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Opinión - Lección de dignidad. Por Esther Palomera

Los detalles del concurso que reformará el corazón de Malasaña: llegará a 5 calles, eliminará escaleras y costará 2,3 millones

La nueva plaza del Dos de Mayo será más verde, accesible y el proyecto abarcará todas las calles que la rodean. Es lo que se desprende de los detalles del concurso convocado por Ayuntamiento de Madrid a través del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM) para renovar este céntrico espacio, que el consistorio considera el “corazón” de Malasaña.

“El principal objetivo es contribuir a la recualificación de la plaza y su entorno (...) con un nuevo proyecto que atienda a la realidad actual de uso por la población, necesidad de readaptación climática de la ciudad, mejora de accesibilidad y de las relaciones con el entorno de proximidad” dicen los pliegos del concurso a los que ha tenido acceso Somos Malasaña. La reforma del entorno irá más allá de la propia plaza y se extenderá por las calles San Andrés, Ruíz, Daoíz, Dos de Mayo y Velarde, hasta llegar a Fuencarral, según los mismos documentos. Todas seguirán como hasta ahora, sin bordillos.

El Ayuntamiento de Madrid premiará principalmente las soluciones arquitectónicas que den “máxima prioridad al confort urbano en la elección de los materiales y su influencia en la isla de calor, el empleo de vegetación, la permeabilidad de los suelos y el diseño de áreas sombreadas por árboles”. En este sentido, el concurso prohíbe las talas, salvo aquellas que sean estrictamente necesarias por razones fitosanitarias o por riesgo de caídas. “La vegetación debe resignificarse potenciando el estrato arbustivo que aporta color, diversidad y calidad ambiental”, añade el consistorio.

En cuanto a otros aspectos de sostenibilidad, valorará que se utilicen algunos de los materiales presentes en la plaza y pide que el alumbrado sea de alta eficiencia energética.

“La plaza tendrá un carácter flexible evitando espacios demasiado excluyentes” dice el concurso a la hora de marcar la distribución de espacios, sin citar soluciones específicas para la infancia (actualmente hay tres parques para niños). “Debe facilitar la convivencia, desalentando los usos indeseados”, añade. Sí que indica que las escaleras desaparecerán: “Deberán eliminarse todas las barreras arquitectónicas existentes y evitar la creación de otras nuevas”, es una de las reglas a seguir por los proyectos. 

Respecto a la seguridad, los diseños deberán favorecer “la percepción de seguridad por todos los usuarios”, evitando espacios ocultos, fondos de saco y el exceso de desniveles. El Ayuntamiento de Madrid quiere que también contribuyan a ello las nuevas cámaras de vigilancia que ya está instalando y que estarán operativas a finales de año.

Todas las propuestas que lleguen al COAM tendrán un elemento fijo, inamovible: el monumento a Daoiz y Velarde en el centro de la plaza. La protección histórico-artística de este grupo escultórico (propiedad del Museo del Prado) no permiten su traslado, al igual que el del histórico arco de Monteleón, situado a sus espaldas.

Por último, el Ayuntamiento premiará que las propuestas se acerquen al presupuesto destinado a esta reforma, que se eleva a los 2,3 millones de euros. El ganador se llevará un premio de 14.200 euros (IVA no incluido) y la probable dirección de obra, que previsiblemente multiplicará casi por diez esta cantidad. El segundo premio será galardonado con 9.480 euros, mientras que el tercero se llevará 6.320. También se valora la entrega de un máximo de tres accésits por 1.000 cada uno.

El jurado estará formado por los concejales Paloma García Romero (delegada de Obras y Equipamientos), Carlos Segura (edil de Centro), acompañados por el director general de Obras, José Luis Infanzón, el decano del COAM, Sigfrido Herráez Rodríguez, y tres arquitectos “de reconocido prestigio”. Serán José Ignacio Linazasoro Rodríguez, Santiago Cifuentes Barrio y Juan Fisac Gonzalo. Estos tres últimos serán remunerados con 400 euros por sesión de deliberación hasta un máximo de tres encuentros.

El plazo límite de presentación de las ideas será el próximo 30 de octubre y el fallo del jurado se producirá en un plazo máximo de cinco meses a partir de esa fecha. La previsión del Gobierno municipal es que, una vez redactado y licitado el proyecto, las obras en la emblemática plaza puedan comenzar a finales de 2025.

Daoíz y Velarde, la escultura intocable

Las esculturas de Daoíz y Velarde son obra de Antonio Solá, que en 1822 recibió el encargo de manos del rey Fernando VII y lo concluyó en 1830. Sufradas por el Cuerpo de Artillería y con un coste de 3.000 duros de la época, representan a los militares que dirigieron la defensa del Cuartel de Monteleón frente a las tropas francesas en mayo de 1808, pero con un estilo neoclásico, de gran simbolismo: se presentan de pie, cogiéndose de la mano en señal de juramento, prometiendo no humillarse ante las huestes de Napoleón y defenderse con su vida

Tanto los rostros como la túnica (clámide) que cubre su uniforme corresponden a una idealización clásica de ambos militares y tiene poco de realismo. Un cañón, clave a la hora de repeler los primeros ataques galos, acompaña al conjunto escultórico. Las figuras, esculpidas en mármol de Carrara, no tuvieron un acomodo fácil en Madrid. Pasaron casi un siglo dando vueltas hasta encontrar hueco en su actual ubicación, como explicamos en su momento en este completo artículo.

En 1932 fueron colocadas junto a lo único que queda del Cuartel de Artillería de Monteleón, uno de sus arcos de entrada, que se restauró para adornar la principal plaza de Malasaña (entonces barrio de Maravillas, nombre popular que recibió por el convento que llegó a ocupar parte de estos terrenos).