Vox mueve ficha en Madrid. Se ha cumplido un mes desde que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el vicepresidente Ignacio Aguado anunciaran un acuerdo de presupuestos para la región tras prorrogar un año más los de 2019. Han pasado más de cuatro semanas y la formación de extrema derecha –cuyos votos son necesarios para sacar adelante las cuentas– ya ha puesto las primeras exigencias sobre la mesa: la implantación de un veto parental y una rebaja de medio punto en el IRPF. Ambas peticiones dificultan las negociaciones entre el Gobierno regional de PP y Ciudadanos y la formación que Rocío Monasterio lidera en Madrid para sacar las cuentas de 2021.
“Creemos que ahora, especialmente con la imposición de la ley Celáa, que facilita el adoctrinamiento en las aulas, que ha restado libertad a los padres para elegir el colegio que quieren, es más importante que nunca que tengan una herramienta para defenderse contra el adoctrinamiento”, ha asegurado este lunes Monasterio en una entrevista en Voz Populi. La presión sobre esa cuestión ya la ha trasladado Vox a otras regiones en las que apoya desde fuera gobiernos de coalición entre PP y Ciudadanos.
La formación de Santiago Abascal anunció el jueves en el Parlamento andaluz que retira el apoyo al Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla hasta que la Consejería de Educación implante el veto parental en las escuelas, comprometido en un acuerdo firmado por PP, Ciudadanos y la formación ultraderechista.
Aguado respondía este mismo lunes a las exigencias de Vox pidiendo una “rectificación”. “La prioridad de los madrileños no es el pin parental”, ha asegurado el vicepresidente regional que pedía que esta exigencia “se elimine de la negociación de los presupuestos”.
No es la primera vez que Vox pone sobre la mesa esta medida para ofrecer el apoyo a unos presupuestos. La medida del veto parental ya fue objeto de debate hace ahora un año, cuando la formación de extrema derecha insistieron en que su apoyo a los presupuestos de 2020 estaban condicionados a que se aprobase lo que ellos denominan 'pin parental', la posibilidad de que los padres veten para sus hijos algunas actividades programadas por los centros.
La formación de Abascal también exige una rebaja del IRPF, un impuesto que Ayuso todavía no quería tocar, pese a ser una promesa electoral de la presidenta madrileña. “Los madrileños lo están pasando muy mal, por eso Vox está luchando para que en los presupuestos se reduzca gasto político ineficaz y, con esos recursos, poder reducir impuestos, inyectar liquidez a las empresas y dotar suficientemenente la Sanidad, la Educación y la Emergencia social”, asegura la formación ultraconservadora que pide además una reducción de consejerías.