Las futbolistas del Alhama El Pozo han renacido

El equipo murciano vive la primera temporada de su historia en la élite y pese a que han estado en descenso casi todo el curso, ahora tienen opciones de lograr la permanencia

El Alhama El Pozo son el orgullo del fútbol murciano esta temporada porque son el único equipo de la Región en la máxima categoría nacional. Sin embargo, qué contradictorio es a veces el deporte. Por un lado, el club está viviendo un año histórico por ser la primera vez que compite en la Liga F -y eso es ya es todo un hito esta localidad de poco más de 20.000 habitantes- pero, a su vez, no está siendo fácil. En momento en el que se ha profesionalizado el fútbol practicado por mujeres en nuestro país, competir contra los grandes trasatlánticos como el Real Madrid, el Atlético o el Barça está siendo un sueño, pero también han sido unos meses duros anímicamente hablando. El Alhama es un club familiar con solamente tiene 11 años de vida y que todavía está asentándose en la élite, por lo que está infinitamente alejado de los 7’7 millones de euros que, por ejemplo, facturó el FC Barcelona femenino la temporada pasada, según un estudio publicado recientemente por Deloitte. Evidentemente, el presupuesto es clave a la hora de confeccionar las plantillas y poder optar a mejores futbolistas en el mercado. Pese a las abismales diferencias, las murcianas no renuncian a competir y precisamente ahora están en su mejor momento.

Fuera lo malo y adiós a las dudas, ya sabíamos a lo que veníamos, se prometieron como propósito del nuevo año. El 2023 ha empezado de la mejor forma posible para el equipo que entrena Randri García y que gestiona desde los despachos su mujer, Tamara García. Las de Alhama se clasificaron hace dos semanas para disputar los cuartos de final de la Copa de la Reina tras eliminar en un partido de auténtica locura y emoción al Levante, uno de los mejores equipos de España, que marcha segundo en la clasificación con 26 puntos y 33 goles anotados más que ellas hasta el momento. Esa noche en el campo murciano José Kubala terminó siendo memorable, la eliminatoria se resolvió en los últimos minutos de la prórroga cuando todo parecía que se iba a decidir en los penaltis. Los tantos de Mariana Martí y Judith Caravaca pusieron el definitivo 5-3 que desató las lágrimas entre las que estaban en el césped y el orgulloso público de la grada. “No queremos descentrarnos de la liga, pero esto es histórico. El rival era un equipazo, con futbolistas diferenciales. Nos hace muchísima ilusión la Copa. Dieron la cara todas las jugadoras y me están poniendo muy difícil a quién pongo a jugar y eso es una tranquilidad. Creo ciegamente en este cuerpo técnico y en estas jugadoras de cara a la permanencia”, afirma su técnico.

Este mes de enero el Alhama CF ha resurgido de sus cenizas, ya que estas mismas navidades estaban últimas en la clasificación y parecían un equipo abandonado a su suerte y condenado a descender de categoría. Sin embargo, ese histórico triunfo en Copa, les dio alas. Cuatro días después de eliminar al Levante superaron en casa al Athletic de Bilbao y pronto empezó a correr y a calar el mensaje del sí se puede. “Estábamos cansadas, pero con muchas ganas de volver a jugar y eso sólo te lo dan las victorias. Necesitábamos encadenar varios partidos ganando y lo logramos”, dice la experimentada Jade Boho, quien sabe lo que es ganar títulos tanto de liga como de Copa.

La racha, por fortuna, no terminó ahí. Días después consiguieron sumar en Sevilla su primer triunfo de la temporada fuera de casa que les sacó de los puestos de descenso. El 1-2 firmado en la Ciudad Deportiva Luis del Sol llegó además remontando el gol inicial del  Real Betis, por lo que todavía se celebró más en el vestuario. Aunque Randri intentó que todas mantuviesen los pies en suelo haciéndoles ver que la clasificación final que importa es la de junio, no la de enero, la realidad es que el corazón del Alhama El Pozo bombea más fuerte que nunca. Así es el deporte, un día pareces estar muy abajo y otro sales del pozo cuando ya pocos creían. Saber gestionar las emociones, tanto en los éxitos como en los fracasos, es determinante.

Acaba de arrancar la segunda vuelta de la competición, todavía quedan 13 partidos por disputarse y en estos momentos únicamente una victoria separa al Alhama El Pozo de quedarse en la élite. Una temporada más. Hay tiempo. Hay mimbres (su portera, Laura Martínez, ha sido convocada para la selección española sub23), hay fe y también hay mucho orgullo por estas chicas de la Región de Murcia.

El equipo murciano vive la primera temporada de su historia en la élite y pese a que han estado en descenso casi todo el curso, ahora tienen opciones de lograr la permanencia

El Alhama El Pozo son el orgullo del fútbol murciano esta temporada porque son el único equipo de la Región en la máxima categoría nacional. Sin embargo, qué contradictorio es a veces el deporte. Por un lado, el club está viviendo un año histórico por ser la primera vez que compite en la Liga F -y eso es ya es todo un hito esta localidad de poco más de 20.000 habitantes- pero, a su vez, no está siendo fácil. En momento en el que se ha profesionalizado el fútbol practicado por mujeres en nuestro país, competir contra los grandes trasatlánticos como el Real Madrid, el Atlético o el Barça está siendo un sueño, pero también han sido unos meses duros anímicamente hablando. El Alhama es un club familiar con solamente tiene 11 años de vida y que todavía está asentándose en la élite, por lo que está infinitamente alejado de los 7’7 millones de euros que, por ejemplo, facturó el FC Barcelona femenino la temporada pasada, según un estudio publicado recientemente por Deloitte. Evidentemente, el presupuesto es clave a la hora de confeccionar las plantillas y poder optar a mejores futbolistas en el mercado. Pese a las abismales diferencias, las murcianas no renuncian a competir y precisamente ahora están en su mejor momento.