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Hola, soy la menstruación

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En los últimos años el mundo del deporte está poniendo sobre la mesa temas que hasta este momento eran un tabú. El más comentado desde los Juegos Olímpicos de Tokio (se disputaron el verano pasado) es el de la salud mental, a raíz de que la estrella mundial de la gimnasia Simone Biles decidiese retirarse de la competición porque sentía que ya no confiaba en ella misma y que no estaba bien psicológicamente. La presión que sienten los deportistas de élite es altísima, pero sólo unos pocos se habían atrevido a manifestar públicamente las consecuencias físicas y personales que eso les acarrea. Algunos psicólogos consideran que puede deberse a no querer defraudar a la sociedad por esa idea de súper héroes y de súper heroínas con los que los asociamos. Por suerte, todo va evolucionando. Cada vez son más los atletas que reconocen que trabajan la mente con especialistas para que les ayuden a gestionar momentos complicados de sus carreras, derrotas, lesiones, periodos de ansiedad o simplemente para mejorar aspectos específicos de la disciplina que practican.

Es muy importante que personas con tanta relevancia pública, en este caso deportistas, hablen de ciertos temas para se abra el debate entre la población y comiencen a normalizarse. Sobre todo porque hay algunos que socialmente todavía no están muy asentados, como es el caso de la menstruación femenina. Histórica y culturalmente se ha creado cierta aversión y pudor al hecho de hablar de ello, pero no es más que un proceso fisiológico que atraviesan todas las mujeres del planeta desde la pubertad. Llama la atención que pese a que en el ámbito deportivo se han realizado infinidad de estudios relacionados con aspectos físicos y del entrenamiento, se hayan dedicado tan pocos a algo tan básico como la regla, que afecta al 50% de la población mundial. El ciclo menstrual en la alta competición apenas se ha tratado, pese a que numerosas atletas sí han afirmado que en algún momento les ha influido negativamente en su rendimiento. La tenista Steffi Graf fue una de las primeras en admitir públicamente sus problemas a finales de los 80, tras perder la final del prestigioso torneo de Roland Garros contra la española Arantxa Sánchez Vicario: “Ha dado golpes increíbles y yo he tenido ocasiones que no he aprovechado. Pero es que tampoco era yo la que estaba en la pista. Pasé una noche horrible hace dos días. ¿Por qué me fui antes del final del partido? ¿Realmente quieren saberlo? Porque tenía el periodo”.

 Durante la menstruación se producen variaciones hormonales que afectan física y anímicamente a las mujeres. Cada caso es diferente, pero algunas llegan a experimentar fuertes dolores, espasmos similares a contracciones, diarreas y náuseas. Y esto en la alta competición pasa factura. Por ello es imprescindible que el equipo que rodea a las deportistas (entrenadores/as y fisios) conozcan sus sensaciones para adaptar el trabajo. Lucas Fernández, entrenador del conjunto murciano Hozono Global Jairis de la máxima categoría del baloncesto femenino español, afirma que existen condicionantes dentro del juego, sobre todo para las mujeres, que son importante que se den a conocer porque también influyen. “Los ciclos menstruales de mis jugadoras los controla el preparador físico y el médico del club y ellos me dan a mí , después, un retorno de cómo se van encontrando ellas durante la semana. Trabajo sobre las pautas que me marcan sobre si una jugadora tiene más dolor o no se encuentra al 100% debido a ello. Muchas tienen que medicarse o tomarse su ibuprofeno, algunas tienen que parar más en los días fuertes del periodo. Alguna vez se ha acercado a mí alguna jugadora y directamente me ha dicho que no tenía un buen día por este tema. Es importante saberlo. Lo hablamos y paramos, no hay ningún problema”. Además, como la menstruación es un tema poco asentado y hay muchos entrenadores y preparadores físicos hombres dirigiendo a equipos femeninos, el pudor es un factor que también entra en juego. “Es algo que está empezando a cambiar, por suerte. Antes la regla era autogestionada por las jugadoras y ahora está más normalizado”, confiesa Lucas.

Llevarla controlada es imprescindible

Jorge Ramírez, preparador físico del Alhama El Pozo femenino (el único equipo de fútbol de la Región de Murcia que competirá en primera división la próxima temporada, si se tienen en cuenta también los conjuntos masculinos) desde que comienza el curso realiza un seguimiento de los ciclos menstruales de las futbolistas a través de una aplicación: “El objetivo es planificar un trabajo diferente, en función de la fase en la que se encuentre la deportista. Sobre todo en los ejercicios de fuerza, el trabajo es diferente por los cambios hormonales que atraviesa, ya que algunos demandan más o menos cantidad de esfuerzo. También cuando hay una lesión muscular, anotamos en qué momento de su ciclo está para ver si tiene alguna relación”. Al inicio del periodo, una deportista asimila mejor los ejercicios de fuerza y velocidad debido a que la cantidad de estrógenos (hormonas) es más elevada. Durante la regla, sobre todo las que las tienen abundantes, se pierde hierro. Tras la ovulación, normalmente hay mayor frecuencia cardiaca y menor concentración de hemoglobina y se retienen más líquidos. Muchos condicionantes que repercuten en el estado físico.

