Javi Mula (Cartagena, 1980) se encuentra en plena reforma de su casa en el barrio murciano de Vistabella -en la que participa junto a los albañiles- y el cuidado de sus dos hijas de 2 años y 4 meses. El teatro, una cosa que empezó como huida de la asignatura de electricidad y, por estar con los amigos, se convirtió en una gran revelación. De las clases en el instituto público Isaac Peral pasó a la Escuela Municipal de Teatro de La Murga, una auténtica cantera de la ESAD -Escuela Superior de Arte Dramático-.
Mula es uno de los actores con mayor proyección profesional de la Región de Murcia. Ha participado en películas como ‘No matarás’ e infinidad de series; ’Élite’, ‘Acacias’, ‘Antidisturbios’, entre otras. Es asiduo, además, en montajes teatrales de compañías como Alquibla Teatro.
Buscavidas nato, hay algo reconocible en su expresividad y optimismo. No es que exista una forma de ser actor es, más bien, una predisposición a la vida. Hijo de ama de casa y costurera y un padre -sastre- que acabó en la administración del hospital del Rosell, ha conocido todo tipo de trabajos: desde dependiente en tiendas a mantenimiento de piscinas. Una lucha con un horizonte claro: vivir en la libertad del oficio actoral.
Hace un año, en pleno shock por el confinamiento domiciliario, en un reportaje para este mismo medio dijiste: “Saldremos de ésta”. ¿Cómo lo ves un año después?
La salida es más lenta de lo que se esperaba. Muchos pensamos que en verano todo habría pasado. Pequé de optimista. La gente se está reorganizando, pero todo va con cuentagotas. Mi representante en Madrid asegura que las grandes productoras están muy reservadas por la sucesión de olas.
En diciembre, durante el rodaje de ’Parot’, avisaron a una actriz que había estado en contacto con un positivo. Por prevención se paró el rodaje y nos pusimos en cuarentena casi todos. En una localización fuera de Madrid, en exteriores, alquilamos casas rurales para diez días. Es un pinchazo de dinero importante y está pasando mucho. Esto tira para atrás a muchas productoras.
Hay una frase de Macbeth que recuerdo mucho: “Estoy tan adentro de un río de sangre que ya no me será más fácil volver que cruzarlo”. Yo no quiero y no puedo dedicarme a otra cosa. Saldremos de esta. No nos queda otra.
El pasado mes de diciembre escribiste en redes sociales: “Ha sido un año raro, pero precioso en el que no me he podido sentir más lleno y en el que lo único que ha faltado ha sido el trabajo. Y eso me tranquiliza. Al mirar al horizonte, veo que lo único malo que puedo sacar de todo esto es tener que cambiar de profesión. Pero eso no importa porque no somos nuestro oficio. Somos lo que creamos alrededor”. ¿Qué has creado?
A mis 40 años soy consciente de que todo por lo que he trabajado estos años es la vida que tengo ahora. He formado una familia, llevo muchos años luchando y trabajando en la profesión.
En la Escuela soñaba que un día, a lo mejor, trabajaría en la tele. Y ahora, no sólo trabajo sino que lo he normalizado, forma parte de mi cotidianidad. Tengo una niña de 2 años y otra de 4 meses. Estoy felizmente enamorado de mi pareja. Estoy donde quiero. Ha merecido la pena, todo.
Por eso decía que si tengo que cambiar de oficio, aunque sea esencial para mí, no pasa nada. Porque todo lo demás lo tengo. Me falta el trabajo, es cierto, pero ¿qué es el trabajo sino una forma de seguir adelante con lo que uno tiene y ama?
Has trabajado en muchas series y películas para televisión y plataformas digitales, ¿se puede vivir de esto?
Estos últimos cuatros años he estado viviendo exclusivamente de la interpretación. Antes, lo compaginaba con otros trabajos; dependiente, mozo de almacén, muchísima hostelería, mantenimiento de piscinas, de todo.
En este mundillo nunca sabes cuándo un trabajo da frutos. Llevaba muchos años metiéndome en cortos, editando videobooks, pagando sesiones de fotos y subiendo a Madrid para buscar representante. No había manera de abrir brecha. Hasta que un día una cosa se encadenó con otra. Coincidió con el nacimiento de mi primera hija. La tienda donde trabajaba de dependiente cerraba ese mes, venía de hacer ‘Macbeth’ con Alquibla Teatro y no tenía nada previsto.
