En el año 2014, a través de un artículo en un periódico de tirada nacional, conocí el caso de Queco, que ahora es un miembro más de mi familia. En él mostraban a un perro mestizo de poco más de cinco kilos, sin orejas, sin pelo, lleno de heridas y con una mirada apagada que reflejaba una vida plagada de malos tratos que le habían ocasionado, además de una serie de secuelas físicas, muchos miedos e inseguridades. En la protectora que había logrado rescatarlo, buscaban un hogar para él en el que además de mejorar su salud (a día de hoy tiene más pelo que un ewok y pesa algo más de diez kilos), le mostrasen lo que es el amor, la felicidad y sobre todo la confianza (algo que, además de la ayuda de una adiestradora, requirió mucho esfuerzo y paciencia).
Durante los primeros meses, cuando me cruzaba con los vecinos del barrio que le vieron llegar el primer día, solían decirme la suerte que había tenido Queco encontrando un hogar como el nuestro, pero lo cierto es que la suerte la tuvimos nosotros: convivir con animales es posiblemente una de las opciones de vida que más recomendaría a cualquier persona, porque además de aprender cada día algo de ellos, descubres lo que supone el amor incondicional y la lealtad en el estado más puro. Y sí, tal vez os suene todo un poco edulcorado, pero es una realidad como un templo.
Pero tener un miembro peludo en la familia, además de muchas alegrías, implica muchas responsabilidades y hoy quiero contar algunas de ellas para que las tengas en cuenta y no tomes la decisión de adoptar a la ligera (y digo adoptar y no comprar porque las vidas jamás deberían tener un precio, así que la adopción es la única opción que me planteo). Compartir la vida con un nuevo integrante en la familia requiere tiempo, dedicación y también un desembolso económico anual que suele ir entre los 700 y 1500 euros en adelante.
- Lo primero que debes de tener en cuenta es que en la Comunidad de Madrid la legislación obliga a contratar un seguro de responsabilidad civil para todos los perros, independientemente del tamaño o la raza. Su precio oscila entre los 30 y los 90 euros aproximadamente y cubrirá los daños que el perro pueda ocasionar a otras personas o bienes.
- El siguiente punto importante a tener en cuenta es la atención veterinaria y aunque no suponga en el mejor de los casos un gasto mensual, hay visitas que no podrás pasar por alto: colocación del microchip (si tu mascota es adoptada, se lo pondrán en la protectora, pero si no te costará entre los 30 y los 60 euros), desparasitación trimestral (entre los 10 y los 30 euros), la vacuna obligatoria de la rabia (alrededor de 25 euros) y la polivalente, que aunque no es obligatoria, sí es recomendable. Y añade además la cita para una revisión anual o alguna que otra visita por enfermedad o malestar. En Malasaña hay varias clínicas, como Arco Iris (calle Valverde, 48) o Malasaña (calle Manuela Malasaña, 4) y si tu mascota es un animal exótico (aves, mamíferos exóticos, reptiles, anfibios, peces o conejos), entonces te recomiendo que visites Los Sauces (calle Santa Engracia, 63).
- En cuanto a la alimentación, dependerá del tamaño del perro, de su edad y del tipo de dieta que le quieras dar, pero puede oscilar entre los 25 y los 90 euros al mes. En Malasaña puedes encontrar tiendas de alimentación para animales como El Jardín de Kika (calle Pez, 12) o Naturanimal (calle Marqués de Santa Ana, 9) y si lo que te apetece es darle una dieta natural (carne fresca) o algún capricho cuando se porte bien, Miguitas (calle Divino Pastor, 7) está especializada en repostería perruna y os aseguro que le encanta.
- Y si tu mascota tiene pelo abundante, no te librarás de las visitas a la peluquería. Mantenerle el pelo en casa peinándoselo cada día, te ayudará a evitar que tenga nudos y así los baños y los cortes serán mucho más llevaderos y sencillos. El precio variará dependiendo del tamaño de tu mascota y de si es un corte o un repaso y rondará entre los 25 y los 45 euros aproximadamente. En Malasaña, además de Naturanimal y El Jardín de Kika, de las que ya os he hablado en el punto anterior y disponen de servicio de peluquería, os recomiendo a Nicolás Herrero (calle Marqués de Santa Ana, 30), pero eso sí, recuerda pedir cita previa porque es un servicio que suele estar muy solicitado en el barrio.
Y aunque estos son los gastos más básicos, podríamos añadir otros como juguetes, ropa para el invierno o una cama, así que para evitar que tengas que desembolsar más dinero del necesario, voy a contarte algunas de las obligaciones que debemos cumplir en los parques y en las calles para evitar las temidas multas que pueden llegar a alcanzar los 1500 euros.
- En la Comunidad de Madrid, la normativa establece que en los jardines y en los parques existe un horario en el que los perros pueden ir sueltos (excepto los catalogados como potencialmente peligrosos, que siempre deberán ir atados y con bozal) y que será siempre responsabilidad del dueño tomar las medidas adecuadas para evitar situaciones peligrosas o molestas para otras personas. El horario de invierno será desde las 19:00 a las 10:00 horas y el de verano desde las 20:00 a 10:00 horas, excepto en zonas de recreo infantil, zonas para mayores o áreas especificadas.
- En la calle, la normativa establece que deben de ir con una cadena o cordón que pemita su control y ojo, porque este punto incluye también los portales de la comunidad.
- Es obligatorio tanto en la calle como en los parques recoger las deposiciones de nuestros perros y el hecho de no hacerlo, puede implicar multas que van desde los 751 a los 1500 euros. En cuanto al pis, aunque no es obligatorio, sí se recomienda llevar una botella de agua con un chorrito de vinagre blanco para aplicar sobre la mancha y evitar así los malos olores.
Y ahora que ya os he contado la parte más cruda de tener una mascota, os animo a que le impliquéis en la medida de lo posible en vuestro tiempo de ocio: en Madrid centro (y en cualquier ciudad) cada vez son más los negocios petfriendly en los que los animales buenos son bienvenidospetfriendly, no solo a las terrazas sino también a su interior. Podrás distinguirlos porque generalmente suelen tener alguna pegatina o cartel distintivo que os invite a pasar con ellos dentro y disfrutar de unas cañas, un picoteo o incluso probaros algo de ropa, ya que los locales aptos para mascotas no se limitan únicamente a los negocios de hostelería. Eso sí, deberás saber que la normativa obliga a que vayan atados y con bozal, independientemente de la raza o el tamaño.
Finalmente, si vas a irte de vacaciones, puedes escoger zonas adecuadas para que ellos también puedan disfrutar de unos días en la playa o en la montaña: busca en internet alojamientos que permitan huéspedes peludos y verás que con ellos los baños en el mar o los paseos por el campo son mucho más divertidos. Ahora bien, si por el motivo que sea no pueden acompañarte esos días, hay guarderías para mascotas o incluso si vas a tu clínica veterinaria de confianza, tal vez puedan recomendarte a alguien de tu barrio que se dedique al cuidado de mascotas y te resulte de mucha ayuda para esos días en los que por una emergencia debas salir de casa y no sepas a qué hora vas a regresar.
Antes de tomar la decisión de adoptar (porque recuerda, las vidas no se compran) piensa bien todo lo que implica un nuevo miembro en la familia y si finalmente te decides a hacerlo, cuídalo de la misma manera que él te cuidará siempre a ti.