Centenares de taxistas madrileños se organizan estos días en Whatsapp para regalar publicidad a Podemos y llevar pegatinas del partido en sus coches sin cobrar, en respuesta al apoyo recibido durante los últimos años en la lucha del sector contra Uber, Cabify y las VTC. La iniciativa, indican, ha sido propia. “Me llegó la propuesta y en un día nos hemos apuntado 200 o 300”, explica Urbano, uno de los que la pondrá en los próximos días. Podemos desconocía el asunto hasta esta semana, cuando los taxistas se pusieron en contacto para contársela por si acaso les parecía mal. Pero en el partido son conscientes del apoyo que tienen del colectivo y no tienen ningún problema en que se les publicite gratis.
“Si el Partido Popular me ofrece los sesenta euros que cuesta la publicidad al mes, te soy sincero: me cago en los sesenta euros, porque son los que pagaría por mi ruina”, continúa el conductor. “Y si me ofreciera medio millón de euros también lo mandaría por ahí, porque con mi trabajo no juegan. He sido su votante muchos años, aunque dejé de serlo porque sabía que eran unos ladrones”.
El sentimiento de Urbano se extiende a gran parte del colectivo, que tradicionalmente ha sido afín al PP pero que con los últimos acontecimientos -como la huelga de enero, cuando trataron de paralizar la ciudad para exigir una regulación más dura con las VTC- se ha pasado al otro lado. En concreto, al partido con representación más a la izquierda del espectro. Podemos se ha situado una y otra vez del lado de los taxistas y en contra de los “buitres”, así que estos ahora se lo devuelven pese a llevar toda la vida apoyando a su contrario, el Partido Popular.
“En qué situación nos encontraremos para que un sector tan conservador gire así”, añade José Miguel Fúnez, responsable de comunicación de la Federación Profesional del Taxi de Madrid. “Podemos es el único partido claro en sus declaraciones. Ha hecho propuestas y las incorpora en su programa. Soy exvotante del PP, pero cuando hemos visto que nos putea junto a Ciudadanos hemos creído conveniente hacer movimientos. Son partidos que han declinado el servicio público del taxi. Estamos abandonados”.
Además de la de Podemos, algunos taxistas ya lucen carteles en defensa de “quienes defienden los servicios públicos”. También es una campaña propia, que no menciona a ningún partido concreto.
“Ni todos fachas, ni todos radicales”
El Ayuntamiento de Madrid permite a los taxis llevar publicidad exterior desde 2014, cuando se modificó la ordenanza. Aún gobernaba Ana Botella, que ya entonces explicó que el cambio se hacía “para ayudar al sector en un momento en el que sus ingresos se ven mermados por la crisis”. La publicidad, sin embargo, no es una gran fuente de ingresos: el sector cifra la media en sesenta euros mensuales por pegatina y se pueden poner hasta cuatro, así que como mucho serían 240 euros al mes. De media, un taxista gana 170 euros con un día laborable de trabajo.
Cada taxista pone la publicidad que quiere en su coche, aunque las empresas suelen acudir a las asociaciones, radios y cooperativas que los agrupan para adquirir el pack. En Multimpacto, la empresa que gestiona la publicidad de la gremial, no han recibido ninguna petición política para esta campaña. “Debe haber surgido de los propios taxistas”, indican. “A nosotros suelen acudir multinacionales, no partidos”.
En 2015, el Partido Popular invirtió 45.000 euros en anunciarse en 900 taxis de Madrid, cuando Esperanza Aguirre era candidata al Ayuntamiento y Cristina Cifuentes a la Comunidad. Los anuncios provocaron división en el colectivo taxista, porque ya entonces el PP hablaba de liberalizar el transporte y Podemos había declarado la guerra a Uber. También entonces unos cuantos taxistas -alrededor de cincuenta, según informó El Mundo- pusieron publicidad gratis a Podemos y a Ahora Madrid.
“El PP hizo campaña con Aguirre y Cifuentes y hubo problemas”, explica Jesús Dimas, un taxista que no pondrá carteles de nadie. Algunos lo rechazaron. Otros sufrieron el cabreo de sus usuarios, que rechazaban subir a coches forrados con propaganda popular.
“A un compañero se la puso su jefe en el coche y estaba cabreado, porque entraba en Malasaña y la gente le increpaba y no quería subir. La de Ahora Madrid fue una campaña pequeña y Carmena no tenía la dimensión que tiene ahora. Hay una corriente en el sector de no politizar el problema, porque damos un servicio a la ciudadanía y hay un afán de 'podemizar' el taxi para desacreditarlo. Qué pase en las elecciones nos va a favorecer o hundir, no lo negaré, pero ni antes éramos todos fachas ni ahora somos todos radicales”.
PP vs. taxistas y Podemos
El programa de Podemos dice que “declarará el taxi como servicio público de interés general”. Al taxi ya se le considera un servicio público porque las licencias son concesiones administrativas y la administración regula sus tarifas y condiciones. Pero, además, el texto menciona que se establecerá “un requisito de dos horas para la precontratación de las VTC”. La Generalitat de Cataluña ya aprobó un decreto que obligaba a las VTC a ser precontratadas con 15 minutos de antelación. Uber dijo que se iba y Cabify también, pero volvió al poco tiempo saltándose la norma y aplicando la precontratación solo en el primer viaje.
A los taxistas de Madrid les gusta esta medida, así que intentaron un golpe de efecto similar el pasado mes de enero, durante Fitur. Pero aunque estuvieron dieciséis días en huelga no lo consiguieron. El presidente de la Comunidad, Ángel Garrido, se negó a aprobar la precontratación. Así que los taxistas, desgastados tras dos semanas de movilización, asumieron la derrota y desconvocaron la huelga. Durante sus protestas, se manifestaron bajo la sede del PP en Génova.
Mientras tanto, Podemos ha mantenido reuniones (la próxima será esta Semana Santa en Madrid con Rafa Mayoral), los ha defendido como trabajadores que pagan impuestos en España (frente a Uber y Cabify, que tienen sus matrices fuera) y hasta ha sido demandado por “desprestigiar” a Cabify.
“A mí mañana viene alguien del PP a decirme que si pongo publicidad en el coche y no lo hago. Y les he votado toda la vida”, apuntala Leonardo, otro taxista de la capital. “Cuando nos hemos sentado a negociar no lo han hecho, así que es natural que gente que históricamente haya sido favorable al PP no quiera saber nada de ellos”.