Este pasado viernes por la tarde hubo carnaval.
Éxito total de participantes en esta clásica cita anual. Liderados por ese joven grupo de imprescindibles del Centro de Mayores “Benito Martín Lozano”, los colegios Isabel la Católica y Pi i Margall y los representantes vecinales de ACIBU, un buen manojo de colectivos sociales del barrio y de particulares se sumó a la fiesta.
Allí estuvo Cruz Roja, la Asociación “Gruñidos Salvajes”, el Centro de Día Lope de Vega, la Fundación Tomillo, la Asociación Ajema, Rosalía Rendu, la Asociación EOF, el Servicio de Dinamización de Espacio Públicos, Acción en Red, el Centro Abierto “La Casita”, la Asociación “Lumbre”, el Patio Maravillas y los representantes del CEPI Hispano Marroquí, con sus bailes y canciones.
Sin embargo, en el carnaval de este año se echó en falta el recorrido habitual del desfile, el que partiendo desde San Ildefonso pasaba por San Joaquín -para que los mayores del 'Benito Martín Lozano' descargaran todo el confeti del mundo sobre los participantes-, seguía por Beneficencia rodeando la manzana del mercado de Barceló y atravesando Fuencarral para adentrarse por Velarde hacie el Dos de Mayo, San Andrés, Juan Pujol, Espíritu Santo, Corredera de San Pablo y, de nuevo, San Ildefonso.
Este año el recorrido varió debido a que el Ayuntamiento, a última hora y con todos los permisos solicitados y concedidos, decidió cambiar el trayecto de la fiesta. La autorización firmada por el concejal de Centro, José Enrique Núñez, quedó en papel mojado ante una contraorden que la desautorizaba. El desfile, por primera vez en muchos años no pudo adentrarse por las calles de Malasaña, que es donde tiene sentido, y fue obligado a discurrir por la nueva zona peatonal de la calle Fuencarral. Desde el Mercado de Fuencarral hasta Gran Vía y vuelta. En eso quedó la cosa.
Obviamente, este imprevisto no estropeó la celebración, estaban en juego demasiadas ilusiones, pero al término del desfile, las voces de descontento se dejaron oír. Desde ACIBU, su presidenta Isabel Rodríguez afirmó que el cambio de recorrido le pareció “una vergüenza”. Mientras, miembros de la junta directiva del AMPA del colegio Isabel la Católica criticaron el hecho de que les sacaran del barrio obligándoles a desfilar por una “zona comercial ajena a la fiesta y al sentido de comunidad que tiene”. “El Ayuntamiento ya se cargó las fiestas vecinales de San Antonio, de la calle del Pez, trató de eliminar las del Dos de Mayo y, ahora, quiere quitarle al barrio también el carnaval con este recorrido. No se explica por qué maltrata sistemáticamente cualquier celebración popular que se organiza en Malasaña”, afirmaron.
La temática propuesta por los organizadores del desfile de este año era 'la piratería', pero en la fiesta se vieron disfraces de lo más diverso y variopinto. El grupo “Gruñidos Salvajes” ofreció dos pequeñas representaciones al comienzo y al final del desfile. Al término del mismo, una chocolatada en la nueva sede del Patio Maravillas calentó el cuerpo de cuantos participantes quisieron acudir a Pez 21.