Luci Pascua ha jugado durante casi 20 años en la élite del baloncesto nacional e internacional y ha disputado más de 200 partidos con la selección española (plata en los Juegos Olímpicos de Río y medallas en Campeonatos del Mundo y de Europa) y reconoce que la menstruación no se ha tenido muy en cuenta. También es la presidenta de la Asociación de Jugadoras de Baloncesto, donde se trabaja por sus derechos y confiesa que “las deportistas nos hemos acostumbrado a obviar el dolor. Cada una lo vivimos de una forma. Yo, por ejemplo, tenía unos cambios emocionales muy fuertes y eso en un torneo corto sí puede afectarte”.

La regla ha sido y es un tabú para muchas deportistas que compiten igual, pese a las consecuencias que ésta tiene en su rendimiento. Tanto Jorge Ramírez como Luci Pascua y Lucas Fernández coinciden en que no recuerdan que una jugadora suya o compañera se haya perdido un partido por la menstruación. Si tienen dolor ese día, se han callado porque lo normal ha sido siempre no hablar de ello, medicarse y a competir. Es un tema muy desconocido. Lo hemos podido comprobar con las críticas que ha recibido el planteamiento de la nueva ley del aborto y la salud menstrual.

Curiosamente, nunca se ha planteado este problema a nivel colectivo en España dentro del mundo del deporte, pese a ser una actividad que exige muchísimo a nivel físico a las mujeres. También es cierto que es difícil de tratar legalmente porque salvo el fútbol (desde hace unos meses) ninguna otra disciplina realizada por mujeres en nuestro país tiene un convenio colectivo propio. Sí suelen estar sujetas al convenio general de trabajadores. Quizá habría que empezar por ahí para que después las atletas puedan acogerse, si la necesitan, a esa baja debido a menstruaciones incapacitantes.

En los últimos años el mundo del deporte está poniendo sobre la mesa temas que hasta este momento eran un tabú. El más comentado desde los Juegos Olímpicos de Tokio (se disputaron el verano pasado) es el de la salud mental, a raíz de que la estrella mundial de la gimnasia Simone Biles decidiese retirarse de la competición porque sentía que ya no confiaba en ella misma y que no estaba bien psicológicamente. La presión que sienten los deportistas de élite es altísima, pero sólo unos pocos se habían atrevido a manifestar públicamente las consecuencias físicas y personales que eso les acarrea. Algunos psicólogos consideran que puede deberse a no querer defraudar a la sociedad por esa idea de súper héroes y de súper heroínas con los que los asociamos. Por suerte, todo va evolucionando. Cada vez son más los atletas que reconocen que trabajan la mente con especialistas para que les ayuden a gestionar momentos complicados de sus carreras, derrotas, lesiones, periodos de ansiedad o simplemente para mejorar aspectos específicos de la disciplina que practican.

Es muy importante que personas con tanta relevancia pública, en este caso deportistas, hablen de ciertos temas para se abra el debate entre la población y comiencen a normalizarse. Sobre todo porque hay algunos que socialmente todavía no están muy asentados, como es el caso de la menstruación femenina. Histórica y culturalmente se ha creado cierta aversión y pudor al hecho de hablar de ello, pero no es más que un proceso fisiológico que atraviesan todas las mujeres del planeta desde la pubertad. Llama la atención que pese a que en el ámbito deportivo se han realizado infinidad de estudios relacionados con aspectos físicos y del entrenamiento, se hayan dedicado tan pocos a algo tan básico como la regla, que afecta al 50% de la población mundial. El ciclo menstrual en la alta competición apenas se ha tratado, pese a que numerosas atletas sí han afirmado que en algún momento les ha influido negativamente en su rendimiento. La tenista Steffi Graf fue una de las primeras en admitir públicamente sus problemas a finales de los 80, tras perder la final del prestigioso torneo de Roland Garros contra la española Arantxa Sánchez Vicario: “Ha dado golpes increíbles y yo he tenido ocasiones que no he aprovechado. Pero es que tampoco era yo la que estaba en la pista. Pasé una noche horrible hace dos días. ¿Por qué me fui antes del final del partido? ¿Realmente quieren saberlo? Porque tenía el periodo”.