El catalizador de un vehículo es un componente del sistema de escape que controla y reduce la emisión de gases nocivos. El convertidor catalítico, como también es conocido, cumple una importante labor gracias a los valiosos metales de su interior: paladio, rodio y platino. La venta de dichos elementos en el mercado negro parece estar detrás de una oleada de robos de estas piezas en Madrid.
“Nos llegan cuatro o cinco casos cada día”, asegura en declaraciones a Somos Madrid una trabajadora de un taller Toyota. Esta es una de las marcas más afectadas, ya que algunos de sus modelos –Prius y Auris están entre las víctimas más habituales– cuentan con varios catalizadores y una altura que facilita el acceso a los componentes metálicos. Desde el RACE aseguran, sin embargo, que “es algo más generalizado que afecta tanto a vehículos antiguos de diez o quince años a otros nuevos”. La pieza suele colocarse a la altura del tubo de escape, pero hacia el lado del conductor. La ubicación exacta varía no obstante de un coche a otro, aunque por lo general se encuentra en algún punto entre el colector de escape y el silenciador.
“Está pasando desde el verano pasado y repiten varias veces con los mismos coches”, añade esta empleada. Concreta que por cada catalizador los ladrones obtienen “en torno a 50 euros”. La sustracción no es una operación sencilla. De hecho, quienes la efectúan necesitan una radial y otras herramientas pesadas: “Se agachan, la cortan con cuidado y se la llevan”. Cree que este tipo de delitos no tiene visos de remitir, más bien todo lo contrario dada la enorme frecuencia con la que se está produciendo.
El catalizador está protegido por un aislante de calor y una caja inoxidable. En el interior de dichos elementos se encuentra el revestimiento, que participa en las reacciones químicas que reducen las emisiones contaminantes. Está compuesto por “un material cerámico en forma de panel de abejas impregnado por los metales que desean estas personas”, explica Christian Brihuega, profesional del departamento asesor técnico Real Automóvil Club de España (RACE). Son el paladio, que cuesta en torno a 30 euros el gramo; el platino (60 euros por gramo) y el rodio (hasta 700 euros el gramo), que se utilizan para fabricar desde otros catalizadores hasta joyería.
Suelen tener unos dos gramos de paladio y cinco de platino, siendo más difícil de concretar en el caso del rodio según explicaba el Market Manager de Norauto, Víctor Pardo, a 20minutos. La cifra de 50 euros que ofrece la trabajadora de Toyota hace referencia a la venta en el mercado negro de la pieza completa, más sencilla de ejecutar aunque menos beneficiosa para los criminales que si se extraen sus valiosos componentes.
La pieza nueva tiene un coste que oscila entre los 400 y 800 euros. Sin embargo, los afectados por estos robos que no tengan un seguro que les cubra el incidente pueden hacer frente a pagos todavía más altos por los daños causados en el coche a la hora de sustraer el catalizador. “Podemos hablar de miles de euros”, afirma un trabajador de otro taller al que llegan con asiduidad vehículos que han sufrido estos hurtos.
Como exponía Brihuega, el catalizador es un componente fundamental ya que “convierte gases nocivos que provienen de la polución del motor como el monóxido de carbono, el óxido de nitrógeno o los hidrocarburos en otros gases nobles inertes para la atmósfera, caso del nitrógeno, agua en vapor o dióxido de carbono”. A la hora de percatarse de su ausencia, es habitual que las primeras señales sean sonoras antes que visuales dada la ubicación de la pieza: “Cuando arrancamos el motor va a hacer un ruido estridente, como si fuese un coche de carreras, porque el catalizador también actúa como silenciador”, añade este experto.
Auge de robos en todo el mundo y primeras detenciones en Madrid
Estas actuaciones ilícitas comenzaron a propagarse por Estados Unidos en 2020. La Oficina Nacional de Delitos de Seguros informó de 14.433 robos de catalizador solo ese año en el país americano, recoge Motor16. Un considerable aumento respecto a los 3.389 que se denunciaron en 2019. El pasado 2022 ya habían dado el salto a zonas del sur de España, según informa El País.
También se han producido ya varias detenciones de individuos o bandas relacionadas con estos robos. En Madrid, han tenido lugar tres actuaciones policiales en este sentido solo entre diciembre y enero. La primera de ellas se llevó a cabo en el distrito de Moncloa, donde efectivos de la Policía Nacional detuvieron a dos personas por sustraer catalizadores de vehículos. Los agentes observaron cómo un coche aumentaba la velocidad al percatarse de la presencia policial, por lo que lo interceptaron. A continuación, localizaron en su interior seis catalizadores y diversas herramientas, como un cortatubos de escape o un gato.
Las otras dos operaciones policiales fueron preparadas con mayor detenimiento, ante el auge de estos delitos. Así, el 9 y el 13 de enero respectivamente, la Policía Nacional desarticuló dos bandas dedicadas al hurto de catalizadores. La primera fue cazada por los agentes cuando tres hombres sustraían la pieza de un coche en una calle del distrito de Fuencarral. La segunda fue también pillada en el acto mientras trataba de obtener el convertidor catalítico de otro automóvil en Vallecas. Los agentes recuperaron varios de estos preciados elementos y las actuaciones se saldaron con un total de cinco detenidos.