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Una “súper maceta” vasca para los nuevos huertos urbanos de Madrid

Madrid ya tiene la herramienta para llevar los huertos urbanos a cualquier punto de la ciudad. El Ayuntamiento acaba de estrenar en Chamberí su apuesta para poder plantar tomates, guisantes o cebollas en los espacios públicos que elija, incluso en aquellos donde ni siquiera hay tierra suficiente debajo para que crezcan las plantas.

Los primeros días de enero han servido para finalizar la instalación de cuatro de estas súper macetas en el parque Enrique Herreros. Cada una de ellas con capacidad para más de 2.000 litros de tierra que aseguran el éxito de cualquier cultivo, una fuente manual y un armario para guardar aperos de labranza y semillas. Por tener cuentan hasta con un sistema de reaprovechamiento de agua autónomo, así que ni si quiera necesitan tener un grifo cerca.

Estos huertos de quita y pon han llegado del País Vasco, después de que haber obtenido la homologación como mobiliario urbano por el Ayuntamiento de Madrid. Los inventó hace diez años la empresa Gitma, una compañía dedicada a la instalación de bancos y parques infantiles que decidió ingeniar una forma de trasladar la experiencia del cultivo de hortalizas a las ciudades. “Un huerto urbano puede servir como elemento transformador de una ciudad”, afirma en conversación con Somos Chamberí Gonzalo Bilbao, director comercial de la compañia. “Por eso pensamos en un modelo para poder llevar una actividad sana y social al centro de cualquier urbe, y permitir que una plaza duras se pudiera llenar de vida natural y social”, comenta.

Los ingenieros de la empresa pensaron en una maceta de enormes dimensiones (mide casi cinco metros de largo), pero que fuera además ligera. “Aunque trabajamos con hormigón o madera para otros modelos de mobiliario urbano, para este huerto elegimos el polietileno, porque hacía la estructura muy manejable y nos permitía añadir un depósito de agua en su base”, afirman desde Gitma.

El agua del riego o de la lluvia se filtra a través del suelo de este gran recipiente hasta una balsa o aljibe. De ahí se puede extraer con una bomba manual, a imagen de las que existían antiguamente en cualquier pueblo de la geografía española.

La súper maceta es tan ligera que puede ser montada entre dos personas. Está compuesta de cuatro módulos que pesan entre 30 y 45 kilos y están diseñados para que quepan por las puertas, por lo que se podrían instalar incluso en una terraza, subiéndolo por las escaleras o en un ascensor. En este vídeo se puede observar con nitidez sus diferentes partes y la sencillez de su montaje:

Hasta el momento, el Ayuntamiento ha instalado -a través de su Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes-  cinco huertos de este tipo en dos puntos de la ciudad: cuatro en el citado parque de Enrique Herreros y el quinto en la plaza Arturo Barea de Lavapiés. Son los últimos en sumarse a un plan para reverdecer la capital que empezó con el programa Ciudad Huerto y que continuó con la puesta en marcha de una página web específica que recoge la actividad de los huertos urbanos de Madrid.

¿Arraigarán con fuerza en Madrid estas nuevas súper macetas? Gonzalo Bilbao se adelanta a explicar uno de los problemas que pueden sufrir: el vandalismo. “Están diseñados para que no sean fácilmente vandalizables” -apunta- “pero el reto está educar a través del urbanismo. Cuando colocas algo así, extravagante, la gente lo suele respetar” y habla de experiencias previas con estas macetas en ciudades como Burgos, Avilés o Pamplona. “Un huerto así sirve para educar en el entorno. Es el camino que hay que seguir, hacer más ciudad: porque el vandalismo se combate con más civismo.”