Ana Ballabriga (1977) es una escritora española que nació en Huesca, estudió psicología en Valencia y está afincada en Murcia. Ballabriga es especialista en género literario de la novela negra y se hizo con el premio Indie de Amazon en 2016 con su libro 'Ningún escocés verdadero', junto con David Zaplana, su marido.
Sositene que la a literatura es un ámbito “muy complicado”, y que de la venta de sus libros viven pocos autores en España. Compagina su profesión de escritora con realización de cursos y conferencias literarias y cinematográficas, que a su vez compagina con su trayectoria como productora audiovisual. “Mis días se pasan entre textos, charlas y audiovisuales. Si no estás escribiendo, estás pensando en el proyecto que vas a desarrollar”.
¿Cómo acaba una oscense afincada en Murcia? Ganaste el primer premio indie de Amazon en 2016. ¿Qué supuso para ti?
La vida te va llevando a lugares imprevisibles. Estudié en Valencia la carrera de Psicología y allí conocí a David. Él estudiaba Telecomunicaciones. Cuando terminó encontró trabajo en Cartagena (era y sigue siendo más fácil que un ingeniero consiga un puesto de trabajo a que lo consiga una psicóloga). Y aquí estamos.
Ganar el Premio Literario de Amazon supuso una dosis importante de visibilidad. Es por lo que luchamos casi todos los escritores: por visibilizar nuestro trabajo. Se publica muchísimo y los lectores lo tienen complicado para elegir. Normalmente compran o leen aquello de lo que han oído hablar. También el premio supuso un aval para nuestra trayectoria, una palmada en la espalda que anima a seguir escribiendo.
¿Cuál es el papel de la mujer en la literatura española?
El papel del escritor es complicado ya de por sí, el de la mujer escritora, lo es más. Tenemos menos visibilidad que los hombres. Hace años el problema de las mujeres escritoras era encontrar tiempo y espacio para poder escribir (ya habló de esto Virginia Woolf). Actualmente a las mujeres se las etiqueta como de escritores superventas de libros con poca calidad literaria. Es decir, ahora mismo las mujeres estamos en la lucha de que se valore nuestro trabajo y de que se entienda que lo femenino también es universal.
¿Es difícil ser mujer y escritora?
Lo es por esa falta de atención que se da a nuestro trabajo. Yo siempre hablo de que la falta de presencia femenina en premios literarios prestigiosos o en encuentros literarios se debe a que las mujeres tenemos menos capital social. Es decir, pasamos más tiempo en el trabajo o en casa con los niños y nos dedicamos menos a tomarnos cervezas o cafés con otros compañeros literarios. Y la programación de certámenes literarios y la entrega de premios tiene mucho que ver (no solamente y no en todos los certámenes) con tomar cervezas y cafés.
¿Cómo se porta la crítica con las mujeres escritoras?
Laura Freixas hizo un estudio y sacó conclusiones muy interesantes. Según su estudio, la literatura escrita por mujeres era calificada como femenina (en sentido de femenino, intimista, cursilería) o feminista (en sentido peyorativo). Se la tachaba de literatura comercial, frente a la alta literatura (por supuesto, escrita por hombres). Y, además, dejaban claro que solo interesaba a unas minorías.
Uno de los clímax de la novela negra es el 'femicrime' o la mujer fatal, ¿cuál es el papel de la mujer en este género?
El origen del arquetipo de la mujer fatal se remonta al Romanticismo. Pero viene de atrás. A las mujeres se las ha catalogado de santas o de putas a lo largo de la historia, dependiendo del nivel de adaptación a las normas sociales que existían en cada momento. La mujer fatal no es más que aquella mujer que consigue lo que quiere a través del sexo. Pero las mujeres fatales en la literatura suelen pagar un precio, es la forma de poner a cada uno en su sitio. Las mujeres fatales renuncian a la maternidad y al amor romántico. Además son ambiciosas, es decir, rompen con lo que debe de ser una buena mujer. Por eso son castigadas, para servir de ejemplo de lo que no hay que hacer.
Respecto al femicrime, es un término que surgió en los países nórdicos con el objeto de definir la literatura escrita por mujeres donde la protagonista es también mujer. En realidad, se trata de hacer un aparte para la literatura criminal escrita por mujeres. Es un método sibilino de discriminación. Se trata de decir que lo normativo es la literatura escrita por hombres, la escrita por mujeres requiere de una categorización distinta. La buena literatura criminal la escriben los hombres. Las mujeres se dedican al femicrime.
El próximo día 18 de diciembre impartirás una conferencia en la Biblioteca Regional sobre la novela romántica actual. ¿Está la mujer estigmatizada como débil, la que siempre sufre, la que siempre espera a su amor en casa en este género?
La novela romántica ha sido un género completamente discriminado por tres razones fundamentales: porque está escrito por mujeres, protagonizado por mujeres y dirigido a mujeres. La novela romántica del franquismo poco tiene que ver con la literatura romántica actual. Bien es cierto que durante años esta literatura ha servido para perpetuar una serie de roles tanto masculinos como femeninos extraordinariamente machistas. El hombre (siempre mayor, siempre rico, y siempre un ser incapaz de mostrar sus sentimientos) se acababa casando con la chica joven, paciente y discreta. Pero actualmente la diversificación de este género es tremenda. Y en esta literatura podemos encontrar todo tipo de historias donde la mujer no se queda en casa, precisamente, esperando al amor de su vida. Ahora las protagonistas pueden ser mujeres que quieren vivir su sexualidad plenamente o que quieren establecer otro tipo de relaciones de pareja. Por tanto, es cierto que conviven historias de corte machista con otras que no lo son en absoluto y que sirven para que las mujeres tomen consciencia de que otro tipo de vida y de relaciones son posibles.