La Ribot: “Mi vida entera es un proyecto artístico”

La Ribot es pura vitalidad, energía, frescura, movimiento, pero también reflexión y solidez. La coreógrafa ha expandido los límites de la danza contemporánea hasta tocar la performance y las artes visuales en sus `Piezas distinguidas´, que planea crear hasta 100. “Creo que no voy a llegar, que me voy a morir en la noventa y pico”, ironiza. `Another Distinguée´, la 53, se podrá experimentar el sábado y el domingo en el Centro Párraga. Es la primera vez que la creadora -Premio Nacional de Danza y Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes- cuenta con hombres en escena.

Hábleme de este cuadro hecho por un conjunto de polaroids que muestra al público primera vez

En la exposición hay una pieza que se llama `Otra Narcisa´ que está basada en la pieza distinguida « Narcisa », en la que me hacía una foto polaroid de la teta izquierda, otra de la derecha y otra del pubis tenido de rojo bermellon, y se desvelaban delante del público. La he hecho durante años girando y siempre he guardado las tres polaroids de cada actuación. Este cuadro las reúne y es la primera vez que lo presento.

¿Por qué no lo había mostrado hasta ahora?

Las puse en mi estudio, pero cuando me mudé de Londres a Ginebra las metí en una caja para que no se desvelaran y dejé el cuadro en mi cabeza. En la sala 5 del Centro Párraga están todos los trabajos que derivan de las `Piezas distinguidas´, ese proyecto en vivo que empezó en 1993 y que se va dividiendo por series formadas por espectáculos. Quiero hacer 100 series `Distinguidas´ en mi vida y y voy por la quinta serie y he llegado a la pieza distinguida numero 53 en 23 años, es decir, que voy muy lenta. Pero a partir de ahí han surgido otras cosas como un libro, instalaciones, vídeos o una película. En esta exposición es la primera vez que puedo reunir tanta obra porque este espacio es enorme.

Es muy extraño ver un proyecto de un creador que se desarrolle durante toda su vida

No tanto, fíjate en `En busca del tiempo perdido´ de Proust o `Masa y poder´ de Canetti, que tardó 30 años en hacerlo. En realidad es como alargarte la vida. Siempre he pensado que mi vida entera es un proyecto artístico o creativo, fragmentado en series y que cada serie responda a una inquietud o interés.

Como cada `Pieza distinguida´ puede ser diferente a la anterior es, además, heterogéneo y libre. Me permite hacer mucho y ordenar un discurso con brevedad, que está relacionada con la rapidez y lo inmediato y así nacieron. Me parece que la aceleración, la rapidez y la velocidad son algo muy contemporáneo. Es un formato que de una forma visionaria para mí vi claramente que podía dedicarme toda la vida y de este modo podía repartir un pensamiento o una visión por trozos.

Pero sus amigos le dicen que `Another Distinguée´ no es una `Distinguida´

Las icónicas son las de los noventa, fueron las que cambiaron la forma de hablar de la danza contemporánea. Se empezó a hablar de la mujer dentro de la danza contemporánea y de la performance. Las `Piezas distinguidas´ se amigaban con otras muchas disciplinas muy tranquilamente y eso es lo que mis amigos quisieran que siguiera haciendo, pero mis intereses cambian. Además no volví a hacer una serie hasta 2011. Estuve 11 años sin hacer series nuevas, porque estoy con el proyecto paralelo de los extras.

Hábleme de este otro proyecto de los extras

Estos personajes me hicieron fijarme en el cuerpo perfecto de la danza, técnicos y bellos, que me podían tanto fascinar como poner en cuestión toda la disciplina. Esos figurantes alquilados por un tiempo que son capaces de llenar un escenario de una humanidad tan magnífica, y que ponían en cuestión a los propios bailarines, el cuerpo y la autenticidad de las cosas, quizás. En 2011 quise poner los dos proyectos juntos con PARAdistinguidas´, la cuarta serie, una ópera enorme con 20 figurantes y cinco personajes de `Distinguidas´, un trabajo de fragmentación otra vez.

