Un cortometraje para detener el tiempo en las tiendas y bares de la Malasaña diurna

En septiembre de 2017, el cámara Javi Álvarez se paseó por una docena de comercios y bares de Malasaña para intentar grabar el barrio en un día normal, cotidiano, alejado de las noches que han labrado su nombre en el imaginario colectivo. Se paseó por la calle Pez, por Madera, por Espíritu Santo, retratando el día a día de sus vecinos para el documental Sol de Malasaña.

De este proyecto salió otro, más personal, que ponía el foco en los comerciantes del barrio y que les mostraba en crudo: tiene el nombre de Paisaje y Paisanaje y su autor lo acaba de hacer público:

Las imágenes parecen sacadas de otra época, de un mundo precovid en el que todo era muy distinto y existían lugares que se han marchado de Malasaña dejando una honda huella. Aparece Casto en el antiguo Palentino, diferentes miembros de la familia que regentaba Alimentación Nieto en la calle Palma, Alfredo en su Cafetería Dominó...

“El corto tiene ahora tiene otro significado, por un lado es un shock que en apenas tres años hayan cerrado tantos lugares” -comenta Javi Álvarez en conversación con Somos Malasaña- “y luego está la doble capa de la pandemia, que nos hace mirar todas estas imágenes con otros ojos”, añade. La idea era crear un documental de un día ordinario en el barrio, grabado sin intervenir, reflejando la vida pasar. La visión de un lugar en transición y con negocios que en su día estaban amenazados. Tanto que varios no sobrevivieron muchos meses más allá de la grabación.

El metraje está salpicado de otros personajes muy conocidos por cualquiera que viva en el barrio, como José al otro lado del mostrador de Pollerías Herrero, los hermanos Salvadores en su pescadería de Espíritu Santo, Tom Graham en su estudio de lettering de Tesoro, Antonio y Conchi, de la centenaria Encuadernación Frisa, Yunah Park en las guitarras Benito Pérez Aguado, Ana Ladrón de Casa Crespo, los antiguos gestores del Café de Ruiz y los hermanos González Pérez (Jesús, Santiago y Miguel) que sirven yayos en Casa Camacho.

Una Malasaña distinta del cliché turístico en el que se había convertido antes de la pandemia. Un corto para recordar que todavía existe el barrio. Costumbrismo o barbarie, como ha firmado Álvarez al publicar el corto.