Recientemente, fuimos a conocer el Espacio Bellas Vistas, un sitio en construcción (aunque en funcionamiento) en el número 22 de la calle Almansa. Se define en sus redes como “un lugar donde las vecinas y vecinos se encuentran, donde el barrio se conoce y donde se crea Comunidad”. En la puerta tienen un lema más directo: “Una vaina vecinal en la calle Almansa”.
El local tiene mucho margen para crecer, pero se nota que va definiéndose a medida que echa andar. Nos recibió Juliet, una de las vecinas que le está dando vida. “Aquí están los alimentos de la Despensa solidaria, estos muebles los ha donado la gente, aquí la barra…y en el espacio del fondo habrá un escenario”, me contaba justo antes de sentarnos a charlar en una mesa de reuniones.
La idea empezó a tomar forma durante el transcurso de la Universidad Popular de Bellas Vistas, en una serie de talleres en los que ya salió la idea de recomendar a la Junta de Distrito la cesión de un espacio gestionado directamente por vecinos y entidades ciudadanas. “Pero no ocurrió nada”, nos cuenta Juliettte. Sin embargo, la fricción vecinal en otros espacios, como Comisión de Fiestas de Bellas Vistas y la necesidad de ayuda durante el anterior confinamiento (cristalizada en el Grupo de Apoyo Bellas Vistas) siguió su labor de entretejido humano. La idea siguió rumiándose entre diferentes personas inquietas hasta que salió la oportunidad de alquilar el espacio. Y decidieron lanzarse a ello.
De momento, el espacio está alquilado a nombre de una de las personas de la asamblea y se sostiene temporalmente con las cuotas que aportan los miembros del grupo motor. “Cuando lo permita esto del Covid, intentaremos que se financie de otro modo (con merchandasing o la barra, por ejemplo), uno puede hacerse socio, pero no es obligatorio y no se cobra entrada para las actividades, en cualquier caso”.
“En verano hicimos unas jornadas de trabajo, colocamos la tarima, aprovechamos para conocernos bien…”, continúa explicando Juliet. Ahora, siguen acondicionando el local —aunque ya es un espacio acogedor — y están en el momento de crear un reglamento interno y de la constitución de una asociación que le dé el cuerpo jurídico que puedan necesitar llegado el caso de optar a algún tipo de ayuda pública.
Ya están haciendo uso del espacio el Grupo de Consumo Corazón de Melón, la Despensa Solidaria de Bellas Vistas, la actividad infantil Creatividad e inglés, Invisibles de Tetuán y el grupo de Teatro Social La Grieta, que ensaya allí y pronto hará un taller abierto al público. Están llegando ya otros grupos, además: de clases de baile, de crianza compartida y de ayuda mutua.
“El grupo de Ayuda mutua está basado en Madrid recicla y pretende ser un canal de transacciones sin dinero”, nos aclara Juliet. No paran, desde luego, en el rato que pasamos allí entra gente y bullen ideas sobre urbanismo en el barrio. Aparecen niños, también algún vecino despistado buscando el viejo negocio de carpintería que ocupaba el bajo, cuya memoria adorna el espacio del fondo donde irá el escenario: Más madera, pone en el resto arqueológico que ha sido tomado por un lema por los nuevos habitantes del local..
Juliette insiste en que anotemos bien los principios rectores y filosóficos que, fruto de la discusión de sus participantes, se han convertido en el horizonte en el que se debe mover el espacio: ha de ser ecológico y sostenible; intercultural e inclusivo; promover la ayuda mutua y la solidaridad; la autogestión; ha de ser feminista y comunitario. “En el terreno de la interculturalidad, que es muy importante en Bellas Vistas, estamos diseñando una serie de formaciones, que serán primero para nosotros mismos”, añade.
Hay un nuevo lugar en el barrio de Bellas Vistas, entendido como lo contrario de un no-lugar, un espacio diferente, lleno de vida y en constante mutación. Bienvenido al barrio.
Puedes estar al tanto de la vida del espacio, pasarte por allí o ponerte en contacto con ellos y proponerles cosas a través de sus redes sociales: Facebook, y Twitter.