Dos meses después de que el Ayuntamiento anunciara un plan de limpieza urgente para Malasaña, las mangueras han empezado hoy a levantar la suciedad acumulada en las calles, fruto de la dejadez municipal y de la gestión de las empresas privadas concesionarias.
A las 9.00 los operarios se ponían en marcha, acompañados de un camión del servicio de Medio Ambiente, en el cruce de la calle San Andrés con San Vicente Ferrer. La acción forma parte del nuevo Plan para la Limpieza de Madrid anunciado por la alcaldesa el martes y que sacará a 500 barrenderos más a las calles de la ciudad.
Esta limpieza intensiva durará dos días y afectará solo a la mitad de Malasaña, la que va desde la citada San Vicente Ferrer hasta la calle Carranza. La zona sur, que llega hasta la Gran Vía, tendrá que esperar a fechas posteriores. El plan se extenderá durante los próximos tres meses y el objetivo del Ayuntamiento es llegar a los 128 barrios de los 21 distritos de la ciudad. Estas son las zonas sobre las que se está actuando este jueves y viernes:
Entre las actuaciones de limpieza previstas se encuentran los baldeos mixtos, barridos manuales y mecánicos, eliminación de pintadas y aplicación de productos antigrafitti, peinados, recogida de muebles y enseres, eliminación de manchas y olores, papeleras y doggys, desbroces y fregados.
¿Y los efectos del botellón?
Tema aparte merece los efectos del botellón o el laterismo, que volvió con fuerza a Malasaña en el verano y que está llegando a afectar incluso a los parques infantiles, donde los consumidores de botellas y cervezas derraman parte de sus bebidas, con un nauseabundo olor en la zona por las mañanas.
Hasta ahora, los operarios de limpieza se limitaban a recoger las latas y botellas. Los baldeos que eliminan la suciedad de los líquidos vertidos no tenían lugar hasta el lunes o martes posteriores al fin de semana, por lo que los niños podían elegir durante el fin de semana entre no usar el parque infantil o hacerlo con las suelas pegadas al pavimento manchado de alcohol.