La cabecera del Tajo comienza un periodo de sequía, mientras que la tendencia en la del Segura es la misma aunque actualmente la situación es de normalidad en esta última. Sin embargo, las previsiones apuntan a esta situación, un panorama que podría cambiar en caso de que se registrara una nevada importante.
Así lo ha avanzado a Europa Press el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), Miguel Ángel Ródenas, quien advierte que la cuenca del Segura se tiene que preparar para lo “peor” ante esta situación de emergencia.
No obstante, manda un mensaje de tranquilidad en el sentido de que el agua “está garantizada y hay agua suficiente hasta septiembre del próximo año, pero el riego tradicional en 2017 empezará a no estar garantizado” de continuar en esta situación de emergencia.
Por ello, no duda en poner de manifiesto que la palabra del trimestre ha sido de “sequía” en la que la cuenca del Segura está inmersa en lo que respecta al trasvase, aunque ha reconocido que todo el mundo ha podido regar “a pesar de la sequía”.
De manera que el cierre de final de año “no es tan malo, pero en cuanto al trasvase es preocupante y habrá que tomar todo tipo de medidas extraordinarias, amparados por el Decreto de Sequía y medidas de contención de ahorro de agua” de cara a 2016.
Ródenas ha recordado que el Decreto está en vigor hasta el 30 de septiembre. Al hilo, advierte que “sería un desastre catastrófico” no prorrogar esta medida en caso de perdurar dicha situación, ya que “tenemos 130.000 hectáreas en las zonas regables del trasvase, es una zona viva con seres vivos, y si no tienen agua sería una catástrofe económica de miles de millones de euros en pérdidas y daños ambientales; una situación desoladora”, por lo que espera que gobierne quien gobierne “no se deje que esto ocurra”.
En estos momentos, ha subrayado Ródenas, el año hidrológico que comienza el 1 de octubre, en cuanto a lluvias, las previsiones de este trimestre apuntan a que “vamos por debajo de la media de los últimos cinco y diez años”.
Y es que, precisa, “apenas ha llovido un litro por m2 en diciembre, una cifra muy baja, y la aportación interanual en la demarcación hidrográfica, 280 hm3, se encuentra por debajo de las necesidades de agua de la cuenca, que están en 400 hm3 aproximadamente”.
De hecho, reconoce que se está superando la situación “gracias a una buena situación de embalses de cabecera y esperamos terminar el año hidrológico y este trimestre con una situación de normalidad en la cuenca en la parte de regadío tradicional por las reservas almacenadas, que están bajando”.
Sin embargo, la situación en la parte del trasvase “es muy grave”, que califica de emergencia, ya que la cabecera del Tajo “no tiene recursos en este momento y las previsiones para el año que empieza, en los primeros tres meses, serán muy malas y de trasvases mínimos, si es que los hay”.
“Estamos en precario y dependemos de que llueva en el Tajo”, ha indicado Ródenas, quien sostiene que “en el primer trimestre se cuenta con recursos de la desalación, 20 millones de m3, y sondeos de la cuenca”.
Para concluir, espera que en primavera llueva. En principio, considera que “no hay que tomar especiales restricciones, pero los riegos que dependen del trasvase sí, ya que en este trimestre apenas llevamos en las zonas regables del trasvase unos 13 hm3, cuando normalmente se gasta el doble, se ha reducido la demanda en algunos casos hasta el 50 por ciento y los regantes saben que la situación está muy mal y tienen que hacer sus previsiones económicas de plantación en función de la demanda disponible”.