En 2018, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), a instancias de la Cumbre de París COP21, publicó un informe, redactado por un centenar de expertos (un 60% hombres, por cierto), en el que se advertía de las consecuencias fatales para la supervivencia de la especie humana del aumento de la temperatura media del planeta en 1,5ºC por encima de la temperatura de la era pre-industrial. El pasado 8 de mayo, el diario británico The Guardian publicó una encuesta entre más de 800 científicos especialistas en cambio climático con una simple pregunta: “¿Cuántos grados se recalentará el clima de aquí al año 2100?”. El 80% de las personas encuestadas afirmaron que se sobrepasarían los 2,5ºC con respecto al siglo XIX, y casi todas ellas citan la falta de voluntad política de los estados como principal causa de ese aumento.
Si el pasado mes de abril fue el más caluroso desde que se tienen registros, y en este mes de mayo sobrepasamos con creces la media de temperatura para esta época del año, los modelos climáticos prevén para este verano nuevos récords de temperatura. Así, el último informe Copernicus, el programa que monitoriza el clima de la UE, habla de que el verano de 2024 será más cálido de lo normal con un 70% de probabilidad. La AEMET, por su parte, pronostica que este verano podría situarse con un 50%-70% de probabilidad entre el 20% de los verano más calurosos en España.
Mientras tanto, la ultraderecha sigue negando este fenómeno, a pesar de la avalancha de evidencias climáticas que vemos a diario, como las recientes inundaciones en Brasil e Indonesia, que han causado cientos de muertos y desaparecidos, además de decenas de miles de desplazados. En España, ese negacionismo climático llega incluso de parte de dos reliquias de la canción, el Dúo Dinámico, que se atreven a afirmar en una entrevista que el cambio climático es “el timo más universal jamás perpetrado en favor de negocios eólicos y solares para hundir los del petróleo” (sic), demostrando que la ignorancia es muy atrevida, palabras que han merecido aluviones de críticas en las redes sociales.
Teniendo en cuenta la certeza de las evidencias científicas relativas al cambio climático, éstas deben tener su reflejo en las decisiones políticas que toman los diferentes gobiernos, a todos los niveles, europeo, estatal, autonómico y local. Para las próximas elecciones europeas del 9 de junio, la cuestión climática es uno de los temas que pueden decidir los resultados. Recientemente, el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) realizó una encuesta en once países europeos sobre qué temas les preocupa más. El 19% de las personas encuestadas, más de 73 millones, declararon que el cambio climático es su mayor preocupación, siendo Dinamarca (29%) y Francia (27%) los países más inquietados por este tema. Por edades, es mayor la preocupación entre la juventud, que la eligieron por encima de otras cuestiones como la inmigración o la guerra de Ucrania.
En la Región de Murcia la lucha contra el cambio climático debe traducirse en una ley del Mar Menor que impida su degradación, así como un cambio de actitud hacia el trasvase Tajo-Segura, dejando de verlo no como una fuente inagotable de recursos hídricos, sino como una infraestructura que, de seguir la tendencia actual, dejará de ser operativo en unas pocas décadas. A nivel local, las corporaciones municipales deben seguir trabajando para, por una lado, disminuir el tráfico privado, y por otro, aumentar la superficie arbolada, estrategias que han demostrado su eficacia para reducir tanto la temperatura de las ciudades como la contaminación. Sólo así nos adaptaremos a la situación de emergencia climática que toda la comunidad científica advierte desde hace años y que ya sufrimos.
La ciudadanía europea tendremos en breve la oportunidad de influir en las políticas que regirán nuestro continente en los próximos años, y que tendrán su reflejo en las leyes que aprobarán los estados, las comunidades autónomas y los ayuntamientos. Elegir las opciones políticas que luchen de forma decidida contra la emergencia climática es una garantía de supervivencia de las generaciones futuras.
0