Invasión de polillas en Madrid: causas y consecuencias de la proliferación de estos insectos voladores en la capital

Las mejores polillas, las de Madrid. Al menos eso es lo que han pensado muchos usuarios en redes sociales que han visto como a lo largo de los últimos días se han multiplicado las quejas y consultas sobre la proliferación de estos insectos voladores. Unas apariciones habituales en verano, pero que este año han crecido de manera exponencial, según muchos ciudadanos. Para más inri, con ejemplares de un tamaño mayor al habitual, de acuerdo a lo que apuntan estas alertas públicas. Hay quien habla incluso de “polillas mutantes”.

Para corroborar que estas sensaciones se correspondan con la realidad, Somos Madrid ha contactado con el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento que dirige José Luis Martínez-Almeida, que a su vez redirige a Madrid Salud. Se trata de un organismo autónomo del Consistorio creado en 2005, que se encarga de la gestión de las políticas municipales en materia de salud pública.

Desde el Departamento de Control de Vectores de esta instancia admiten que “desde finales de mayo se han venido recibiendo cierto número de avisos sobre actividad de polillas ambientales diurnas (lepidóptera)”. Precisan que “no ha sido en todo caso un número de avisos muy destacado” y que “llegan especialmente desde distritos del sur y sureste”.

Aclaran asimismo que “no se estima riesgo relevante alguno”, ni se ha procedido a ningún tipo de tratamiento de control con insecticidas. “En este caso son totalmente innecesarios y perjudiciales desde el punto de vista medioambiental. Pese a la alarma que pueda generar en algunos vecinos por el tamaño de algunas de estas polillas ambientales, son inofensivas”. Pocas veces dos palabras transmitieron tanta paz.

Madrid Salud concreta que esta situación ya ha ocurrido en el pasado, por ejemplo en los años 1962, 1996 o 2013. “Parece presentarse con patrones cíclicos, unos fenómenos naturales de duración limitada en el tiempo”, apostillan desde el organismo. “Las causas pueden ser multifactoriales, probablemente relacionadas con la existencia de ciclos biológicos, con migraciones propias de estas especies y con otras circunstancias ecológicas”, concluyen.