La sociedad civil pone de moda el neomudéjar popular: nueva oportunidad para Bravo Murillo 315

Luis de la Cruz

6 de octubre de 2021 01:00 h

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El pasado sábado, 2 de octubre, un grupo de treinta personas recorría mirando hacia arriba y a los lados el distrito de Tetuán. Guiándolos, estaban algunos de los vecinos que, agrupados en el llamado Grupo de Protección del Patrimonio de Tetuán, han puesto sobre el tapete el valor de la vivienda obrera y popular del distrito. Hablamos del neomudéjar popular, un estilo que en demasiadas ocasiones carece de la protección urbanística que ellos estiman merece.

“Estamos contentísimos por la acogida que ha tenido el paseo de la Semana de la Arquitectura, tuvimos más de 120 solicitudes y, aunque lamentablemente tuvimos que fijar en treinta el cupo del grupo, seguro que repetimos la experiencia”. Esta agrupación informal de profesionales de lo urbano (arquitectos, geógrafos o arqueólogos, entre otros) y vecinos inquietos ha constatado que existe un gran interés por este tipo de arquitectura en ladrillo pese a haber sido, durante mucho tiempo, el patito feo de la vivienda histórica.

Precisamente otra de las acciones del grupo (además del mapeo colaborativo del neomudéjar popular del distrito) es también actualidad estos días. El pasado 20 de septiembre el inmueble de Bravo Murillo 315, un ejemplo notable del estilo, se enfrentaba a una de sus últimas oportunidades de supervivencia en la Comisión para la Protección del Patrimonio Histórico, Artístico y Natural (CPPHAN).

Sobre el inmueble pesa un expediente de demolición por ruina y otro para su sustitución por otro edificio, y el Grupo de Protección del Patrimonio de Tetuán se personó en este último con un informe que pedía la protección de la fachada en el nuevo edificio (para ello, contó con la ayuda de la Asociación Vecinal Cuatro Caminos-Tetuán, que colabora dentro del grupo y ejerció de entidad jurídica para la ocasión). El resultado de la alegación fue satisfactorio para ellos, como veremos. “Pero sigue estando en serio peligro, es solo un principio”, advierten desde el grupo.

Aunque el edificio cuenta con Catalogación 3 (nivel Ambiental) y aparece grafiada su fachada en el plano de análisis correspondiente como elemento de restauración obligatoria, se trata este de un nivel de protección que en la práctica no suele ser un gran obstáculo para la piqueta, ya que es habitual que las comisiones se avengan a un artículo de las normas urbanísticas que permite derribar estos edificios si se considera que el proyecto nuevo mejora al derribado. Este quería ser el caso del proyecto previsto para Bravo murillo 315, un edificio que no conserva la fachada ni recoge el testigo estilístico del actual. “Pero las propias normas urbanísticas permiten interpretaciones que impiden su demolición y podrían proteger el edificio definitivamente”, apuntan desde el grupo vecinal.

Tras el dictamen, el promotor deberá volver a la comisión con un proyecto que tenga en cuenta el actual edificio y mantenga la fachada si es posible. “Y es posible” –nos dicen desde el Grupo de Protección del Patrimonio de Tetuán–. “Aunque hay un expediente de ruina, este data de hace más una década, ¿cómo explicar que se ha mantenido todos estos años un edificio con riesgo de derrumbe en plena calle de Bravo Murillo sin tan siquiera apuntalarlo si el peligro fuera real? Se puede apear la fachada durante la obra como se hace en tantos y tantos edificios del centro, y aunque el nuevo inmueble previsto tendrá seis plantas es perfectamente posible integrar la fachada en él; se ha hecho muchas veces y no supone ninguna pérdida de superficie para el promotor”.

Rafael Álvarez, portavoz del Grupo Municipal Socialista en el distrito de Tetuán, cree que hay que partir de una situación de máximos, conservar el edificio entero, y contemplar una posibilidad de mínimos, que sería la conservación de la fachada.

“Nosotros llevamos muchos años trabajando por la conservación de este tipo de viviendas. Concretamente, sobre Bravo Murillo 315: hace poco hicimos una visita con Mar Espinar (actual portavoz del grupo en Madrid) al frente y estamos sobre el asunto. En esta reunión también estuvimos con un representante del Grupo de Protección del Patrimonio de Tetuán”.

 El grupo municipal, que ya ha llevado antes proposiciones sobre el tema al Pleno del Ayuntamiento y al del distrito, ha presentado de cara a la Junta de Tetuán del jueves 7 una en la que se pide instar al Área de Desarrollo Urbano a garantizar el mantenimiento de la fachada del edificio, “dada su representatividad”.

El Grupo Municipal Más Madrid, por su parte, también ha presentado una proposición al Pleno del próximo jueves relativa a los edificios enmarcados en el neomudéjar popular del distrito. Uno y otro partido han manifestado a este medio la intención de tratar el tema a nivel de toda la ciudad y con el ojo puesto en el proceso de revisión del Catálogo que hay ahora mismo en marcha.

En opinión de Miguel Montejo, concejal de Más Madrid encargado de los asuntos de Patrimonio, “la falta de interés del ayuntamiento de Almeida, el desprecio a las viviendas en su día obreras, hoy joyas del pasado, y su indiferencia ante las demandas vecinales para proteger su entorno, degradan nuestra ciudad con un falso desarrollismo que nos arrebata la memoria, la cultura y el futuro de nuestros barrios, mimetizándose con cualquier otra ciudad en cualquier otra parte”.

Paseos multitudinarios, mapeos colaborativos, artículos en prensa, debates políticos, batallas legales en otro momento impensables por la supervivencia de un edificio modesto…Lo que es seguro es que el interés por la vivienda obrera de las primeras periferias madrileñas no es ya exclusivo de apasionados del patrimonio subterráneo. El ladrillo antiguo está de moda, ha entrado con fuerza en el debate público y el legislador de lo urbano habrá de tenerlo en cuenta.