Después de haber iniciado su andadura por la senda de la electrificación presentando dos modelos híbridos enchufables, la marca deportiva Cupra, nacida del seno de Seat, acaba de dar a conocer un concept car enteramente eléctrico que verá la luz oficialmente en el próximo Salón de Frankfurt. El Cupra Tavascan, que toma el nombre de una localidad de alta montaña de los Pirineos, será el primer eléctrico de carretera creado por la firma española, de cuyos garajes ha salido ya el primer turismo de competición alimentado exclusivamente por baterías, el e-Racer.
El prototipo Tavascan, construido sobre la plataforma MEB del Grupo Volkswagen, cuenta con dos motores eléctricos, uno integrado en el tren delantero y otro en el trasero, que transmiten a las cuatro ruedas una potencia conjunta de 306 caballos. De su destacada capacidad de aceleración dan cuenta los menos de 6,5 segundos que precisa para pasar de 0 a 100 kilómetros por hora.
Por su parte, las baterías de litio disponen de 77 kWh de capacidad y almacenan energía suficiente para recorrer hasta 450 kilómetros entre recargas, de acuerdo con el ciclo de pruebas WLTP. Al estar colocadas bajo el suelo del coche, se consigue un centro de gravedad bajo que casa a la perfección con el dinamismo de conducción que persigue una marca de firme vocación deportiva como Cupra.
En sus hechuras externas, el Tavascan luce como un SUV cupé, segmento emergente para el que se anuncian crecimientos del 15% anual en lo que a modelos eléctricos se refiere. Sus diseñadores han querido combinar las proporciones de un crossover de cuatro puertas, el poderío de un SUV al uso y la elegancia de un cupé deportivo.
El resultado es un vehículo de fuerte presencia y en el que todos los ojos se dirigen de forma inevitable hacia el logotipo de Cupra iluminado en el frontal, un símbolo de su naturaleza 100% eléctrica. Las grandes entradas de aire, además de cumplir una labor decorativa, sirven para que éste circule con fluidez sobre la carrocería y refrigere además las baterías para incrementar su eficiencia. Como buen concept car, el Tavascan monta unas enormes llantas de 22 pulgadas dotadas de un diseño especialmente aerodinámico que le ayudan a deslizarse con la menor resistencia posible.
En la vista trasera, el elemento más sobresaliente es un difusor aerodinámico y funcional que, al mismo tiempo, sugiere el alto nivel de prestaciones que puede ofrecer el coche. Esta sensación de dinamismo queda enfatizada por una luz trasera que recorre de extremo a extremo la carrocería y en la que se ha incorporado el emblema de la marca, iluminado como el del frontal. En el prototipo de Cupra se ha utilizado una pintura metalizada muy sofisticada que rivaliza en expresividad con detalles del exterior en color cobre y en fibra de carbono.
El habitáculo se caracteriza por la misma conjunción de refinamiento y deportividad, y en él se mezclan el carbono, el cuero y el tejido Alcántara. Los asientos, de cuero y tipo bucket, disponen de un diseño escultural en 3D con el objetivo de otorgar a los ocupantes confort, seguridad y la máxima funcionalidad. Además, todos ellos cuentan con altavoces integrados y conectividad para móvil, de manera que cada pasajero puede disfrutar de su música o su actividad preferidas.
En el nuevo Tavascan, el salpicadero flota a lo largo de la parte delantera generando una notable sensación de amplitud. Antes los ojos del conductor se despliegan un panel de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y una pantalla de infoentretenimiento de 13 pulgadas, que presenta la peculiaridad de que puede orientarse hacia el acompañante en caso de que así se estime conveniente.
Wayne Griffiths, CEO de Cupra, ha situado el Tavascan en un contexto en que la marca lanzará en 2020 el Formentor, un híbrido enchufable de 245 CV, y otros dos modelos plug-in de altas prestaciones, los Cupra León y Cupra León ST PHEV. Tras demostrar su capacidad tecnológica con el e-Racer de competición, llega ahora el turno de un coche totalmente eléctrico que demuestra que, en su opinión, “el rendimiento se puede electrificar”.