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Un concierto, aguas negras y más de medio centenar de barcos en una fiesta ilegal que amenaza el Mar Menor

Elisa M. Almagro

26 de agosto de 2022 21:15 h

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El pasado sábado, cientos de personas protestaban en La Manga del Mar Menor exigiendo medidas para frenar la contaminación en la laguna salada. A esa misma hora, a apenas 4 kilómetros de distancia, más de medio centenar de barcos celebraban un macrobotellón en las inmediaciones de una de las islas del Mar Menor, la isla Ciervo.

Durante esa noche, la empresa de barcos FlippaBoat organizó una excursión en barco por un importe de 25 euros y, paralelamente, en la misma zona tuvo lugar un concierto organizado, entre otros, por un concejal del PP del Ayuntamiento del municipio costero de La Unión.

De acuerdo con las asociaciones ecologistas y en defensa del Mar Menor, este incidente ha puesto en peligro la integridad del ecosistema de la zona, que se trata de un espacio ZEPA (Zona Especial de Protección de Aves).

“Esto lo llevan haciendo toda la vida. Los barcos van a la Isla Perdiguera, la del Ciervo y la del Barón, fondean donde les da la gana sin ningún control para beber y pasar el día”, denuncia Rocío García, una de las promotoras de la Iniciativa Legislativa Popular para dotar al Mar Menor de personalidad jurídica. Asegura que los sábados y domingos las inmediaciones de la Isla del Ciervo “se llenan de barcos”, aunque reconoce que jamás había visto una fiesta organizada.

Asegura que todos los barcos que fondearon ese día arrastraron alga de la zona, rica en feofícea, un vegetación frágil vital en el ecosistema de la laguna. Donde se congregaron las embarcaciones también es lugar de recuperación del pez fartet, una de las especies de vertebrados en mayor peligro de extinción, que además se encuentra en época de reproducción: “Ha sido como hacer macrobotellón al lado de la madriguera de un lince ibérico”, ejemplifica Rubén Vives, portavoz de Ecologistas en Acción.

A Pedro García, director de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), le preocupa especialmente la frecuencia con la que se realizan estas concentraciones de barcos: “Cuando sopla viento de levante en el interior norte de La Manga, junto a la encañizada, pueden concentrarse hasta 100 barcos”. El director de ANSE explica que “si queda alguna nacra - un bivalvo en peligro de extinción- en esa área del suelo marino es muy difícil que pase el verano”.

“No hubo organización”

El Capitán Marítimo de Cartagena, Óscar Villar, asegura que el macrobotellón que se rige por el decreto 62/2008 de Capitanía, “no tenía autorización”. Requiere formalizar una documentación y establecer un dispositivo de seguridad“, subraya. Desde S.O.S. Mar Menor han interpuesto una denuncia tanto a la Fiscalía como al Seprona contra lo ocurrido.

Tanto Diego Paredes, dueño de la empresa que organizó la excursión en barco FlippaBoat, como Ginés Guzmán, batería del grupo que tocó en la Isla del Ciervo y concejal del PP en el Ayuntamiento de La Unión, se exculpan de la organización del macrobotellón: “Acudimos a la fiesta con el barco, pero no la organizamos. En mi barco podrían ir cerca de 40 personas”, defiende Paredes, que asegura que incluso llegaron tarde al concierto: “El año pasado, lo hicieron en el mismo sitio y el mismo grupo de música”, sostiene.

Sin embargo, en los carteles donde anuncian la excursión de ese día promocionan “música en directo” y “un concierto único en el Mar Menor”.

Guzmán, por su parte, quien también fue uno de los compromisarios del Partido Popular de la Región que acudió al congreso nacional de los populares celebrado en Sevilla, asegura que el concierto se trataba de la celebración de una fiesta privada de cumpleaños: “Fue una reunión de amigos con unas pocas embarcaciones a la que se fueron sumando otras alrededor para nuestra sorpresa. No hubo organización, ni convocatoria previa, ni siquiera informal. No se cobró por tocar, ni se cobró dinero a nadie por asistir”.

Aguas grises y negras

Rocío García alerta de la gran concentración desperdicios de generan cada semana los barcos en las islas del Mar Menor: “La gente se deja en la Isla del Ciervo bolsas de basura, como si alguien fuera a recogerlas. Cuando tenía el barco iba y limpiaba las tres islas. Una vez hasta recogí un carro de la compra”.

“Los puertos del Mar Menor no tienen un servicio para vaciar las aguas negras y grises”, sostiene el director de ANSE. “Un barco con un váter, genera un agua residual. ¿Dónde van las aguas negras de los barcos del Mar Menor? Al Mar Menor”, denuncia Pedro García, que recuerda que esas aguas deben ir a la red de alcantarillado para su tratamiento.

“Una postal” del Mar Menor

“La fiesta nos ha devuelto un poco a la realidad”, reflexiona Pedro García. “Este es el Mar Menor: un enorme aparcamiento de barcos con once puertos deportivos y unos 4.000 barcos”.

El director de ANSE afirma que la albufera es un sitio relativamente seguro para ir en barco, incluso por gente inexperta, por lo que atrae a “gente que le gusta irse de fiesta, un turismo muy dominguero”, define. “La fiesta del pasado sábado ha sido una postal de lo que se ha ido sembrando durante muchos años”. 

Desde la asociación naturalista denuncia la “inacción” por parte del Gobierno regional en controlar que se cumpla la ley del Mar Menor e insiste en que la normativa ambiental la aplica la Comunidad Autónoma. Pedro García argumento que el Mar Menor es un espacio natural protegido y la Comunidad es la capacitada para regular las actividades que se desarrollan en la laguna salada. “Una de las actividades que puede regular es el fondeo: podrían establecer un mapa de fondeo con boyas, también evitaría que dos barcos pudieran ponerse juntos”, sugiere.

El pasado martes, por su parte, el consejero murciano de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca, Medio Ambiente y Emergencias, Antonio Luengo, declaró ante los medios que no se mostraba “en contra de que se lleve a cabo ningún tipo de concentración de embarcaciones con un fin lúdico porque me parece totalmente razonable y adecuado tanto en el Mar Menor como en cualquier sitio”.