Con la que está cayendo y el pasado domingo, 1 de noviembre, algunos periódicos regionales se hacían eco de la inverosímil osadía del gobierno municipal de Murcia anunciando pomposamente que la Plaza Circular (popularmente conocida como “La Redonda”) será el epicentro social y lúdico de Murcia.
Las obras, añadían, deberían concluir en marzo de 2021 (¡qué prisas y qué capacidad operativa tienen para ciertas cosas y qué indolencia para otras!) y abrirán un área de 2.000 metros cuadrados en los que habrá un gran espacio para eventos y espectáculos. “Social y lúdico”, justo lo que sanitariamente necesitaremos en marzo según los Nostradamus municipales.
No puede decirse, en este caso, que hubiera opiniones para todos los gustos. Por el contrario, los cientos de reacciones a la insensata y disparatada revelación municipal convergían todas en el estupor indignado: “Vamos encaminados a una crisis económica sin precedentes y los 'expertos' pensando en malgastar el dinero, una vez más” o “para eventos y espectáculos, es decir, para gente realmente necesitada. Cuesta abajo y sin frenos”, dice el personal y por poner solo un par de ejemplos.
No es para menos. Todos los días tenemos noticias de la situación en Murcia para echarse a llorar. Y no solo las vinculadas directamente a la pandemia, como las cifras de contagios o de fallecimientos. También las derivadas de ella, como que hay preparadas 500 camas pero no encontramos las 2.500 enfermeras que puedan atenderlas o que las colas del hambre se incrementan vertiginosa y kilométricamente. Y algunas, derivadas simplemente de la negligente gestión del gobierno local, como las graves carencias e insuficiencias del transporte público en las pedanías (que suponen más de la mitad de la población del municipio).
Es necesario que se extienda y se intensifique el movimiento de protesta contra las grandes obras urbanísticas como ésta y que las paralicen, puesto que son gastos innecesarios, contraproducentes e insalubres, que solo sirven para los “pelotazos” propios de quienes toman las decisiones o de sus allegados y compadres (por 51.000 “pavos” nos sale la broma esta, dicen, que luego seguramente será el triple o más. Ya saben cómo van estas cosas) mientras que falta urgente e insoslayablemente tanto personal y material sanitario, como educacional e, incluso, asistencial de primera necesidad, tanto en lo referente a los servicios sociales como a los bancos de alimentos.
El gobierno municipal de Murcia ni entiende ni quiere entender de las necesidades sociales de sus conciudadanos. Lo suyo es el boato, la pompa y las lentejuelas (lo demostrarán con la iluminación navideña). Cualquier día podemos encontrarnos a Ballesta, arropado por Fernando López Miras, inaugurando un pantano en Nueva Condomina.
Con la que está cayendo y el pasado domingo, 1 de noviembre, algunos periódicos regionales se hacían eco de la inverosímil osadía del gobierno municipal de Murcia anunciando pomposamente que la Plaza Circular (popularmente conocida como “La Redonda”) será el epicentro social y lúdico de Murcia.
Las obras, añadían, deberían concluir en marzo de 2021 (¡qué prisas y qué capacidad operativa tienen para ciertas cosas y qué indolencia para otras!) y abrirán un área de 2.000 metros cuadrados en los que habrá un gran espacio para eventos y espectáculos. “Social y lúdico”, justo lo que sanitariamente necesitaremos en marzo según los Nostradamus municipales.