Gastar 80 millones en cubrir la M-30 en Ventas: “Transformador” para Almeida y obra “sin trascendencia” para la oposición
El Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida aprobaba en julio el contrato para la redacción del proyecto que culminará en la colocación de una losa verde encima de la M-30 a la altura de Ventas, presupuestado en 87,8 millones de euros. Una superficie de 17.000 metros cuadrados que conectará peatonal y paisajísticamente los distritos de Salamanca y Ciudad Lineal. De esta manera, quedarán unidos de manera directa el parque de la Quinta de Fuente del Berro, en el lado de Salamanca, y la zona verde y de instalaciones deportivas situadas en el flanco de Ciudad Lineal.
Una vez consumadas las obras que se desarrollarán entre la primavera de 2025 y la de 2027, la estructura tendrá una longitud de 200 metros y contará con zonas peatonales, ajardinadas y estanciales en las que se plantarán más de 200 nuevos árboles (previa tala de 54 ejemplares en un jardín histórico y sus aledaños, según contempla el anteproyecto).
La iniciativa es un puntal de uno de los principales ejes de la política de movilidad y urbanismo del equipo de Almeida. El soterramiento puntual de la M-30 fue el tercero anunciado en la campaña que acabó en su reelección. Se sumó a la cubrición de la Castellana en la zona de las Cuatro Torres y el soterramiento de al menos 4 kilómetros de la A-5, que ya prometió antes de su primer mandato y cuyas obras están a punto de arrancar.
Los representantes municipales de PSOE y Más Madrid cuestionan sin embargo la incidencia real de este soterramiento. Antonio Giraldo, portavoz socialista en la Comisión de Urbanismo, muestra incluso sus reparos a la hora de utilizar el término “soterramiento”. Cree que esa palabra o la de “cubrición” pueden utilizarse en actuaciones como la de Alberto Ruiz-Gallardón, con una incidencia de entre un 20 y un 30% de la M-30. “Hay que tener en cuenta que esta vía tiene unos 14 kilómetros en el tramo este y se está hablando de cubrir unos 200 metros, es decir menos de un 2%”, apunta en conversación con Somos Madrid. Así, sostiene que se trata más bien de “una nueva zona verde sobre un tramo de autovía”.
Puntualiza que “la M-30 es una barrera física y socioeconómica, por lo que reducir esas barreras siempre está bien”. Añade después que “la clave del éxito o no es su gestión y alcance”. En su opinión, “no es la ubicación más adecuada, ya que esa inversión podría haberse destinado a un lugar con mayor efecto frontera”. Cita el caso de Puente de Vallecas, “con más desigualdad entre ambos flancos y una mayor contaminación generada por el tráfico”. Propone que “con este dinero se podrían haber iniciado las obras para suprimir su viaducto”.
El edil de Más Madrid José Luis Nieto plantea la misma cuestión en declaraciones a este periódico: “Almeida podía haber aprovechado los presupuestos de 2025 para desmantelar de una vez el scalextric de Puente de Vallecas, que se aprobó en el pleno del Ayuntamiento. Pero el alcalde lo ha metido en el cajón del olvido, desoyendo de nuevo a la ciudadanía. Esta intervención sí que sería una operación para coser una gran brecha de desigualdad y unir dos distritos”. Considera que “si desde el Consistorio esta actuación nos la venden como una de sus grandes operaciones de ciudad, está cada vez más claro que este alcalde carece de proyecto y de modelo para Madrid”.
Hay que tener en cuenta que esta vía tiene unos 14 kilómetros en el tramo este y se está hablando de cubrir unos 200 metros, es decir menos de un 2%. Es más bien una nueva zona verde sobre un tramo de autovía
En esta línea, Giraldo tacha la actuación de “apaño sin trascendencia en la ciudad por estar aislado de una intervención más transversal”. No en vano, va más allá de este proyecto y cuestiona el modelo de soterramientos: “Estamos hablando de cubrir mientras deberíamos tender a reducir los carriles de la M-30, en la línea de lo que se hace en grandes ciudades europeas como París”. Habla de “soluciones paisajísticas que no solucionan el problema de la congestión y el tráfico”, ya que “el gran problema de fondo es la movilidad, y ocultarlo no lo suprime”.
