La prometida reforma de las aceras de Conde Duque arrancará esta semana. El Ayuntamiento de Madrid ha iniciado los avisos para retirar los coches de la calle Montserrat, la primera en la que entrarán las máquinas para rebajar los bordillos y convertir en plataforma única la zona norte del barrio, según pudo comprobar in situ Somos Malasaña.
Los trabajos seguirán el modelo empleado en la reforma del entorno de la calle de Santa Isabel el pasado año: “Convertir las actuales calles con calzada y aceras a distinto nivel en espacios de convivencia sin barreras arquitectónicas, diferenciados solo por el tipo de pavimento, y no por desniveles que dificulten la movilidad de los transeúntes”, informa el distrito Centro.
Las calles beneficiadas por la reforma serán -además de la citada Montserrat- las de Quiñones, Acuerdo, San Dimas y Norte, tal y como adelantó este periódico el pasado mes de mayo. Seguirán la vía marcada en la pasada legislatura con las ampliaciones de acera y rebajes de bordillo en San Vicente Ferrer y Palma. De momento se quedan fuera de las actuaciones las dos calles por las que circula el autobús 002, San Hermenegildo y Noviciado, necesitadas también de una importante reforma debido a sus problemas de accesibilidad.
El Ayuntamiento gastará 970.000 euros en las obras, que se repartirán “en función de necesidades y presupuesto”, explicaron en su momento fuentes municipales. La reforma de estas vías se enmarca en el compromiso por la accesibilidad adoptado por el equipo de Almeida y con las intenciones que mostraron las áreas de Obras y Centro cuando presentaron el resultado de la reforma de la calle Amaniel, eje vertebrador de la zona, cuyo proyecto fue iniciado durante la legislatura de Carmena e inaugurado ya en el presente mandato.
Pese a estas intenciones, la actual corporación municipal decidió en 2019 descartar dos partidas los de renovación de calles del entorno de Noviciado (1.525.000 euros) y las del entorno de Acuerdo (1.475.000) para dedicar este montante al arreglo de túneles en otras partes de la ciudad.
Ambas partidas iban a servir para eliminar los bordillos y las calles estrechas y poco accesibles del entorno de Conde Duque, un cambio que ya se había iniciado con la citada reforma de Amaniel y las nuevas San Vicente Ferrer o Palma, donde los coches aparcados dieron paso a aceras más anchas y árboles. El plazo de finalización de los trabajos no está claro y algunos vecinos están bromeando con el mensaje que ha dejado el Ayuntamiento en sus portales: