La impunidad con la que actúan los pisos turísticos en Madrid sigue dejando ejemplos en las calles de Malasaña. El último es el uso del espacio público que hacen algunos alquiladores para facilitar la entrega y recogida de llaves por parte de los turistas.
La práctica la desvelaron este lunes varios vecinos de la plataforma SOS Malasaña en Telemadrid. Se fueron a la esquina de la calle Madera con Don Felipe para mostrar una misteriosa caja oscura con un código numérico, enganchada a la parte baja de una papelera: en ella los turistas meten las llaves cuando se marchan del piso de alquiler y las cogen cuando llegan a Madrid.
Con este método, el alquilador se ahorra tener que estar presente en el momento de la marcha del turista, aunque para ello tenga que dejar las llaves expuestas a que cualquiera que pase las pueda coger. Incluida la del portal en el que viven el resto de vecinos. Este es el reportaje en el que se denuncia la práctica.
Un vecino comenta cómo funciona el sistema: el anfitrión que usa este método informa a los turistas de que pueden dejar o coger las llaves bajo la papelera situada a la entrada de la calle Don Felipe. Luego acuden con ellas hasta el número 38 de la calle Madera, donde según los vecinos se encuentran los apartamentos turísticos.
Después de la emisión del reportaje, el anfitrión que había colocado la caja de seguridad bajo la papelera retiró este elemento de la vía pública. Esta mañana la misma papelera presentaba este aspecto:
La práctica de colocar cajas con contraseña es habitual en Malasaña desde que se multiplicaron por cientos los pisos Airbnb del barrio. Normalmente los alquiladores los colocan junto a la puerta de entrada al piso para hacer más cómoda la entrada y salida de turistas, pero a veces que estos no cuenten con la llave del portal causa molestias en el vecindario, con llamadas a los telefonillos a cualquier hora del día o de la noche.
Pisos como los de la calle de la Madera serán ilegalizados por el Ayuntamiento, que prepara los últimos flecos burocráticos para aprobar de forma definitiva un plan especial para prohibir la actividad del 95% de alojamientos en pisos residenciales. Fuentes municipales explican que esperan tener todos los trámites listos antes de final de año y empezar con las sanciones. La Comunidad de Madrid, mientras tanto, niega que exista un problema y sigue sin inspeccionar las irregularidades.
Por su parte, los vecinos de Malasaña han iniciado una campaña de visibilización de sus problemas, entre los que se encuentra la proliferación de viviendas de uso turístico, a través de protestas periódicas y asambleas de una nueva plataforma creada con este fin, SOS Malasaña. Este martes sus representantes se reúnen con el Ayuntamiento de Madrid para solicitar mejoras en el ámbito de la seguridad, en el control de los pisos turísticos, en la limpieza, en el control del botellón y del exceso de ruidos y en la movilidad y en el estado del pavimento de las calles.