¿Cómo se encuentra el sector de los actores y actrices profesionales en la Región de Murcia?
Hay mucho compañerismo, la Región tiene mucho potencial. La ESAD es una cantera brutal de actores. Desafortunadamente, escasea el trabajo y hay una emigración masiva. Los musicales de Madrid están plagados de actores murcianos.
Faltan ayudas a la producción. Abrir las puertas de los teatros, que lo pongan fácil. He estado en montajes teatrales en los que no han pasado del estreno. Y otros, el estreno y otra función. Así da miedo producir. Necesitamos trabajar, que la ayuda a producción garantice un número de representaciones que permita arriesgarse. Con el planteamiento actual, muchas veces es tirar tiempo y dinero. Cada bolo genera mucho dinero a su alrededor. El dinero circula, se pagan dietas, transportes, alquiler de equipos, entre otros.
¿Has recibido algún tipo de ayuda estatal o regional durante el 2020?
Al principio del confinamiento se valoraron los ERTE, pero nosotros estábamos fuera de todo criterio. No se contempló la excepcionalidad de nuestro trabajo, somos intermitentes y aquí nadie tiene una nómina. Yo no pude acceder.
A día de hoy, no sé si algún compañero se pudo acoger a la ayuda especial para artistas. Hubo confusión con el cómputo del número de días cotizados. Cuando llamabas al INEM no sabían nada de este tema. Cada vez que un actor llega al INEM te miran como si entrara en la sala un unicornio. Las veces que he ido a solicitar el paro, miran mi vida laboral, se bajan las gafas, me vuelven a mirar. Miran de reojo al compañero y siempre se levantan a preguntar. Muchos tenemos cotizaciones en diferentes Regímenes, y el de artista es especial.
Conozco compañeros que lo han pasado muy mal, pero siempre vivimos con la puerta de atrás abierta por sí hay un incendio. Muchos tenemos otros oficios, sobre todo de formación. A día de hoy en Murcia, no sé si algún unicornio ha cobrado la ayuda.
¿Echas de menos participar en producciones teatrales de la Región?
Sí, mucho. Al trabajar en televisión piensan que no estoy aquí, se sorprenden de verme en Murcia. Pero muchas de esas producciones se grabaron hace más de un año.
En Murcia hay una tara con el trabajo actoral que no pasa en Madrid, no se contempla la figura del actor suplente. Si trabajas mucho eres susceptible de que no te quieran porque piensan que los puedes dejar tirados. Recientemente, formaba parte del elenco de un nuevo espectáculo teatral. Un retraso en la grabación de la serie, ‘Parot’ -por un positivo- me impidió estar en la primera lectura del texto con el reparto en Murcia. Aunque el director lo entendió, al día siguiente me dijo no contaba conmigo porque veía que tenía curro. Esto pasó en diciembre y los ensayos se están realizando ahora. Le dije que no tenía nada cerrado en los próximos meses. Es decir, no contó conmigo no tanto por fallar en la lectura inicial sino por si me salía trabajo. Conozco compañeros con casos similares. Es curioso, el hecho de tener trabajo te cierra puertas. Fue un planchazo.
¿Qué futuro inmediato le espera al teatro?
El teatro seguirá, pero caerá mucha gente por el camino. Seremos daños colaterales muchos de nosotros. Mi futuro en el teatro, a pesar de tener trabajo, lo veo muy oscuro. Se lo digo a mi pareja, no sé cuando voy a hacer teatro en Murcia. El hecho teatral es un acto de supervivencia que va más allá de lo que pasa en el escenario. El arte, el teatro, está en todas las culturas, como el lenguaje, es inevitable, con sus horas altas y bajas.
Una recomendación cultural para finalizar.
Que consuman producto local. Que vayan al Teatro Circo Murcia a ver a mi amigo Javi Chou y ‘Extinción’, de Luisma Soriano. Y la película ’No matarás’, en la que participo con Mario Casas que acaba de ganar el Goya a mejor interpretación masculina.