Existe a orillas de la Avenida de Asturias (barrio de Almenara) una pequeña plaza ajardinada con dos áreas infantiles que lleva por nombre Parque del Movimiento Vecinal. Es un espacio circular que está situado entre la propia avenida y las calles de Montoya, Costa Verde y Rosario Romero. Muy cerquita de la boca de metro de Ventilla y con las torres de Altamira, que anuncian el Barrio del Pilar, en el horizonte cercano.
Esta placita ajardinada con nombre de parque recibió recibió la denominación en honor de todo el movimiento asociativo en 2010, aunque se sobreentiende que la memoria del de Ventilla, que tan importante fue en el proceso de remodelación del barrio, está especialmente presente. La propuesta partió del Consejo Territorial del Distrito de Tetuán (el órgano de participación de aquellas) y en ella hay, abrigada por unos setos, una pequeña placa en la que se puede leer: Remodelación de los barrios Ventilla-Valdeacederas. Año 2000. En reconocimiento a todas las personas que con su esfuerzo y trabajo han hecho posible la Avenida de Asturias.
Estás palabras, así como algún membrete institucional, se leen a duras penas por el deterioro de la placa. El desgaste del tiempo también ha anidado en otras partes del parquecito, como las dos pequeñas áreas infantiles, cuyos columpios piden ser reemplazados a gritos.
Y esto es lo que se decidió el pasado 13 de enero en el Pleno de Distrito de Tetuán: adecentar los juegos infantiles y reponer la placa deteriorada. La proposición provino del Grupo Municipal Más Madrid y fue votada afirmativamente por todos los grupos salvo por VOX, que quiso votar los dos puntos por separado para negarse a arreglar la placa.
En opinión del portavoz de VOX, la colocación de la placa tuvo tintes partidistas –aunque coincidió con el mandato popular de Paloma García Romero en el distrito–.“Viene orientado por una serie de asociaciones vecinales muy concretas, y aunque estamos muy de acuerdo con el tejido vecinal, con estas asociaciones en concreto, no”, dijo su portavoz. Como la propuesta no se votó por separado, el partido de Santiago Abascal se abstuvo.
El Parque del Movimiento Vecinal –que no plaza, como se repitió durante todo el pleno municipal– es una modesta zona verde que ni siquiera se encuentra en Google Maps, pero que homenajea el importantísimo papel de asociaciones que, como la desaparecida Asociación Vecinal de Valdeacederas y la Asociación Ventilla Almenara, tuvieron en la lucha por la vivienda y los servicios públicos del barrio.
Mucho ha pasado desde que la zona verde se inaugurara con la presencia del delegado de Economía, Empleo y Participación Ciudadana, Miguel Ángel Villanueva (que llegaría a ser vicealcalde con Ana Botella); la entonces concejal presidente de Tetuán, Paloma García Romero (hoy elegada del Área de Gobierno de Obras y Equipamientos), y el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Madrid, Ignacio Murgui, que sería concejal del Ayuntamiento con Ahora Madrid la pasada legislatura. Junto a los políticos, estaban también representantes de las asociaciones vecinales del distrito de Tetuán y de la FRAVM.
En otras partes de Madrid se pueden encontrar calles y plazas que, en este sentido, son parientes del espacio, como una que fue protagonista recientemente de un exitoso hilo de twitter por parte del geógrafo y urbanista Antonio Giraldo sobre la Plaza de la Memoria Vinculante. El espacio recibe este curioso nombre en recuerdo de una importante victoria jurídica de la Asociación de Vecinos de Orcasitas que permitió a los vecinos del viejo poblado ser realojados en su propio barrio, tal y como se había puesto por escrito en la memoria del Plan (algo que hasta la fecha no había significado sino papel mojado).
Otras calles y plazas con nombres relacionados con la lucha del tejido asociativo son la Plaza del Movimiento Ciudadano, calle de los Vecinos del Pozo, calle de los Retrasos, de los Encierros, de la Remodelación, del Empleo Juvenil, de los Mil Delegados, de las Promesas de Solidaridad, o la Plaza de la Asociación. La mayoría de ellas fueron bautizadas a principios de los años ochenta en tiempos de Tierno Galván y muchas se encuentran en Orcasitas. Con una, por cierto, hubo un “hasta aquí” del viejo profesor, que no transigió con la propuesta por ajena al diccionario: la calle de la Despropiación se llamaría calle de la Expropiación.