El otro día, antes de las regionales, el Puente de Hierro de Murcia amanecía con una pancarta que rezaba 'Izquierda, ¡levántate y vota!'. Era para las regionales pero visto lo sucedido no caduca. Como en la región la izquierda -o mejor, 'la gente'- no ha votado en masa, ahora tendremos que pasarnos varios años vomitando del asco. En realidad, quien dice 'la izquierda' dice cualquiera que no sea demasiado 'facha', y sí usuaria/o de la sanidad pública, de la educación, perjudicada del Mar Menor, damnificado por las macrogranjas en el Altiplano o en Lorca, persona de pedanías de Murcia que está sin tranvía, chavala que se queda sin plaza de FP pública, o toda la gente que no puede pagar el alquiler o soportar el coste de la cesta de la compra. A votar, o bien a 'potar' en la lista de espera para operarse.
¿Por qué sigue ganando el PP en nuestra maltratada región? No es tanto un problema de la base electoral típica de la izquierda, como un problema social y de ingeniería demográfica, más amplio. La cultura social del PP, basada en el clientelismo a ultranza, no solo cimenta sus 286.571 votos, sino también, y esto es decisivo, las 435.942 abstenciones, que también son en realidad para el PP. Así ganan. López Miras capta votos hasta en Tinder, Valcárcel y el divino Pedro Antonio, el de Miami, son figuras que producen abstenciones favorables. La corrupción, el nepotismo, y los chanchullos como sistema económico, erosionan cualquier demografía electoral del cambio. La miseria, la incultura y la desafección hacen el resto. Cuanto peor está la gente, menos vota.
Así ganan los señoritos, a pesar de que no llegan a trescientos mil votos en una región con más de un millón de votantes. Incluso si sumamos los votos del PP y los de los ultras -Vox, Falange, Valores- no llegan a la mitad del censo. Hay una mayoría electoral de derechas, pero no una mayoría demográfica. Mandan con una estrategia electoral contra la izquierda, sí, pero también con una estrategia demográfica 'censitaria', ejecutada contra la democracia misma. ¿Qué significa ésto? Que formalmente más de un millón tienen derecho a voto, pero materialmente hay una gran masa social que es 'expulsada' del mismo.
En la Asamblea sigue habiendo dos escaños a la izquierda el PSOE, con Podemos, IU y Alianza Verde. Más Región y Equo también tienen sus votos. Es una izquierda que se mantiene bien regionalmente. Esa izquierda sí se distingue del PP. Pero el PSOE no mira ahí, está hundido en un pozo sin ambición. Un partido que otrora concitó mayorías, ahora es una sombra de cuyo candidato solo pueden decir que es 'serio'. Autocrítica, claro. Pero ojo, hacer autocrítica no es flagelarse y culpabilizarse sin fin en un duelo persistente, en el que nos transferimos siempre la responsabilidad de lo que hacen los peperos. A ver, la 'culpa' del PP la tienen los votantes del PP, principalmente, no los que votan a la izquierda.
Dicho esto, la autocrítica. Desde la izquierda hay que mover el tablero regional, o se seguirá perdiendo la misma partida. La masa de gente que no vota es bestial; otros votantes son perfectamente 'reciclables'. Desde diversos partidos, sindicatos, organizaciones y movimientos sociales de la izquierda se está permanentemente trabajando el tejido social, y por tanto dirigiéndose a esas barriadas de las 435.942 abstenciones. Pero es poca gente, en total, la que hay para hacer ese trabajo de oro puro, cuesta llegar a los pueblos, en donde los temas de izquierda woke no cuelan, el PSOE está desaparecido de ese tejido y, a la postre, carente de un discurso distintivo que llevar a la calle. El señor 'serio' que podría ser del PP no vale, parecerse al PP no vale.
Cunde entre los cuadros del PSOE la idea de que en la Región de Murcia 'no hay' bastantes votantes de izquierdas, de que 'no existen'. Si además Podemos y sus aliados tienen los suyos, ¿qué queda? ¿Ser de centro o de centro-derecha? ¿Algo como el PP pero con menos corrupción? La copia nunca va a ganarle al original. Para votar algo que lastimosamente trata de parecerse al PP le votas al PP. Pero los votantes no 'existen' o dejan de existir, los votantes se fabrican, y se hace con audacia, como ha hecho Vox diseñando 'agrovotantes' u otros perfiles.
