Aprovechando la celebración del Mundial de Rusia lanzamos este blog para contar las historias más curiosas o desconocidas de los mundiales: política, literatura, algún test de conocimientos, economía y algo de fútbol.
La estrella del fútbol que huyó de Francia para luchar por la independencia de Argelia
Las devastadas calles parisinas estallaban en júbilo el 8 de mayo de 1945, miles de franceses se agolpaban celebrando la capitulación nazi. Mientras, cruzando el Mediterráneo, otra multitud se manifestaba en Argelia, colonia gala, reclamando la independencia política. La manifestación argelina comenzó a generar revueltas y enfrentamientos que el gobierno francés quiso sofocar de manera tajante: el general Duval ordenó el ataque sobre las poblaciones de Guelma, Kheratta y Sétif. Una masacre que quedó grabada en la mente del joven Rachid Mekhloufi, un niño de 9 años, que empezaba a dar sus primeras patadas al balón en el equipo de fútbol de Sétif. Con los años fue destacando hasta dar el salto a la liga francesa en 1954 pero siempre con el dolor de su población muy presente. Finalmente, en 1958, encontró la manera de redimir a un pueblo que él consideraba legitimado para ser independiente.
Dejar la élite para convertirse en nómada
Francia era una de las grandes candidatas para alzarse con la victoria y en abril, el seleccionador galo, concentró a todos los jugadores que formarían la plantilla mundialista. Pese a estar tan cerca de la disputa del torneo, tanto Mekhloufi como el defensa Mustapha Zitouni decidieron escapar del hotel y huir a su Argelia natal. Allí formaron un equipo denominado Frente de Liberación Nacional, una selección de futbolistas argelinos que vivían de jugar amistosos por Europa, Asia y África reclamando una solución para la independencia de su región. “Los 11 de Argelia” como se les conocía eran 33 futbolistas del país magrebí que habían decidido parar sus carreras profesionales (32 en el fútbol francés y 1 en el tunecino) para reivindicar la situación de la colonia francesa. El “éxodo”, como lo definió Mekhloufi años después, buscaba “despertar a la sociedad francesa ya que nadie parecía ser consciente de la realidad”.
Durante tres años recorrieron medio mundo hasta que en 1961 cesaron su actividad debido al inicio de las negociaciones franco argelinas para la independencia. Finalmente en 1962, Rachid Mekhloufi regresó al fútbol profesional y, previo paso por Suiza, volvió al Saint-Étienne francés donde pronto cambió los abucheos por los aplausos. Rachid se convirtió en la estrella de un conjunto que ascendió a la primera división y llegó a ganar la liga francesa al curso siguiente y quedando como el segundo máximo goleador histórico del club.
El final feliz de su carrera: la selección argelina
Pese a conseguir un título liguero, nada podía igualar la relevancia de jugar por Argelia de manera oficial. El 28 de febrero de 1963 se estrenaba la selección, por fin con la bandera que Mekhloufi soñaba y con el reconocimiento internacional que se ganaron jugando por todo el mundo. Aquella tarde anotó dos tantos en la victoria 4-0 ante Checoslovaquia. Pese a que reconoció que le “hubiese gustado jugar el Mundial de 1958” con Francia, pudo solucionar esa deuda pendiente con la mayor cita del fútbol. En 1982 fue el seleccionador argelino en el Mundial celebrado en España llegando a vencer a la poderosa Alemania que acabó como subcampeona.
Las devastadas calles parisinas estallaban en júbilo el 8 de mayo de 1945, miles de franceses se agolpaban celebrando la capitulación nazi. Mientras, cruzando el Mediterráneo, otra multitud se manifestaba en Argelia, colonia gala, reclamando la independencia política. La manifestación argelina comenzó a generar revueltas y enfrentamientos que el gobierno francés quiso sofocar de manera tajante: el general Duval ordenó el ataque sobre las poblaciones de Guelma, Kheratta y Sétif. Una masacre que quedó grabada en la mente del joven Rachid Mekhloufi, un niño de 9 años, que empezaba a dar sus primeras patadas al balón en el equipo de fútbol de Sétif. Con los años fue destacando hasta dar el salto a la liga francesa en 1954 pero siempre con el dolor de su población muy presente. Finalmente, en 1958, encontró la manera de redimir a un pueblo que él consideraba legitimado para ser independiente.