Hiperventilar es un síntoma de ansiedad, la de unos grupos políticos y de opinión que, encandilados por las encuestas y los resultados de las municipales y autonómicas, creyeron posible gobernar y se encontraron con el fracaso y la frustración de no llegar. La mochila de Vox hacía imposible la negociación del PP con Junts a pesar de sus intentos.
Algunos le han hecho un traje centralizado a España, con sus grupos de opinión, tanques de pensamiento y estudios de derecho político, que se le queda pequeño al país. Pretenden que entremos en el traje apartando lo que sobra, algo imposible en el XXI. Otros, en cambio, buscan hacerlo más grande: unidos en la diversidad, pero sin una teoría que vaya más lejos de los hechos. Estamos construyendo sobre la práctica y con reflexiones en marcha. Alguien va a tener que parar el juego y pensar dónde, cómo y hacia dónde queremos marchar. La situación actual, en un exceso sintetizador, es el resultado de una tensión entre una visión cerrada y centralista de España, con cierto olor a sacristía pretridentina, y la de una abierta y federal a la búsqueda de referentes. Reflexión esta última sobre la que conviene volver, porque, en definitiva, este va a ser el tema de la legislatura: unidos en lo diverso.
La amnistía es una solución para formar gobierno, pero habrá de reunir a dos polos diversos en lo económico. No olvidemos que tendremos un presidente de izquierdas donde la mayoría en política económica será de derechas. Las demandas de la patronal serán canalizadas a través de Junts y el PNV. Estas chocaran con las necesidades de una coalición que tiene una agenda de izquierda con sus propios problemas. El tema dará juego, sin lugar a duda, incluso en Murcia que vive entre un eterno compás de espera, donde hiperventilar es la base del Gobierno regional cuando no están en la Moncloa.
La palanca del gobierno puede que sea la amnistía, pero esta se verá afectada por el filibusterismo. En todo caso, con el primer año asegurado, se cruzarán: las europeas (junio 2024), donde el PP echará toda la carne para sacar músculo, ganar peso, enarbolar que con un sistema centralizado hubieran gobernado e intentar presionar a España desde las instituciones europeas, esquivando las presiones para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ); las elecciones gallegas y vascas (junio/julio2024) y más tarde llegarán las catalanas (2025), ¿veremos cómo queda el PSC? El segundo año será de sobresaltos (2025), pero seguramente llegaremos a enfilar el tercero (2026) y quien sabe si no el cuarto con los presupuestos prorrogados o en vigor (2027). Aunque uno nunca sabe qué podrá suceder con Junts, dada su constante competición con ERC.
Tiene Pedro Sánchez una voluntad de poder y supervivencia que enerva sus adversarios. Estos enarbolan en su contra una supuesta ética universal por la que debería haber dimitido desde que llegó a la presidencia tras la moción de censura (junio 2018). Desde entonces, vivimos una crisis de ansiedad: Gobierno ilegítimo, fue el eslogan de la legislatura pasada, que ha terminado por hiperventilar: dictadura es la última acusación.
Para algunos, entre los que me cuento, la amnistía es la única solución posible para superar la situación. Quizás seamos los mismos que desde el principio no entendimos ni la sentencia del Estatut (junio 2010), ni el hecho de que no se hubiera podido celebrar un referéndum que hubiesen perdido, cerrando el debate. Igual que sucedió en otros países occidentales: Inglaterra con Escocia, o Canadá con Quebec. Hay quien no comparte esta visión, por diversos motivos, pero que anda asustado con las manifestaciones en las que: se enarbolan banderas preconstitucionales, se reza el rosario, se hace el saludo romano, o se termina una intervención con la triada de vítores, cuestión esta última, que quizás conecte con una parte de los presentes, pero eriza el vello a quienes saben de qué va la historia. En resumen, hiperventilar es un síntoma de ansiedad que acaba por echar para atrás al votante medio que pretenden convencer y se lo deberían hacer mirar. Al final va a ser verdad que el problema no es la amnistía, sino que no gobiernan.
Hiperventilar es un síntoma de ansiedad, la de unos grupos políticos y de opinión que, encandilados por las encuestas y los resultados de las municipales y autonómicas, creyeron posible gobernar y se encontraron con el fracaso y la frustración de no llegar. La mochila de Vox hacía imposible la negociación del PP con Junts a pesar de sus intentos.
Algunos le han hecho un traje centralizado a España, con sus grupos de opinión, tanques de pensamiento y estudios de derecho político, que se le queda pequeño al país. Pretenden que entremos en el traje apartando lo que sobra, algo imposible en el XXI. Otros, en cambio, buscan hacerlo más grande: unidos en la diversidad, pero sin una teoría que vaya más lejos de los hechos. Estamos construyendo sobre la práctica y con reflexiones en marcha. Alguien va a tener que parar el juego y pensar dónde, cómo y hacia dónde queremos marchar. La situación actual, en un exceso sintetizador, es el resultado de una tensión entre una visión cerrada y centralista de España, con cierto olor a sacristía pretridentina, y la de una abierta y federal a la búsqueda de referentes. Reflexión esta última sobre la que conviene volver, porque, en definitiva, este va a ser el tema de la legislatura: unidos en lo diverso.