El edificio más caro de Almeida y el que más ahorrará: las obras de Legazpi salen a concurso por un 30% más de lo calculado

El Ayuntamiento de Madrid se acaba de embarcar en el proyecto más caro para reconstruir un edificio municipal en lo que lleva de mandato Almeida. Está junto a la glorieta de Legazpi y servirá para alojar a 2.500 funcionarios que ahora trabajan en oficinas alquiladas por el consistorio, varias dotaciones de distrito, una plaza central y un parking. Se trata del Mercado de Frutas y Verduras, un lugar que lleva 40 años esperando una reforma definitiva que arrancará, si no hay retrasos, este año.

Las obras acaban de salir a concurso por 89,5 millones de euros y recogen ofertas hasta el próximo 18 de julio, según datos de la licitación a los que ha tenido acceso este periódico. El coste es un 30% superior a los 64 millones que anunció el Ayuntamiento el pasado mes de octubre, pero aún así el edificio supondrá un gigantesco ahorro a largo plazo para las arcas municipales: allí reubicará a los cientos de trabajadores públicos que actualmente ocupan las sedes de Bustamante 16 o de la Agencia Tributaria, por las que el consistorio para más de 14 millones de euros anuales.

El aumento del coste del presupuesto, explican desde el área de Obras, es debido a algunos traslados no previstos inicialmente, como la llegada de las oficinas y almacén de Objetos Perdidos, que irán ubicados en los sótanos -1 y -2. A la vez, el aparcamiento de 300 plazas planeado se ha reducido a 197 plazas.

También se añaden algunas exigencias de la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural (CPPHAN), por estar reformando un edificio protegido patrimonialmente. En concreto ha pedido la incorporación de muros cortina con unas dimensiones y formas especiales en toda la envolvente del edificio o un sistema de lamas cerámicas en celosía en fachada. Y no podrá haber máquinas sobre la cubierta, por lo que parte de la climatización tendrá que alojarse en unos espacios bajo ella.

Aumentan los costes también por las mejoras de eficiencia energética prevista, como la adopción de un sistema de geotermia, que sustituye a la combustión de gas que iba a aportar la energía al edificio desde la central térmica de Matadero. También se salvan 19 árboles de gran porte que en el proyecto inicial desaparecían al construirse una rampa de acceso al parking pegada al edificio. Finalmente se sustituye por una vía lateral de servicio en la calle Maestro Arbós, que también evita el traslado de líneas de media tensión y una acera más estrecha.

Fuentes municipales añaden que esperan que los 89,5 millones de presupuesto bajen con las ofertas que presenten las empresas interesadas en una de las mayores obras de este segundo mandato de Almeida.

Dos plantas, dos sótanos y una plaza

El proyecto planeado por el área de Obras y Equipamientos, que dirige Paloma García Romero, plantea actuaciones sobre 46.100 m2, a los que hay que sumar los más de 8.400 m2 de la plaza. El edificio resultante tendrá dos plantas y una entreplanta donde las alturas lo permitan. Allí se ubicarán los despachos, salas de reuniones y aseos.

Esta parte será la primera que estará acabada, a los 18 meses de obras (previsiblemente en algún momento de 2026). Allí se ubicará el personal que actualmente ocupa el edificio APOT, en Ribera del Sena, y los trabajadores de la Agencia Tributaria municipal.

Al final del plazo de la obra -30 meses- está prevista la entrega de las zonas de sótanos y la urbanización exterior de la plaza central. Bajo ella habrá aulas de formación, zona de archivos y una sala polivalente, mientras que el segundo nivel estará dedicado al aparcamiento con las 197 plazas citadas.

El personal municipal que será trasladado al nuevo complejo es el que actualmente está repartido por edificios alquilados en la calle Antracita, 3 (Agencia Tributaria), paseo del Molino, 7 (Almacén de Objetos Perdidos), edificio APOT de la calle Ribera del Sena, 21 (Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad) y calle Bustamante, 16 (diversas áreas de gobierno).

El antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi estuvo operativo entre 1935 y 1983, cuando la puesta en marcha de Mercamadrid dejó sin uso este espacio al trasladarse allí los mayoristas de la capital. Proyecto de los arquitectos Luis Bellido, Francisco Javier Ferrero y Alfonso Peña, supuso uno de los primeros ejemplos de aplicación a gran escala de la técnica estructural del hormigón armado en Madrid.

El proyecto respetará la estructura de hormigón del edificio, al tratarse de un elemento protegido, mientras que el resto de los acabados se realizarán siguiendo los dictámenes de la Comisión de Patrimonio y con la estética del propio edificio y su entorno.

En el entorno ya funciona otra dotación municipal, una base del Samur que sustituyó al Espacio Vecinal Arganzuela (EVA), el proyecto social que autorizó el gobierno de Carmena en la única parte reformada del antiguo mercado y que Almeida no renovó con su llegada a la alcaldía. Los planes del gobierno de Ahora Madrid también incluyeron en su momento traslado de oficinas de funcionarios a este espacio, un aparcamiento -algo más pequeño- y dotaciones, además de un espacio para las asociaciones no previsto por el gobierno del PP.

Al coste del resultado final del concurso habrá que añadir los más de 26 millones de euros invertidos en los trabajos de subsanación de patologías y de consolidación durante los últimos cinco años.

3.000 m2 para dotaciones sin planificar

Las obras licitadas ahora no serán las últimas sobre el entorno: la memoria del proyecto aclara que no están contempladas las obras de “compartimentación interior y el acondicionamiento de las instalaciones en esta zona”, por lo que después de ellas el consistorio tendrá que licitar nuevos trabajos para dotar de mobiliario y distribución a las grandes salas que serán creadas.

También se quedan fuera 3.000 metros cuadrados del complejo, donde solo se ejecutará, de momento, el cerramiento exterior. Son las zonas donde están previstos varios equipamientos municipales que darán servicio al distrito y que se tendrán que definir con ayuda de la Junta de Arganzuela, como apuntó el alcalde en la primera presentación del proyecto.