¿Has pensado alguna vez en la cantidad casi infinita de informaciones que ocultan las calles que frecuentas? El cielo está oscuro ¿Cuál será la calidad del aire hoy? Has de ir a un sitio, pero no sabes si coger la bicicleta ¿Habrá un aparcamiento para bicis cerca? Estas informaciones, entre otras muchas -pero menos de las que sería deseable aún-están disponibles en el portal de Datos Abiertos de Madrid.
Detrás de estos portales se encuentra el open data, filosofía que aboga por la libertad de los datos (especialmente públicos). Es un movimiento de derechos civiles que pretende influir para que las administraciones públicas abran toda su información, y lo hagan además en formatos adecuados para poder ser comprendidos y tratados por los ciudadanos. Está muy relacionado (podríamos decir que es una necesidad previa) con otro concepto de moda: el open government.
Aunque hablamos de una tendencia muy joven, los portales de datos abiertos de las diferentes administraciones autonómicas han proliferado en los últimos años, si bien no han faltado críticas de asociaciones por la transparencia, que han alertado de que en algunos casos estos portales no son tan abiertos como sugiere el nombre, o carecen del mantenimiento debido después de su puesta de largo mediática. Después de la Ley de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, publicada en diciembre de 2013, la tendencia se convirtió en obligación.
En el caso del portal madrileño, éste sólo lleva online desde marzo de 2014, aunque es cierto que muchos de los data sets estaban disponibles en otros estantes de la red y sucede al Portal de Transparencia (2012).
Pero...¿qué hago yo con estos datos?
La mayoría de nosotros no tenemos el tiempo o la capacidad técnica para procesar los datos y sacar informaciones útiles de los mismos. Sin embargo, hay una buena cantidad de empresas, asociaciones y personas con inventiva y capacidad para hacerlo por nosotros. Para llevarlo a cabo, los datos deben ser abiertos, tienen que estar disponibles en formatos accesibles, estar estruturados, ser reutilizables y susceptibles de un tratamiento automatizado.
Para entendernos, una hoja de cálculo podrá leerla un programa informático para ofrecerte una información digerida, pero un PDF, probablemente, sólo podrá impimirlo para que tú te lo leas. Hoy en día todavía hay demasiados PDFs en los portales de información pública.
Los ejemplos de posibles aplicaciones informáticas que utilicen datos estructurados proporcionados por las distintas administraciones son innumerables, desde las habituales aplicaciones para saber cuándo llegará el próximo autobús, hasta ésta que informa sobre el estado de todos los alcorques de Madrid.
Durante los días 27 y 28 de septiembre se celebrará en Medialab Prado MAD Data, encuentro que pretende incentivar la proliferación de este tipo de aplicaciones informáticas de datos, con 15.000 euros en premios.
Datos, dame más datos
Una de las características más ventiladas y, a la vez, más por desarrollar de los portales de datos abiertos es la de la participación ciudadana. En Madrid podemos proponer listas de datos para que sean liberados y puestos a disposición pública. También podemos votarlos para promocionar las propuestas de la gente. Con motivo de la reciente puesta en marcha del BiciMad, se empujó desde este apartado para que se hicieran públicos todos los datos posibles del servicio.
Entre las propuestas ciudadanas a favor de la liberación de datos públicos encontramos, por ejemplo, una para que sean públicas las inspecciones y sanciones sanitarias a bares, lo mismo que las inspecciones a peluquerías, el dinero recaudado a través de las multas de trafico, los datos sobre el robo de bicicletas o la cantidad de residuos -y el tipo- recogidos en los distintos puntos limpios.
En el momento de escribir este artículo, el conjunto de datos más votado para su puesta a disposición en datos ordenados para su explotación informática es la información del padrón municipal
¿Qué datos querrías conocer tú de la ciudad de Madrid?