Para los socialistas murcianos el trasvase Tajo-Segura es irrenunciable. Siempre lo ha sido y seguirá siéndolo. Ningún partido, ni ningún gobierno acabará con este trasvase, sería absurdo renunciar a esta infraestructura. Pero es un error para la economía regional y el empleo obviar los efectos del cambio climático y las consecuencias que tendrá sobre el trasvase. Hace 42 años, cuando se iniciaron los trasvases del Tajo al Segura, entraban en los embalses de Entrepeñas y Buendía una media de 1.000 hectómetros cúbicos al año. En los últimos años la media se sitúa sobre los 650 hectómetros cúbicos y bajando. Llegará un momento en que no haya agua para trasvasar, ya ocurrió en el año 2017 durante 11 meses. Todos los expertos y científicos apuntan a que ese escenario se volverá a repetir, cada vez con más frecuencia.
Lo cierto y verdad es que el desafío del agua no lo hemos sabido resolver, ha faltado visión y planificación. Visión para saber aplicar el principio de escucha, diálogo y acuerdo, y planificación hidrológica, en el corto, medio y largo plazo, que nos habrían permitido afrontar y resolver con solvencia nuestras necesidades hídricas. La guerra partidaria del agua ha sido tan absurda como innecesaria, perjudicando a los agricultores y a los intereses económicos de la Región de Murcia. No estamos mejor que estábamos hace 26 años, todo lo contrario.
El 2 de junio de 2018 se firmó el Pacto Regional del Agua, un instrumento necesario para la planificación en las competencias regionales y reivindicar un pacto nacional. Muchos confiamos en que la firma de ese pacto no se limitara a un mero acto de oportunidad política, sino que fuese útil para afrontar los desafíos del futuro. Lamentablemente no ha sido así. Después de tres años, el Gobierno regional, ni ha evaluado su cumplimiento, ni ha convocado a los partidos para hacer un seguimiento, a pesar de que lo hemos pedido con reiteración.
El PP ha utilizado el agua como una herramienta electoral, ellos siempre han preferido hacer política con el agua, en vez de política de agua. Por eso, ni ha habido, ni hay planificación. Para los socialistas murcianos el agua es un desafío que debe estar al margen del tacticismo y estrategia partidista, es un elemento esencial para dar solidez a nuestra economía y empleo. Por ello, desde hace meses, trabajamos en una planificación hidrológica que resuelva este desafío para siempre. En un mix hidrológico que integre los recursos propios de la cuenca, la depuración de las aguas residuales, la desalación y el trasvase Tajo-Segura, a un precio que esté en entorno de los 30 céntimos de euros el metro cúbico.
Para el sostenimiento del regadío de la cuenca del Segura asociado al trasvase necesitamos del entorno de los 280 hectómetros cúbicos anuales. El objetivo es asegurar ese caudal para siempre, con independencia de la situación en la que se encuentren los embalses de Entrepeñas y Buendia, conectando la desaladora de Torrevieja con las infraestructuras del trasvase y abaratar la producción de agua desalada con la incorporación de energías fotovoltaicas.
No es verdad, como afirma el Gobierno de Castilla-La Mancha, que el Tribunal Supremo haya ordenado subir el caudal ecológico del río Tajo. Lo que ha dicho el alto tribunal es que hay que establecer estos caudales en el Plan Hidrológico del Tajo, que no existen por la negligencia del Gobierno de Rajoy. Por tanto, los socialistas murcianos no vamos a consentir que suban estos caudales a su paso por Aranjuez de los 6 metros cúbicos por segundo a los 8,5. Ni está justificado, ni es admisible para una economía como la nuestra, con una alta dependencia del sector agroalimentario. Por otra parte, ya que hablamos de caudales ecológicos del río Tajo, es necesario que el presidente regional reclame a la señora Ayuso que depure las aguas residuales de Madrid, ya que este es uno de los graves problemas ecológicos de este río.
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