Hola Dani Mateo, compañero a través de la televisión. La verdad es que llevas un tiempo de hostigamiento y persecución, junto al equipo de El Intermedio, que entre otras situaciones, se concreta en procesos judiciales, por ofrecer una visión crítica de la realidad desde el humor. Además, lo hacéis de una manera profunda (os suelo ver con frecuencia porque sois un ventana de aire fresco) y señalando lo que ocurre y a los causantes de este mundo lleno de inhumanidad.
Reveláis sus mentiras y manipulaciones y eso no gusta; sois incómodos al poder político, económico y al religioso porque desveláis con humor ironía sana sus pretensiones. Estamos cansados, estoy cansado, de ver cómo se informa de que llegan pateras y gente que cruza la valla y no se informa de por qué lo hacen. Solo aparece el político de turno. Con lo fácil que es preguntarle a ellos y ellas la motivación de jugarse la vida con sus hijos para venir a Europa, ese continente en el que va aflorando el racismo, la xenofobia y el rechazo al pobre.
Precisamente no te he escrito hasta ahora porque acabamos de llegar de un viaje a Grecia con la Asociación Amigos de Ritsona, a la cual pertenezco. Hemos estado en los campos de refugiados de Moria, El Monte de Los Olivos y Ritsona. A estos lugares se les podría denominar campos de concentración: tienen unas condiciones inhumanas con el único objetivo de que sus residentes pierdan toda esperanza y regresen a sus países de origen. Los propios refugiados están destrozados. Ellos mismos sentencian que prefieren morir en la tierra que les vio nacer, antes que en estos lugares. Y esto ocurre en Europa ¡Qué vergüenza! Les están arrebatando la vida: respiran y se mueven pero no tienen vida. Cada día para ellos es un morir lentamente.
Vi el sketch (creo que se escribía así), y me imaginé que se iba a liar parda, como decimos en Murcia. Estamos en una sociedad sin ética, hipócrita, cínica, donde los corruptos presumen de patriotismo y de bandera, esa en la que tú te sonaste con humor. Este es un país donde los intransigentes e intolerantes dicen que son muy españoles, despreciando y amenazando a millones de conciudadano, donde los que presumen de españolidad defienden políticas neoliberales que explotan a la gente, marginan, excluyen y empobrecen a millones de personas.
Son esos españoles que dicen defender la unidad de la nación y rompen nuestro país con la pobreza y las desigualdades sociales, con la injusticia y la represión, la Ley Mordaza y la Reforma del Código Penal que criminaliza las protestas sociales. Siento vergüenza de que una parte importante de la jerarquía católica se sienta identificada con la ultraderecha, que añoren el nacionalcatolicismo. Una corriente ideológica que rechaza a los refugiados e inmigrantes, enemiga de la libertad, de la justicia y de la paz. Sin duda alguna, la ultraderecha se alimenta de grupos católicos, y mucho me temo que esté detrás el Cardenal Rouco Varela, que hizo tanto daño a la sociedad y a la propia iglesia.
Escuchar las palabras del Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, alegrándose de la subida espectacular de la ultraderecha, me produce tristeza y un rechazo profundo e indignación. Ya ves, Dani Mateo, malos tiempos para la libertad, la igualdad y la fraternidad. La maldad se justifica desde muchos ámbitos, entre ellos, desde la política y la religión.
Te vi cuando fuiste a declarar y te vi hundido. Tal vez me equivoque pero estuviste a punto de sollozar porque no entendías cómo se puede llevar a un payaso a un juzgado, unido a toda la presión para hacerte la vida imposible, derrotarte y anularte. Seguro que la gente que te quiere, tu familia, tus amigos, te dirán desde el amor y la amistad que te protejas, que tengas cuidado, incluso, que te pongas límites en el ejercicio de tu profesión, en el ejercicio de tu libertad.
Es normal esta actitud. Cuando alguien te tiene un inmenso cariño no quiere que te pase nada malo. La presión de la gente que te quiere, con toda la buena voluntad, y frente a la que no te quiere, quitándote contratos, haciendo manifestaciones cuando vas a actuar. Estoy segurísimo que la propia cadena de La Sexta habrá recibido alguna llamada. Detrás del personaje, de tu personaje, siempre está la persona, tu persona, con sus sentimientos, sus emociones y pensamientos, con sus miedos, dudas e incertidumbres, con sus convicciones y sus esperanzas. Me imagino que tu mente y tu corazón estarán dando muchas vueltas.
¿Cómo se puede perseguir, hostigar y denunciar a un humorista? El humor que se expresa te puede gustar o no. Te tengo que confesar (aunque el que te debería confesar soy yo a tí -un poco de humor malo-) que a mí no me gustó, sin más. Te puede molestar o no, te puede resultar agradable o desagradable, pero jamás debe ser perseguido y el juez no debería haber admitido a trámite la denuncia de Alternativa Sindical de Policía (ASP).
Escuchando al portavoz de este sindicato me llamó la atención que asociara la bandera a la Guardia Civil, a la Policía Nacional y al Ejército y no a los maestras y maestros, a las enfermeras y enfermeros, a los trabajadoras y trabajadores de los servicios sociales; a la gente que se levanta a las seis de la mañana para trabajar y mantener a sus familias; a las madres y padres que aceptan trabajos en condiciones precarias e indignas para intentar llegar a final de mes y que nunca llegan… Espero que cuando vayan a ejercer la fuerza, la violencia institucional, para desahuciar a una familia le salga la vena patriótica y se niegue. Que vaya al juzgado a denunciar que la policía no está para arrojar a la calle a niños y niñas, personas mayores, ni a las madres y padres.
Hola Dani Mateo, compañero a través de la televisión. La verdad es que llevas un tiempo de hostigamiento y persecución, junto al equipo de El Intermedio, que entre otras situaciones, se concreta en procesos judiciales, por ofrecer una visión crítica de la realidad desde el humor. Además, lo hacéis de una manera profunda (os suelo ver con frecuencia porque sois un ventana de aire fresco) y señalando lo que ocurre y a los causantes de este mundo lleno de inhumanidad.
Reveláis sus mentiras y manipulaciones y eso no gusta; sois incómodos al poder político, económico y al religioso porque desveláis con humor ironía sana sus pretensiones. Estamos cansados, estoy cansado, de ver cómo se informa de que llegan pateras y gente que cruza la valla y no se informa de por qué lo hacen. Solo aparece el político de turno. Con lo fácil que es preguntarle a ellos y ellas la motivación de jugarse la vida con sus hijos para venir a Europa, ese continente en el que va aflorando el racismo, la xenofobia y el rechazo al pobre.