Aprovechando la celebración del Mundial de Rusia lanzamos este blog para contar las historias más curiosas o desconocidas de los mundiales: política, literatura, algún test de conocimientos, economía y algo de fútbol.
¿Por qué no fue Cruyff al Mundial del 78 en Argentina?
Durante muchos años fue creciendo un mito que pretendía ensalzar la figura de Johan Cruyff vinculándola a un activismo político que no había llegado a ejercer. El bulo, que fue alentado incluso por gente de su entorno, proclamaba que Cruyff no había acudido al Mundial de Argentina en 1978 por estar en desacuerdo con que el torneo se celebrara en un país donde había una dura dictadura represora.
Nada más lejos de la realidad. Cruyff y su familia sufrieron un asalto a su domicilio meses antes del torneo. Quedaron muy afectados porque creyeron haber sido víctimas de un intento de secuestro.
El propio Cruyff lo contó con detalle en sus memorias póstumas publicadas por Planeta en octubre de 2016: “Era 17 de septiembre y yo estaba en casa, en un edificio de apartamentos, viendo un partido de baloncesto en el televisor, cuando lo que pensé que era un mensajero llamó al timbre. Pero cuando abrí la puerta me encontré con una pistola apretada contra mi cabeza y me obligaron a tumbarme bocabajo. Todos estábamos en casa. Los niños estaban en su cuarto y aquel hombre le dijo a Danny [Coster, madre de sus hijos Chantal, Susila y Jordi] que se tumbara también. Yo intenté razonar con él. ”¿Quieres dinero? ¿Qué quieres?“. Me ató y me amarró a un mueble. Para hacerlo, tuvo que dejar la pistola un momento, y entonces Danny se levantó y salió de la habitación y del edificio. El cabrón la persiguió. Yo pude liberarme y coger la pistola para asegurarme de que no lo hacía él. Hubo tantos gritos que se abrieron las puertas de todo el edificio. Enseguida le redujeron los vecinos”.
El genio holandés y su familia se quedaron muy afectados por lo sucedido. Estuvieron durante meses con protección policial. Incluso se llegaron a comprar dos doberman y recibieron entrenamiento para controlarlos y usarlos en caso de que se repitiera otro asalto.
En su libro, Cruyff detalla toda la presión que recibió para acudir al que era su último Mundial: “Ernst Happel, el seleccionador de Holanda, vino a verme a Barcelona para hablar sobre mi renuncia, pero yo no dudé ni por un segundo. Como me habían ordenado no decir nada sobre el intento de secuestro, le dije a Happel que no estaba en el estado físico y mental adecuado para jugar un torneo importante. Creo que no le convencí, porque un Mundial está en otro nivel. Un gran deportista como Happel tenía la sensación de que perder una oportunidad así no estaba bien, pero no podía contarle toda la historia. Entonces se puso en marcha la campaña nacional ”Hay que convencer a Cruyff“. Recibí sacas llenas de peticiones de aficionados holandeses rogándome que jugase con la selección holandesa y suplicándome que cambiara de opinión. Pero la seguridad de mi familia estaba por delante, así que no me costó ningún esfuerzo mantenerme en mis trece. Tras el intento de secuestro, no dudé ni por un momento sobre no ir a Argentina. Aquella opción estaba excluida. Habría sido una locura abandonar a mi familia en aquellas circunstancias”.
Holanda acabó llegando a la final y perdiendo en la prórroga ante los argentinos por 3-1. Cruyff vio el partido con enorme sufrimiento en el estudio de la BBC, donde le habían pedido que comentara el partido. “¿Podríamos haber ganado si yo hubiera estado allí? Sinceramente, creo que tal vez sí. Porque mis cualidades, incluso entonces, habrían sido un valor añadido”, afirmaba un nostálgico Cruyff.
Breitner dijo no
El que sí se negó a ir por motivos políticos fue Paul Breitner, el jugador alemán que en aquel momento jugaba en el Eintracht de Braunchsweig tras dejar el Real Madrid. Breitner publicó un artículo en la revista Stern en la que afirmó: “Alemania es el actual campeón y eso le hace tener unas responsabilidades especiales. La selección no debe dejar que la utilicen como una marioneta, porque los deportistas, aunque tengan en el deporte su principal preocupación, no deben ser eunucos políticos”. Breitner aceptaba que la selección alemana participara en el Mundial, pero pidió a sus compañeros y a la Federación que manifestaran su repulsa por todos los medios posibles a la Junta Militar.
Durante muchos años fue creciendo un mito que pretendía ensalzar la figura de Johan Cruyff vinculándola a un activismo político que no había llegado a ejercer. El bulo, que fue alentado incluso por gente de su entorno, proclamaba que Cruyff no había acudido al Mundial de Argentina en 1978 por estar en desacuerdo con que el torneo se celebrara en un país donde había una dura dictadura represora.
Nada más lejos de la realidad. Cruyff y su familia sufrieron un asalto a su domicilio meses antes del torneo. Quedaron muy afectados porque creyeron haber sido víctimas de un intento de secuestro.