El terreno de juego delimitado por el PP es estrecho en cuanto a número de votantes, deja en la abstención media región. No se puede ganar en él. Hay que ampliar el campo, y eso solo puede hacerse con mensajes radicales, absolutamente distintivos, e inasumibles para la derecha. No se trata, señores serios del PSOE, de ir a los barrios a decir cosas que puedan ser potables para un votante temeroso y conservador, que han fabricado otros, tratando de 'no asustar'. Así gana el PP. Se trata de ir a los barrios -y a los municipios, donde a Podemos le cuesta más- a decir cosas inasumibles para el que vota al PP, rompedoras, que se salgan del 'tiesto cerrado' de mensajes que les ofrece la derecha común. Mensajes que sirvan para fabricar nuevos perfiles de voto y de sentido común. Señores, miren a su izquierda, porque hacia la derecha solo se atisban las derrotas pasadas y futuras.
No se puede pretender, por ejemplo, que la defensa de la escuela pública pueda crear votantes si no se cuestiona el modelo privatizador; no se puede defender la escuela pública literalmente con miedo a decir nada de los 'conciertos', que se la están comiendo como un cáncer, porque tienes auténtico terror electoral a las familias que son clientes de la privada, y base social del PP. Porque de todos modos así no vas a romper esa base. Vayan a los barrios a defender que hay que que abolir literalmente el negocio de los coles privados, e instaurar una nueva red pública, de calidad, con todo tipo de servicios y dotación de personal, cerca de casa; vayan a decir que van a expropiar hospitales privados, que van a prohibir que se haga negocio con eso hasta en el Estatuto de Autonomía, que van a renacionalizar la sanidad y a cargarse las listas de espera radicalmente.
Vayan con mujeres y jóvenes, con diversidad, no con 'señoros' serios, y expliquen que si gobiernan van a crear una agencia regional de la energía, y que lo de la placas solares va a servir para tener luz barata para todos, casas y negocios. Convenzan de que proteger el Mar Menor es una oportunidad, porque su conservación se va a usar como factoría de empleos verdes de calidad para los de aquí. Hablen de bajar impuestos a la gente, que el dinero se puede sacar de los ricos. Vayan a hablar de vivienda pública, a decirle a la gente que no llega con el alquiler que va a tener casa. De lo contrario no votarán, desencantados, y sí lo harán muchos propietarios, que además votarán a quienes les asusten con mensajes radicales sobre los 'okupas' o los migrantes.
Vienen las generales exprés. ¿Cómo vas a ganarlas ahora en la región, si siempre tienes miedo de decir o hacer nada radicalmente distinto? El miedo solo es rentable para el que abusa, no para el que quiere cambiar las cosas. Si queremos que la gente se levante y vote, tendrán que pensar que merece la pena, que la diferencia entre votar a la derecha (o no votar), y levantarse del sofá para votar a la izquierda, es vivir en una sociedad radicalmente diferente.
El otro día, antes de las regionales, el Puente de Hierro de Murcia amanecía con una pancarta que rezaba 'Izquierda, ¡levántate y vota!'. Era para las regionales pero visto lo sucedido no caduca. Como en la región la izquierda -o mejor, 'la gente'- no ha votado en masa, ahora tendremos que pasarnos varios años vomitando del asco. En realidad, quien dice 'la izquierda' dice cualquiera que no sea demasiado 'facha', y sí usuaria/o de la sanidad pública, de la educación, perjudicada del Mar Menor, damnificado por las macrogranjas en el Altiplano o en Lorca, persona de pedanías de Murcia que está sin tranvía, chavala que se queda sin plaza de FP pública, o toda la gente que no puede pagar el alquiler o soportar el coste de la cesta de la compra. A votar, o bien a 'potar' en la lista de espera para operarse.
¿Por qué sigue ganando el PP en nuestra maltratada región? No es tanto un problema de la base electoral típica de la izquierda, como un problema social y de ingeniería demográfica, más amplio. La cultura social del PP, basada en el clientelismo a ultranza, no solo cimenta sus 286.571 votos, sino también, y esto es decisivo, las 435.942 abstenciones, que también son en realidad para el PP. Así ganan. López Miras capta votos hasta en Tinder, Valcárcel y el divino Pedro Antonio, el de Miami, son figuras que producen abstenciones favorables. La corrupción, el nepotismo, y los chanchullos como sistema económico, erosionan cualquier demografía electoral del cambio. La miseria, la incultura y la desafección hacen el resto. Cuanto peor está la gente, menos vota.