¿Qué nos trae esta pieza 53?

Las `Piezas distinguidas´ nacieron como solos míos, pero me aburrí de mí. Y ahora he llamado a Juan Loriente, un colaborador de largo tiempo, y al coreógrafo y bailarín Thami Manekehla. Es la primera vez que cuento con hombres en las pieazs distinguidas que siempre eran mujeres.

Trabajo también la idea del `black cube´ que es una mezcla del `black box´ , la máquina teatral, y la economía y el régimen del `white cube´ del museo donde el espectador no está fijo y decide cuándo y cómo quiere ver las cosas. En los 90, me interesó sacar las `Distinguidas´ del teatro. Me interesa que la danza contemporanea se valore y se mire como se hace al arte contemporaneo.

Siempre ha llevado la danza más allá de sus límites

La danza contemporánea siempre ha estado apartada. Es como la mujer en la sociedad, está maltratada, y es la pobre siempre de todas las disciplinas. Está muy relacionada con el cuerpo, que es lo más difícil de mantener vivo y es al mismo tiempo el lugar político, social, donde nos hacemos daño, nos representamos, es el lugar de la mirada, lo es todo el cuerpo, lo más difícil de manipular, tocar, lo más vulnerable. Evidentemente, la danza es muy frágil, está muy relacionado a lo emocional, hay una persona detrás. Ahora ya no, pero también durante mucho tiempo la danza era sólo de cuerpos jóvenes. Sigue siendo así en las danzas más técnicas. En la danza contemporánea tenemos la suerte de poder mostrarnos viejos.

La danza se ha mezclado con otras disciplinas desde siempre, pero es necesario volverlo a hacer y hacerla expandirse. En los noventa fue ese momento de explosión y expansión y si la miras ahora no tiene nada que ver con lo que se hacía antes de ese momento. Ahora los artistas contemporáneos de danza son tan contemporáneos como un pintor.

¿Le da miedo no terminar la serie?

No me da miedo, me da muchísimo miedo morirme, pero no porque la serie se quede incompleta. Al ritmo que voy, a lo mejor no llego a hacerlo. Me divierte muchísimo todo, que llegue o no.. Todo me parece posible y todo me divierte. Y creo que no voy a llegar, que me voy a morir en la noventa y pico. Tengo la 99 y la 69 dedicadas.

Hay muchos bailarines españoles trabajando en el extranjero

La danza no ha estado nunca muy apoyada. En los ochenta se decidió apoyar la moda y el cine. Y ahora, el otro día estaba viendo una película española y pensé hay cine español, lo han conseguido. Todas las obras escénicas que ves en cualquier ciudad española que son de fuera están apoyadas por el estado, o el cantón, la región lingüística o su comunidad. Todos los artistas europeos. Pero en ese sentido en España no se cumplen las funciones de lo que es ser europeo. Es fundamental que se apoye el arte. Si no existe, tienes una creación profundamente comercial a taquillazo y ya sabemos lo que es. ¿Por qué se creen en España que no tienen que hacer esto?

¿Qué siente cuando viene a España?

Vengo mucho a España, a Madrid, donde están mis amigos y familia y también tengo una productora allí. Me gusta mucho mi lengua y en Ginebra intento buscar a gente que hable castellano porque tienen otra energía y me divierte muchísimo. En mi caso, no echo de menos nada más que la lengua, ni el sol, ni la comida… Pero a través de la lengua encuentro toda la energía. El castellano es mi casa, descaradamente. Es mi savia. Más que con territorios o ideas, tiene que ver con ritmos y música. Me gusta la ñ, la r, la j….

La danza contemporánea siempre ha estado apartada. Es como la mujer en la sociedad, está maltratada, y es la pobre siempre de todas las disciplinas

La danza contemporánea siempre ha estado apartada. Es como la mujer en la sociedad, está maltratada, y es la pobre siempre de todas las disciplinas