La imagen de un coche irrumpiendo por las escaleras de un intercambiador de transportes después de atravesar sus puertas de cristal es algo inverosímil pero que sucedió anoche en Plaza Elíptica. Allí, en torno a la medianoche, apareció el Mazda blanco de las imágenes que acompañan estas líneas.
El vehículo iba conducido por un hombre de 36 años que había llegado hasta allí desde Getafe, donde había sustraído el coche, informa la Policía Nacional después de las primeras investigaciones. Al parecer tenía las llaves puestas y se metió en él para arrancarlo pese a que su dueño, que estaba al lado, intentó impedirlo sin éxito, debido a los fuertes golpes y patadas que recibió, acorde con el relato policial.
El conductor había discutido momentos antes con su novia. Enfadado, se marchó en el coche robado y acabó en las citadas escaleras del intercambiador de Plaza Elíptica, accediendo desde la entrada para autobuses de la A-42. Bajó a trompicones y quedó encajado. Por fortuna, no causó ningún herido, informan fuentes de Emergencias Madrid.
El suceso se produjo sobre la medianoche y obligó a un importante despliegue operativo de los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid para poder sacar el coche, remolcándolo a través de las escaleras. Mientras, el conductor era detenido por la Policía Municipal de Madrid y trasladado en estado ileso al cercano Hospital 12 de octubre.
La colaboración conjunta de este cuerpo y el de la Policía Nacional permitió averiguar el origen del suceso y el lugar del robo del coche, sustraido en unas cocheras del Metro en la localidad de Getafe, donde reside. Después de lo ocurrido le practicaron una prueba de alcohol y drogas, en la que dio positivo por cocaína. También se comprobó que el arrestado cuenta con antecedentes por malos tratos.