“Los que hablan de poca ambición son los que hace 20 años se oponían al soterramiento de la M-30 o los que hace no tanto pretendieron transformar la A-5 poniendo unos semáforos”, se defienden por su parte las fuentes municipales del área de Obras y Equipamientos consultadas por este diario. “El Ayuntamiento considera el próximo cubrimiento de la M-30 a la altura de Ventas como un proyecto transformador que sigue la estela de grandes actuaciones que se han desarrollado en la ciudad desde que Almeida es alcalde. Se trata de un proyecto que mejorará la calidad de vida de los vecinos, ya que estos ganarán 17.000 metros cuadrados para su disfrute”, apostillan.
“En cuanto a la M-30 a su paso por Puente de Vallecas, la oposición debería dejar de mentir a los vecinos”, sentencian desde el Ejecutivo municipal. “No estamos hablando de un puente como el de Joaquín Costa o el de Pedro Bosch. Es la M-30, la principal vía de circunvalación de esta ciudad. Demoler este puente supondría paralizar la circulación de esta vía. Hay que encontrar una solución que mejore las condiciones de esta zona, pero tiene que ser compatible con la movilidad de la M-30. Que expliquen qué proponen, cuál es el coste y qué van a hacer con las decenas de miles de coches que pasan diariamente por ese punto de la M-30”, responden a las críticas de la oposición.
Desde el área que dirige la concejala popular Paloma García Romero celebran que gracias a la nueva estructura cercana a Ventas “los vecinos contarán con juegos infantiles, equipamientos de calistenia y una pequeña zona de actuaciones al aire libre con un graderío de poca altura”. Presumen además de la nueva conexión “verde” entre los distritos de Salamanca y Ciudad Lineal, con 200 nuevos árboles previa eliminación de otros 54.
Proyecto “verde” no exento de talas
En la oposición, Nieto recalca las afectaciones medioambientales del cubrimiento previsto en Ventas: “Nos preocupan mucho las posibles afecciones al parque de la Fuente del Berro. Almeida pretende vender el proyecto como una ganancia de zona verde a costa de afectar y eliminar árboles del parque de la Fuente del Berro. Es increíble su afán por cargarse el arbolado de Madrid”.
La mayoría de los árboles que desaparecerán se encuentran ubicados al este de la M-30, pero casi una decena de los afectados serán talados dentro del propio parque de la Quinta Fuente del Berro, un jardín histórico del siglo XVII. “Los ejemplares afectados son en su mayoría ejemplares de gran tamaño y pertenecen a especies como las arizónicas, cedros, pinos, olmos y un ailanto”, recogía el anteproyecto municipal de las obras.
El Ayuntamiento argumenta que “en un anteproyecto es muy difícil establecer el número de árboles que se pueden ver afectados en un proyecto tan complejo y solo con el proyecto de ejecución se podrá saber”. Aseguran que “uno de los aspectos que se valorarán es la preservación de la mayor parte de arbolado”.
“El anteproyecto recoge un inventario del arbolado, lo cual no significa que necesariamente se vaya a ver afectado y, mucho menos, que se haya solicitado ninguna tala. En cualquier caso, se va a trabajar, como siempre, para que las afecciones sean mínimas. Además, no solo se sustituirían aquellos árboles que se tuvieran que apear, sino que se plantarán muchos más en estos taludes a ambos lados de la M-30”, defiende el área de Obras.
El espacio creado sobre la M-30 se conectará con los márgenes a través de ocho caminos y contará con zonas peatonales, ajardinadas y estanciales en las que se plantarán más de 200 nuevos árboles. La nueva plataforma se situará unos 300 metros al sur del puente de Ventas, en las inmediaciones de la pasarela Ramón de Aguinaga.
Esta ubicación se ha determinado como la más adecuada para evitar la demolición de las rampas que conectan la M-30 con la calle Alcalá, lo que implicaría un gran impacto a la movilidad durante muchos meses, además de una importante complejidad técnica. Por otra parte, en el tramo de 300 metros al sur del puente se encuentran instalaciones de Metro y un depósito del Canal de Isabel II que harían inviable la conexión de la plataforma. A todo ello hay que añadir que el tramo de la M-30 elegido discurre en trinchera a un nivel inferior al de la ciudad a ambos márgenes de la infraestructura, algo que facilitará los trabajos.
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