Los vecinos y vecinas de Tribulete, 7, en Lavapiés, se visten de luto este sábado 14 de diciembre desde las 13.30 con una nueva performance en la que escenificarán el funeral de sus viviendas. Protestan así contra la compra de su inmueble por parte del fondo buitre Elix Rental Housing Socimi II.
Los residentes llevarán a cabo un responso “por las vecinas y vecinos expulsados, por los barrios vaciados y contra los fondos buitre”. Así lo ha compartido en redes sociales los propios arrendatiros, así como la cuenta del Sindicato de Inquilinas de Madrid. El acto, abierto a quien quiera sumarse (con la correspondiente ropa negra), pondrá de relieve“la defensa del derecho constitucional a la vivienda”.
Las manifestaciones arrancaron a principios de año, cuando el fondo Elix se disponía a adquirir del edificio. “Su negocio es comprar, echar, reformar e intentar lucrarse con pisos turísticos o pisos de lujo”, denunciaba públicamente el Sindicato de Inquilinas.
Además de las pancartas en la fachada o las concentraciones de corte clásico en sus calles y frente la sede de Elix, la vecindad ha demostrado gran imaginación para dar señales de su combatividad: sacaron los muebles de sus casas a la calle para ilustrar cómo se ven una vez ejecutada la compra. También han promovido una decena de conciertos de distintos géneros musicales desde varios pisos del edificio. Asimismo, han actuado en los comercios de los bajos figuras como el actor Alberto San Juan o la artista Rocío Saiz.
La protesta de este sábado se cerrará también con la participación de una banda invitada. Eso sí, algunos indicios parecen apuntar a Biznaga, un grupo que ya se ha significado en entrevistas y en sus letras contra la especulación inmobiliaria o la pérdida de identidad en los barrios.
La inquietud se transformó en miedo entre los vecinos de Tribulete el pasado enero, cuando trascendieron los planes de la compañía Elix para comprar este edificio donde viven 54 familias. La junta de accionistas de la empresa planeaba aprobar la adquisición del inmueble, así como de otros tres situados en los distritos de Tetuán (donde el proceso de expulsión avanza a mayor velocidad) y Ciudad Lineal y en Barcelona, respectivamente. Una operación que ya se había materializado en el 22 de la calle Galileo, en Chamberí.
Sus inquilinos reciben desde hace meses, conforme se acercaba la fecha de fin de sus contratos, los respectivos burofaxes con la comunicación de que los alquileres no se renovarán. Se trata de inmuebles antiguos y sin calefacción que durante décadas gestionó una familia rentista que recientemente decidió vender el bloque. Los alquileres varían entre los 550 y los 900 euros, precios que ya son prácticamente imposibles de encontrar en la zona, pero que la antigua propiedad mantenía a cambio de contrapartidas como que los inquilinos sufragasen el IBI o la tasa de basuras.
Hasta que apareció la sociedad Elix Rental Housing Socimi II, creada por la empresa de capital riesgo AltamarCAM Partners y la gestora inmobiliaria Elix. El presidente de AltamarCAM, Claudio Aguirre, es primo segundo de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Esta es la segunda socimi vinculada a AltamarCAM y la primera dedicada a la reforma de inmuebles de alquiler, según anunció la propia compañía en octubre de 2023. Su estrategia, “dar respuesta a la obsolescencia y escasez de vivienda en alquiler de calidad en el centro de la ciudad”, pasa en Chamberí o Tetuán por vaciar los bloques de los antiguos vecinos. Y ahora quieren replicarla en Lavapiés, pero los vecinos no lo están poniendo nada fácil a base de unión y creatividad.