El diseño para el cierre de Madrid Río sigue generando muchas conversaciones y propuestas. Después de los numerosos cambios experimentados en los proyectos para el espacio verde que nacerá en el lugar que ocupaba el estadio del Atlético de Madrid junto al Manzanares, ahora un grupo de vecinos, asociaciones y clubes han pedido al Ayuntamiento que se replantee el proyecto presentado hace unas semanas y lo adapte para albergar allí una pista de atletismo singular y abierta al público.
En concreto, proponen cambiar la pradera verde que el consistorio ha ideado en recuerdo del pasado futbolero de este espacio y que sea sustituida por el tartán de los atletas, enclavándolo en un entorno arbolado, como homenaje y lugar de entrenamiento para los miles de corredores que cada día se ejercitan a lo largo de Madrid Río.
“Es una idea interesante y posible”, asegura Eduardo Ramis, miembro de la asociación Pasillo Verde Imperial, que lidera la petición junto a las Ampas de los colegios de la zona, clubes deportivos y organizaciones como la FAPA Giner de los Ríos o la Framv. “El hueco disponible es perfecto para una pequeña pista de atletismo, que también daría servicio a los centros escolares de toda la zona”, asegura en conversación con Somos Madrid.
La propuesta llega en un momento en el que las obras de cubrimiento de la M-30 están a punto de finalizar y todavía no se ha iniciado las obras para levantar el parque que cerrará el trazado de Madrid Río interrumpido por el Calderón. Las asociaciones interesadas ya han contactado con uno de los creadores del parque lineal más popular de la capital, Fernando Porras-Isla, quien ha demostrado interés en la solución y está facilitando los contactos con el consistorio, al que los vecinos emplazan a una reunión para explicar los detalles de su aportación.
Los defensores de la pista se inspiran en otros ejemplos de instalaciones deportivas singulares que se mezclan con la naturaleza, como la existente en Olot (Gerona) o la espectacular pista de atletismo con desniveles de Odense (Noruega), entre otras. Con ellas pretenden demostrar que existen numerosos ejemplos de instalaciones singulares a los que se podría sumar la de Madrid Río.
El proyecto previo está redactado por Raúl García Taranco, un arquitecto de la ETSAM que también es monitor de atletismo. La pista propuesta tiene una cuerda de 250 metros en lugar de los 400 olímpicos, para encajar en el espacio disponible. Y un foso para saltos, además de otra recta descubierta. Todo el recinto estaría abierto las 24 horas del días. También proponen una recta de entrenamiento bajo techo, almacenes de material y vestuarios en la parcela deportiva sin definir.
Entre los que respaldan esta idea se encuentran las Ampas de los colegios Tomás Bretón, Joaquín Costa, Marqués de Marcenado y del instituto Gran Capitán. También apoyan la FAPA Giner de los Ríos, la Framv y los clubes Running-Rio, Runners Madrid Río y el Club Corredores, el grupo de atletismo más grande de la Comunidad de Madrid, con más de un millar de socios. Además, lo respalda Santiago Díez, Director Técnico de la Federación de Atletismo de Madrid, y los impulsores esperan que también lo haga su presidente, Isidro Arranz. A la espera de la contestación municipal, los creadores de la iniciativa están abiertos a las modificaciones que sean necesarias para que se pueda convertir en realidad, como que la pista sea de ceniza en lugar de tartán, para reducir su coste y ofrecer otra opción para integrarse en el verde del parque.
El área de Obras planificó una pradera verde
La solución final sobre el Parque Atlético de Madrid -el Ayuntamiento acaba de aprobar ese nombre para el recinto verde- está todavía por construir, pero el consistorio ya presentó su idea hace unas semanas: levantar una pradera verde en el espacio donde ahora se propone la pista de atletismo, para recordar que allí hubo una vez un estadio de balompié. La idea es evocar “el carácter lúdico y de espectáculo del antiguo campo de fútbol”, asegura el área de Obras.
En la zona más cercana al Manzanares el paseo seguiría como en la ribera contraria: a lo largo de un carril peatonal compartido con las bicis y rodeado de pinos, siguiendo la estética del resto del proyecto. Los miradores pierden protagonismo (su número se reduce respecto a proyectos anteriores) y también se han perdido las formas ovaladas que llegaron a idearse en diferentes fases del proyecto.
La encargada de ejecutar esta obra es la Junta de Compensación de este ámbito, en la que el Ayuntamiento de Madrid tiene el principal peso y voto. Los atletas esperan poder convencerles de las bondades de su proyecto, que fomentaría el atletismo como deporte base gracias a la cercanía de numerosos colegios, algunos especialmente grandes como el Joaquín Costa, con seis clases por curso. También serviría para que clubes de atletismo cercanos no tuvieran que marcharse a entrenar a pistas situadas en Aluche o Usera.