Hoy en Madrid se encienden las luces de Navidad pero lo que sigue importando es que ayer se apagó la luz que más brilló en el firmamento fútbol, según muchos maradonistas y según, sin ninguna duda, los miles de fieles de la iglesia maradoniana, que cuenta con alrededor de 9.000 seguidores en España y más de medio millón en el mundo.
Diego Armando Maradona, que falleció ayer, 25 de noviembre, tuvo un breve pasado malasañero, aquel que supuestamente lo reunió ni más ni menos que con otros dos astros del balón en un bar de la calle Manuela Malasaña por obra y gracia de un anuncio para la firma Louis Vuitton.
La publicidad nos hizo creer que allá por el año 2010 en el citado barrio se disputó una partida al futbolín entre tres figuras del balompié de la talla de Zidane, Pelé y el mismo Maradona en un bar castizo como es el Casa Maravillas.
Sin embargo, fuentes de toda confianza comentan que tal encuentro nunca llegó a producirse por una sencilla razón: el Pelusa llegó tarde a la cita y tuvo que ser la magia photoshopera de la gran fotógrafa Annie Leibowitz, responsable de la producción, la que acabara colocando a Maradona junto a las otras dos ex estrellas futbolísticas, que sí llegaron a compartir sesión de fotos y rodaje para el spot publicitario.
Aquel futbolín no fue más que de figuración, puesto que jamás hubo uno en Casa Maravillas, pero lo que sí quedó del paso de los tres reyes del balón por Malasaña fueron unas camisetas firmadas por cada uno de ellos, las cuales permanecieron durante años enmarcadas y colgadas en la pared de un local cercano, el desaparecido Molly Mallone, y hoy no sabemos bien por dónde andarán.
Esta anécdota no da más que para presumir de que hubo una vez que, aún sin saberlo porque del rodaje del anuncio de Louis Vuitton no se soltó prenda aunque en él participaron 170 personas, hubo una vez en la que los malasañeros estuvimos bien cerca de Diego, ese Dios argentino que en paz descanse.