Bueno, que desde hace varias semanas acumula más casos que la zona confinada.
Más allá de la anécdota, los precintos rotos de este marque son un reflejo del mal funcionamiento de los cierres perimetrales en Chamberí, donde los vecinos de otras zonas con más casos -esta semana, Guzmán el Bueno- pueden caminar libremente mientras los de la zona confinada tienen restringidos sus movimientos sin que, aparentemente, sirva para mucho: durante un mes y medio, los contagios en la ZBS de Andrés Mellado siguieron subiendo al mismo ritmo (o incluso menor) que en otras áreas cercanas.