Madrid encuentra restos arqueológicos en las obras de la Puerta del Sol
Los trabajos para remodelar la Puerta del Sol han hecho aflorar unos vestigios inesperados: en la zona norte de la plaza, bajo el subsuelo, permanecían ocultos varios muros de lo que -parece- fueron construcciones antiguas situadas en la plaza y que se derribaron en alguna de sus múltiples reformas.
El Ayuntamiento de Madrid encontró estos elementos hace unos días y detuvo los trabajos en la zona para cartografiar todos los descubrimientos y avisar del hallazgo a la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. “Podría corresponderse con los cimientos de alguna antigua edificación”, explican desde el área de Obras del consistorio, sin dar todavía más detalles, a falta del análisis completo.
Las mismas fuentes indican que la obra se detuvo en este punto, siguiendo sus protocolos habituales, pero que la aparición de estos restos no está suponiendo ningún retraso en las reforma general, puesto que los trabajos se han desplazado a otros lugares de la plaza. También añaden que la aparición de este tipo de cimentaciones es algo muy habitual cuando se ejecutan obras en el centro de Madrid.
“Estamos pendientes de que la Comunidad de Madrid nos haga llegar un informe sobre cómo proceder”, explica un portavoz municipal a Somos Madrid. En principio, su Dirección General de Patrimonio deberá decidir qué hacer en este espacio en los próximos días.
Los cimientos encontrados se ubican en una zona en la que existían construcciones antes de las obras que tuvieron lugar en la plaza a mediados del siglo XIX, cuando se tiraron parte de los edificios que la rodeaban para ampliar el espacio existente. Las estampas de estas edificaciones se pueden observar en algunas imágenes de Laurent y de otros fotógrafos de la época.
Todas las construcciones que se conservan se encuentran cerca del edificio del Tío Pepe, enfrente de la sede de la Comunidad de Madrid, en una franja estrecha de unos veinte metros de longitud y un ancho variable de unos cuatro metros en su parte más estrecha.
Desde Madrid Ciudadanía y Patrimonio (MCyP), entidad vigilante de los bienes culturales de la capital, creen que el destino final de estas construcciones será ser enterradas de nuevo o destruidas. “En Madrid no se conserva prácticamente nada del estrato arqueológico, salvo piezas museizables que acaban en una vitrina”, comentan. Lo que suele suceder es que la Administración ordena el desmantelamiento y “solo queda la documentación de lo que hubo en el momento en el que se hizo la excavación”, añaden.
“En esta ciudad solo queda, casi de milagro, los restos del Palacio de Godoy, una parte de la Fuente de los Caños del Peral... y muy pocas cosas. No se hacen esfuerzos por potenciar el patrimonio arqueológico in situ”, lamentan desde MCyP. En la propia Puerta del Sol hay alguno de esos escasos ejemplos, el de los restos de la Iglesia del Buen Suceso, que fue derribada para ampliar la plaza. Cuatro de sus columnas, sin embargo, se trasladaron a unos almacenes municipales y hace cinco años fueron colocadas en los Jardines del Arquitecto Ribera, en Tribunal.
La reforma de la Puerta del Sol comenzó a finales del pasado mes de marzo y está previsto que se extienda durante 12 meses. Servirá para peatonalizar completamente este entorno y como tarjeta electoral del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, de cara a los comicios del próximo mes de mayo. Por eso los plazos en esta obra son fundamentales, ya que si se retrasa tres meses -como ha ocurrido en el Nudo Norte- los madrileños acudirían a votar con la plaza levantada.
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