Los basureros de Madrid están de huelga desde este lunes. El fracaso de las negociaciones entre sindicatos y las tres empresas concesionarias del servicio ha provocado que la amenaza de paros que estaba encima de la mesa se empiece a cumplir desde las 7.00 horas de este 6 de noviembre.
Ante esta situación, el Ayuntamiento de Madrid ha decretado unos servicios mínimos del 50%, por lo que el servicio solo se cumplirá cada dos días. En el Centro, distrito en el que se encuentra Malasaña, los camiones de la basura trabajarán los días pares, es decir: el lunes 6, el miércoles 8, el viernes 10 y el domingo 12 de noviembre.
La huelga afecta a la recogida de contenedores de tapa naranja, debido a que la retirada de residuos para el reciclaje -contenedores de papel, envases y vidrio- se gestiona con otro contrato y por otras empresas distintas.
El consistorio ha emitido una nota en la que requiere a las empresas y los sindicatos “que continúen negociando para cerrar un convenio beneficioso para la ciudad, el servicio y los trabajadores”. Los sindicatos convocantes, CCOO, UGT y CGT, han acercado posturas con las empresas en cuanto a reclamaciones salariales, pero están preocupados por la pérdida de puestos de trabajo que puede acarrear la implantación en algunas zonas de Madrid del nuevo contenedor marrón.
El contrato de recogida de basuras se ejecuta en Madrid de forma privada, con un contrato firmado por Ana Botella con las empresas Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), una UTE de UTRM2, formmada por OHL, Valoriza, Ascan y Acciona, y con otra UTE entre Ferrovial y Urbaser.
La última huelga de basuras data de noviembre del año 2013. Entonces las calles de Malasaña se llenaron de desperdicios, que fueron acampañados de quema de contenedores en algunos puntos. Los problemas aumentaron hace cuatro años a partir del fin de semana, por los desperdicios no limpiados del botellón en las plazas del barrio.