El proyecto para tramitar otro hotel de gran lujo en el entorno de Canalejas se acaba de topar con la oposición de Más Madrid, partido que critica la destrucción del tejido residencial en la zona que supondría la apertura sobre tres edificios que actualmente están catalogados como teatro y viviendas residenciales. Por ello, acaba de presentar alegaciones para intentar frenar la transformación.
Para el partido de Rita Maestre, el proyecto presentado por la propietaria de los inmuebles, Pescaderías Coruñesas, “contradice los objetivos de la normativa urbanística en cuanto a la preservación del uso residencial” y pone por encima de la defensa de la vivienda a “la dinamización de la actividad económica y cultural del centro histórico de la ciudad”. Y asegura que la actuación prevista de abrir 68 habitaciones en los edificios “saturan la oferta hotelera y disponen la oferta cultural a la demanda turística”. asegura el concejal José Luis Nieto.
En las alegaciones, Más Madrid advierte de que el distrito Centro alberga ya dos de cada tres hoteles existentes en la ciudad y que estos ofrecen más de 36.000 plazas turísticas, “a una distancia abismal de cualquiera de los otros distritos de la ciudad”. A la vista de los datos, el partido asegura que existe una verdadera colmatación del uso hotelero en el área central de la ciudad, lo que se convierte, a su vez, en una fuerte presión para sus actuales habitantes. Por eso considera que el planeamiento “agrava la expulsión residencial” en unos edificios con licencia de oficinas desde los años noventa pero que en su momento albergaron viviendas.
El plan especial prevé conectar los inmuebles situados en Príncipe 1, Plaza Canalejas 3 y Carrera de San Jerónimo 24 (el Teatro Reina Victoria), todos catalogados con la máxima protección y valorados en unos 96 millones de euros. Serán explotados por UMusic, la división turística de la discográfica Universal, que ha firmado un contrato a 25 años con Pescaderías Coruñesas.
Para Más Madrid, esta conexión funcional supone “una amenaza a la protección, pues el uso compartido y el tratamiento unificado pueden alterar la naturaleza de los inmuebles, comprometiendo sus valores patrimoniales y arquitectónicos a futuro”, explican en el texto de las alegaciones. Y pone como ejemplo otra unificación cercana, la de los siete edificios históricos que ahora componen el Centro Canalejas.
Por último, las alegaciones de Más Madrid critican la contradicción de que se utilicen argumentos como la “revitalización cultural” o “patrimonial” en el plan especial para amparar “un modelo de negocio de lujo, meramente lucrativo, y que no redunda en un interés general” para la ciudadanía madrileña y los habitantes del centro de la ciudad. “El interés general de la propuesta queda en entredicho”, añaden.
“El destino final de estos inmuebles implica una orientación prioritaria hacia el turismo, desvirtuando el disfrute y acceso de la comunidad local”, añade José Luis Nieto, quien recalca que el destinatario será un turista “de lujo”, con un gasto previsto de 821 euros por noche en las habitaciones del nuevo hotel.
El Grupo Municipal de Más Madrid alerta de que la turistificación que está sufriendo el centro, a costa del residencial y oficinas, “elimina diversidad y tiene graves consecuencias en el vaciado poblacional del centro” y pide al Gobierno de Almeida que recupere el uso residencial como oportunidad de intervenciones para vivienda social destinada a jóvenes.
El plan especial: “Recuperar el uso residencial no atiende a la demanda”
En contraposición a Más Madrid, el texto del plan especial que fue adelantado por este periódico asegura que el barrio de Cortes “cuenta con una infradotación de este tipo de alojamientos turísticos con espectáculos anexos”, por lo que justifica la necesidad de uno nuevo. En “un enclave turístico de la mayor relevancia entre otros aspectos por su cercanía a la Plaza Puerta del Sol”.
El plan impulsado por Pescaderías Coruñesas y UMusic también descarta recuperar el uso residencial de vivienda colectiva, que era el original del edificio que da a la plaza Canalejas. Lo hace porque “si bien resulta oportuno, no atiende de manera adecuada a la demanda actual existente en el área central de Madrid”, añade la memoria del plan. Sus impulsores aseguran que debido a “la creciente terciarización del entorno (...) la actividad y niveles de ruido convierten esta zona en un foco de actividad poco asumible para el uso residencial”.